Hace ahora exactamente un año que publicaba por ultima vez en este blog. El avance imparable de las redes sociales han desplazado a los antes activos blogs como principal fuente de información sobre los acontecimientos en la vida de nuestro pueblo. Yo mismo he dejado de reflejar en este blog los acontecimientos acaecidos en el ultimo año , algunos de gran repercusión en mi vida, en parte por falta de tiempo y en parte invadido por la desidia que parece haber afectado a la mayoría de los bloggers locales.
Sin
embargo no he podido resistir el impulso un año mas de retomar este
foro abandonado desde hace meses para narrar mis vivencias en el que es
sin duda uno de los hitos anuales más significativos en la vida del
pueblo, las fiestas en honor a nuestro patrón Sant Blai.
Ha sido la
edición de 2012 para recordar en especial por la intensa ola de frío
siberiano que ha reinado durante los días de fiesta desafiando la
resistencia de público y festeros, que una vez más han sido capaces de
cumplir la tradición de festejar a Sant Blai con brillantez pese al
rigor del tiempo.
Este
año empezaba para mi con la gran ilusión de poder acompañar a mi
pequeña hija en sus primeros pasos como festera. Su alta en nuestra
filà, el “Terç de Suavos”, durante la asamblea de “Tots Sants” fue el
primero de una serie de inolvidables actos que en estas, sus primeras
fiestas, íbamos a poder compartir.
Es
por ello que quiero dedicarle a ella esta crónica para que quede
escrito con detalle como vivimos la fiesta del año en que por vez
primera participó en ella.
Día de les Caixes.
El
volteo general de campanas a medio día me sorprendió enfrascado en el
trabajo y me hizo darme cuenta que los días que tanto había esperado
estaban ya llamando a la puerta.
Las
ultimas horas de trabajo antes de comenzar las fiesta pasaron
lentamente y cuando ,por fin, pude cerrar los últimos asuntos
pendientes salí a la calle con mi familia para ver la “retreta de les
caixes”. Vimos pasar la comitiva y decidimos ver el castillo desde el
ventanal de casa ya que el frío empezaba a apretar y queríamos preservar
de el a los más pequeños.
Al
cabo de un rato ya apretaba el paso dirigiéndome al maset de mi filà
para compartir con mi cuadrilla una buena cena a base de chuletas fritas
con ajitos y patatas que nos aportó el calor necesario para desfilar
por las calles del pueblo tapados con nuestras mantas.
El
momento en que vamos reuniéndonos poco a poco los amigos para empezar a
vivir la fiesta se vio este año reforzado por las nuevas tecnologías,
ya que uno de nosotros tuvo la genial idea de crear un grupo de WhatsApp
en que todos estábamos puntualmente informados de la ubicación y
ocurrencias de cada uno de los componentes.
El
termómetro empezaba a bajar según lo previsto lo cual no impidió que
pasara un buen rato en la plaza hablando y acabando de ver el desfile
antes de volver a casa casi sin voz.
Día de L’Entrà
Al
despertar lo primero que me llamó la atención fue el silencio reinante.
Me levanté a oscuras y salí al salón donde me di cuenta que la nieve y
la niebla cubría los tejados del pueblo.
¡¡Esta nevando!!...
No
pude evitar la sensación de preocupación ya que el panorama no hacia
demasiado seguro el que se pudiese llevar a cabo la Entrada.
Mi
ilusión desde hacia días era acudir a la entrada de las bandas con mi
hija, pero el panorama que se presentaba daba al traste con mis
expectativas ya que era demasiado arriesgado sacar a un bebe en brazos
con el suelo helado y en aquellas condiciones.
Desde
hacía meses teníamos contratada junto a un grupo de amigos una carroza
para poder salir juntos a la entrada con nuestros hijos , y ahora el
tiempo y el frío hacían que tuviésemos la duda razonable de si no sería
una barbaridad exponer a las criaturas a un desfile en aquellas
condiciones. El sentido común nos decía que debíamos desistir de nuestro
plan, pero la ilusión puesta en poder salir con nuestras familias por
primera vez a la entrada, hizo que al salir el sol y a pesar del frío,
retomásemos nuestra idea original..
La
primera vez que te pones el traje es cada año un momento especial para
mi. Es un momento que espero con tantas ganas…cuanto ni más este año que
venia con el incentivo de vestir por primera vez a mi hija con su
pequeño traje de “Suava” que desde hacia meses le veníamos preparando
con ilusión.
La
comida como todos los años con los amigos de la filà , siendo este año
en la estación degustando el típico y clásico menú del establecimiento.
Entre risas y buena comida el sol y el frío se adueñaron de la tarde y
oímos la carcasa que anunciaba que “L’Entrà” había comenzado un año más.
Tras
recoger a mi mujer y mi hija nos reunimos en la calle Valencia con el
resto de amigos que iban a compartir la carroza con nosotros y empezamos
a disfrutar todos de una experiencia diferente a la de salir desfilando
como veníamos haciendo en años anteriores.
Los
niños mas mayorcitos lo pasaron bomba y los más pequeños de la carroza,
tapados con la manta completamente para evitar que pasaran frío, abrían
los ojos como platos ante la locura colectiva de color y música que es
la fiesta, completamente nueva para ellos. Siempre he imaginado el
orgullo que debe suponer para un padre festero poder sacar a sus hijos
consigo, ahora ya se que es una de las experiencias más gratificantes
que he podido tener como festero.
La
entrada en general este año no excesivamente larga y vistosa a pesar de
la situación económica. Esta claro que cuando no sobra el dinero la
gente lo suple con ingenio haciendo que la fiesta mantenga su nivel.
Destacaría
por su peculiaridad la participación del centenario D. Juan Bta Molina
Luna que quiso celebrar su inminente siglo de vida, vistiendo junto a su
familia el traje de Españoleto.
Desde
una carroza y acompañado por sus hijos y nietos nos dio una lección de
que el espíritu festero no debe apagarse con la edad.
A
destacar también todas las capitanías. Me gustaron en especial la de
los Granaderos por su originalidad participando en el boato diferentes
uniformes de soldadesca española de diversas épocas. La de los
Contrabandistas por la bonita carroza de su capitán y la acertada idea
de recuperar las grupas o “aparellaes” tan clásicas de la filà en otros
tiempos.
Ya en
el bando moro fue especialmente vistosa la capitanía de los Marrocs , en
la que amigos y familia de la capitana salieron montando camellos con
el traje oficial de la filà.
En
lo que si se notó la crisis fue en las carrozas o camiones que salen al
final de la entrada ,apenas cuatro o cinco y con poca cantidad y
variedad de carga.
Tras
la entrada merendamos en el maset y acompañe a mi familia a casa. Acabé
de ver el desfile en casa de mi abuela como otros años pero este año
sin la compañía de mis amigos que acabaron dispersándose temprano , unos
a atender a las necesidades de sus niños y otros a acabar de quemar la
jornada en los locales del pueblo.
Día de Sant Blai.
Otro
año más sin acudir a la Diana aunque esta vez el motivo no fue el sueño
sino el termómetro. Al levantarme y ver los -5º en el termómetro de mi
casa decidí que era demasiado intenso el frío como para pasearse por el
pueblo a esas horas.
Lo
mismo que yo debieron pensar muchos en mi filà porque según me
comentaron solo 24 hombres formaron a la salida de la misma, demostrando
más valentía las chicas que superaban la cuarentena.
Es
curioso como cambian las rutinas cuando hay niños pequeños... Yo que
siempre había acudido incondicionalmente a la misa de Sant Blai, tuve
que reemplazarla este año por un paseito al sol con el carrito por “les
paraetes”.
Tras
dejar a mi mujer e hija en casa, ya que los horarios de comidas de un
bebé no entienden de fiesta, subí a la placeta de Sant Vicent a reunirme
con mis amigos y para mi sorpresa ninguno había estado ni en la diana
ni en misa a pesar de no haber trasnochado demasiado la mayoría de
ellos. No se si será la edad o el frío pero algo esta cambiando en esta
cuadrilla…como dice un buen amigo, ”Ya nos esta haciendo falta una
capitanía para ir a todos los actos”.
El
preceptivo saludo a las autoridades y un rápido paso por el maset. Los
Zuavos no podemos permitirnos entretenernos demasiado ni tan siquiera
comiendo el tradicional puchero de Sant Blai, ya que a las cuatro y
media hay que estar en el maset de nuevo para formar “El Piquete”.
Divertido
el desfile con los amigos que nos llevó en primer lugar a casa de la
alférez en la calle Abadía y posteriormente a recorrer el pueblo en el
trayecto de ida y vuelta a casa de la capitana en el otro extremo de la
población. Las ocurrencias y bromas de los distintos miembros de nuestro
grupo amenizaron el trayecto hasta la hora en que empezaba la solemne
procesión.
Como
queríamos compartir con nuestras familias la procesión, otros dos
amigos y yo abandonamos las filas del piquete tras el desfile vespertino
para hacer la procesión con el cirio como hacen el resto de filaes.
Emotivo para mi poder llevar en brazos a mi hija durante el recorrido.
Tanto la abrigamos para que no pasara frío que se durmió plácidamente a
pesar del sonido de la banda que interpretaba una bonita marcha
procesional y de los Vítoles de los asistentes.
Una
vez mas el frío reinante hizo que la entrada de Sant Blai en la plaza
la viese ya y por primera vez desde que yo recuerde, desde el salón de
mi casa y por la tele, ya que una vez acabado el recorrido no pudimos
esperar con los niños el largo rato que transcurrió hasta la entrada en
la plaza de nuestro patrón.
El
día grande finalizó con una cena de todos los amigos ,como es nuestra
costumbre, que en esta ocasión celebramos en el maset de los
contrabandistas amenizada por un peculiar dúo artístico que montó una
pequeña verbena.
Día de Moros i Cristians
Nuevamente amaneció con temperaturas extremadamente bajas que hicieron que no me plantease la asistencia a la diana.
El
día de Moros y Cristianos ha sido para nuestra cuadrilla los últimos
años un sinónimo de montarnos la fiesta por nuestra cuenta en la que
aprovechábamos para probar la cocina de otros masets, como Granaderos,
Estudiantes, Marinos y en los últimos años Contrabandistas.
Sin
embargo este año tenia el compromiso de atender a un grupo de
compañeros de trabajo que se habían desplazado al pueblo para conocer la
fiesta aprovechando que era sábado.
Tras
esperar un rato que aproveché para ver comenzar la batalla de
arcabucería y dar una vuelta por “les paraetes”, recibí la llamada de
mis invitados y acudí a recogerlos con la intención de acompañarlos a
conocer algunos actos de nuestra fiesta.
La primera experiencia festera que vivieron fue la de verse en medio de la filà de Mosqueters disparando sus mosquetes lo cual les llamó mucho la atención ya que nunca habían visto el ritual del disparo de un mosquete y la contundencia de su disparo.
Posteriormente acompañe a mis invitados a la plaza al tiempo que les explicaba la estructura de la fiesta y respondía a sus preguntas y comentarios sobre lo peculiar que les resultaba nuestra indumentaria festera.
La primera experiencia festera que vivieron fue la de verse en medio de la filà de Mosqueters disparando sus mosquetes lo cual les llamó mucho la atención ya que nunca habían visto el ritual del disparo de un mosquete y la contundencia de su disparo.
Posteriormente acompañe a mis invitados a la plaza al tiempo que les explicaba la estructura de la fiesta y respondía a sus preguntas y comentarios sobre lo peculiar que les resultaba nuestra indumentaria festera.
Nuevamente
en la plaza el frío era demoledor y esto, unido a la demora que hubo
desde que la centinela rechazo a los jinetes moros hasta que empezó el
parlamento propiamente dicho, hizo que mis compañeros se refugiasen en
les Coves para entrar en calor. Salvo dos niñas pequeñas, hijas de uno
de mis invitados, que hechizadas por el colorido del acto de la embajada
aguantaron junto a mi en primera fila el acto completo de la embajada.
Las niñas encantadas con el traje de “princesa” de la capitana de los
Españoletos se interesaban sobre como podían vestirse igual y les
preocupaba que la discusión entre ambos embajadores fuese real. Tuve que
asegurarles varias veces que eran amigos y que la pelea era de broma
para que se quedasen conformes.
Finalizado
el acto me desplace con mis compañeros de trabajo al maset de los
Zuavos donde comimos juntos y se empaparon del ambiente festero y de la
filà.
Allí pudieron conocer mejor alguna de nuestras costumbres y productos como el herbero que acabó siendo el triunfador de la reunión.
Allí pudieron conocer mejor alguna de nuestras costumbres y productos como el herbero que acabó siendo el triunfador de la reunión.
Mi
cuadrilla de la filà también comieron en el maset y de vez en cuando me
pinchaban con la broma de que estaba “exiliado” o “pringado” atendiendo
a mis compañeros en vez de estar de fiesta con ellos en su mesa.
Tras
una larga sobremesa acompañe a mis invitados a visitar parte del barrio
medieval que les dejo gratamente sorprendidos pues no habían podido
visitarlo en una anterior visita al pueblo y les gustó mucho.
Ya
era hora de la embajada del cristiano, así que toda la comitiva nos
desplazamos a la plaza a verla. Nuevamente los detalles como el entierro
de la Mahoma, llamaron la atención y la curiosidad de los forasteros.
Las niñas antes de irse querían saludar al embajador Moro a lo que este se brindó amablemente.
Después de acompañar a mis invitados a que conociesen el maset de los Contrabandistas donde un amigo se ofreció cortesmente a enseñarles todas las nuevas instalaciones, me despedí de ellos con la grata sensación de que realmente habían disfrutado de la estancia en Bocairent.
Después de acompañar a mis invitados a que conociesen el maset de los Contrabandistas donde un amigo se ofreció cortesmente a enseñarles todas las nuevas instalaciones, me despedí de ellos con la grata sensación de que realmente habían disfrutado de la estancia en Bocairent.
Una
vez cumplidas mis obligaciones de “anfitrión” corrí al maset a reunirme
con mi cuadrilla a la que había tenido abandonada todo el día.
Por lo que me contaron también fue un día intenso para ellos ya que algunos de mis amigos no se quedaron ni a cenar.
Con unos cuantos que aun resistían disfrute en el maset de una sabrosa cena.
Al
salir a la calle la retreta aun estaba comenzando y el intenso frío no
parecía que fuese a ceder, así que agotado decidí irme a casa y ver lo
que pudiese desde allí.
Este año algo más floja aún que otros años al no haber el incentivo de la embajada de la risa o del contrabando al finalizar la misma. Mencionaría el simulacro Sanferminero de los Marrocs, y la participación masiva de Marinos vestidos de Wally aprovechando el jersey rayado de su traje. Este año otros grupos clásicos de la retreta se tomaron un respiro con actuaciones menos elaboradas que las que acostumbran. Participaron también algunos vehículos mas o menos tuneados con los colores o escudos de algunas comparsas como un Marino–móvil o una vespa suava.
Este año algo más floja aún que otros años al no haber el incentivo de la embajada de la risa o del contrabando al finalizar la misma. Mencionaría el simulacro Sanferminero de los Marrocs, y la participación masiva de Marinos vestidos de Wally aprovechando el jersey rayado de su traje. Este año otros grupos clásicos de la retreta se tomaron un respiro con actuaciones menos elaboradas que las que acostumbran. Participaron también algunos vehículos mas o menos tuneados con los colores o escudos de algunas comparsas como un Marino–móvil o una vespa suava.
Día del Santo Cristo
La
mañana empezó nuevamente con el termómetro por los suelos y pese a
disponer del vehículo de un compañero de cuadrilla decidí no subir a la
ermita para acompañar mas tarde a mi mujer e hija a besar la reliquia.
Al
salir de casa en dirección a la plaza empezaron a caer finos copos de
nieve que al cabo de media hora empezaron a arreciar organizándose una
considerable nevada.
Subimos a la carrera a la iglesia con el carrito de bebe incluido. Esperamos un buen rato a que el banderín de los Zuavos llegase al templo para besar la reliquia, pero visto que no llegaba y que cada vez nevaba con más fuerza nos camuflamos entre los festeros de la filà de Granaderos que ya estaban en la iglesia y tras besar la reliquia volvimos “pitando” a casa mientras la nieve se amontonaba sobre nuestras boinas, mantas y cubría de blanco el plástico-burbuja que protegía a nuestra hija dentro de su cochecito.
Subimos a la carrera a la iglesia con el carrito de bebe incluido. Esperamos un buen rato a que el banderín de los Zuavos llegase al templo para besar la reliquia, pero visto que no llegaba y que cada vez nevaba con más fuerza nos camuflamos entre los festeros de la filà de Granaderos que ya estaban en la iglesia y tras besar la reliquia volvimos “pitando” a casa mientras la nieve se amontonaba sobre nuestras boinas, mantas y cubría de blanco el plástico-burbuja que protegía a nuestra hija dentro de su cochecito.
Mucha
gente residente fuera del pueblo que estaban aquí por las fiestas, al
ser laboral para muchos al día siguiente y ver la que se podía montar,
optaron por salir a toda prisa de Bocairent antes de que la nieve
pudiese bloquear la carretera y hubo un momento en que por el puente
circulaban decenas de coche continuamente que se iban. Mi hermano y
algunos amigos y conocidos finalizaron abruptamente su estancia unas
horas antes de lo previsto por miedo a que la nevada les impidiese
reincorporarse a sus puestos de trabajo al día siguiente.
Durante
la comida siguió nevando cubriendo de blanco el pueblo aunque después
de un rato paró de caer la nieve permitiendo retomar la fiesta
normalmente.
Unos cuantos de la cuadrilla comimos un suculento caldero de arroz con bogavante en el maset que nos reconfortó del frío soportado.
Unos cuantos de la cuadrilla comimos un suculento caldero de arroz con bogavante en el maset que nos reconfortó del frío soportado.
Después
de la comida despedimos a algún amigo más que finalizaba su
participación y nos dirigimos al Te Deum a dar las gracias por las
fiestas transcurridas sin más problemas que el intenso pero finalmente
soportable frío.
El
tiempo volvía a estar revuelto y el cielo gris. La amenaza de heladas o
nuevas precipitaciones hicieron tomar a la junta la decisión de
suspender la "cordà" prevista para la noche trasladándola al próximo
sábado.
El
cambio de bandas sirvió como ritual para proclamar a nuestros capitana y
alférez para las fiestas del 2013 y el paseo posterior se hizo en un
ambiente festivo en el que a alguno le cayó algún bolazo de nieve.
El
desfile final de las fiestas de este año nos llevó una vez más del
puente a la plaza con una considerable afluencia de publico. Desfilamos
en dos bloques uno femenino con la capitana al mando y uno de hombres
comandado por el nuevo alférez .
Finalizado
el acto que permite al pueblo conocer a los nuevos cargos que
protagonizarán la fiesta en el próximo año, nos encaminamos de nuevo a
nuestro maset donde disfrutamos de las ultimas piezas de los músicos de
nuestra banda que ,volvían a casa, tras recibir el aplauso de la filà
entera al interpretar como colofón a su participación nuestra pieza más
representativa,“El Zuavo”.
La
anulación de la cordà y el cansancio acumulado restaba aliciente al
hecho de volver a cenar en el maset y provocó que la gente se fuese en
gran número a casa dando por finalizado el día y prácticamente la
fiesta.
Día de L’Eixabegó
Día
de nostalgia , de transición entre la fantasía festera y la
cotidianidad, día de descanso y a la vez de preparación mental para
volver al trabajo, para volver a vestir de paisano durante casi un año
más.
Mañana
dedicada a devolver a la casa su aspecto habitual, a guardar los trajes,
en definitiva a devolver a su estado de letargo todos los elementos de
la fiesta que han sido los protagonistas de los últimos días.
Hacemos
una visita al supermercado como muestra de que hay que volver a la
rutina. Preparo algunos temas del trabajo que deberé atender de
inmediato al día siguiente.
A
la hora de comer, el ultimo acto festero para la cuadrilla ya muy
mermada por la ausencia de los que ya han tenido que volver a sus
trabajos . Comemos la tradicional “Cassola al Forn” y charlamos
animadamente sobre la fiesta que ya acaba.
Este año queda el aliciente de volver a reunirnos a cenar una vez mas en la cena del Sargento el próximo sábado con la excusa de asistir a la cordà que se tendría que haber celebrado la noche anterior.
Este año queda el aliciente de volver a reunirnos a cenar una vez mas en la cena del Sargento el próximo sábado con la excusa de asistir a la cordà que se tendría que haber celebrado la noche anterior.
-¿Vendréis a cenar el sábado?,
-¿Salimos a la cordà?
-¡¡Recordad que el domingo es la reunión de Altas y bajas!!...Me han dicho que fulano se borra…
-Y a mi que aquel se quiere apuntar
Poco a poco la conversación decae y por fin nos levantamos de la mesa para irnos cada uno a su casa.
Vuelvo a casa alargando inconscientemente el trayecto para apurar los últimos instantes de esta fiesta de 2012
Un
año más con esta crónica he tratado de reflejar las experiencias
vividas en estas fiestas y quiero que sirva para agradecer a mi familia y
amigos el haber compartido conmigo estos momentos. Quiero rogar a Sant
Blai que todos podamos seguir celebrando juntos muchos años nuestras
fiestas de Moros y Cristianos con la misma ilusión intensidad que las
pasadas .
Ahora esperemos con ilusión las de 2013 que ya están a la vuelta de la esquina.
¡¡VITOL AL PATRÓ SANT BLAI!!
Fuente: Hundidor
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