Historia.
Para conocer sus orígenes, debemos retroceder hasta el 8 de abril de 1879, en que por decreto supremo se organiza el Batallón Nº10 de Línea, precursor del “Zuavo” Nº10 posterior. Con fecha 30 de noviembre del mismo año y por resolución suprema, el Batallón Nº10 de Línea se denomina en adelante: Batallón “Cazadores de Salaverry”. Al día siguiente, el 1 de diciembre de 1879, se revoca esta medida, quedando sin efecto esta denominación.
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Estandarte del Batallón “Zepita” Nº29 de Línea, perdió en combate en el balneario de Chorrillos, el 13 de enero de 1881. La foto muestra la batiente izquierda (Fotografía Archivo del Museo Histórico Nacional, Santiago, Chile). |
El diario El Comercio de Lima, con fecha 22 de diciembre de 1879, menciona ya en sus páginas, por primera vez, al incipiente Batallón “Zuavos” Nº10, que participa en la toma del poder de don Nicolás de Piérola. A partir del 26 de diciembre se decreta la formación del nuevo Ejército del Norte. Es así como el 27 de diciembre, se promulga el estatuto provisorio del nuevo gobierno de Piérola, donde se mencionan nuevamente al novel Batallón “Zuavos” Nº10 entre las fuerzas del ejército.
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Sargento 1º peruano Leonidas Cornejo, de un batallón de línea de 1880; con uniforme según reglamento de 1873, similar al usado por el “Zepita” Nº29 ( Fotografía Hermanos Courret, Lima. Iconografía Archivo Biblioteca Nacional de Perú, Lima, Perú). |
Cuando los enemigos demostraron claramente sus intenciones de atacar Lima desde el sur, con fecha 22 de diciembre de 1879, el dictador Piérola reúne en uno solo al Ejército del Norte y Centro, y organizan cuatro cuerpos de ejército con la denominación de Ejército de Línea. De esta forma, el Batallón “Zuavos” Nº29 de Línea pasa a integrar los cuadros de la 2º División al mando del Coronel Benigno Cano, del II Cuerpo de Ejército al mando del Coronel Belisario Suárez.
Para el 4 de enero de 1880, se dictamina que los nuevos cuerpos del ejército activo lleven número impar. El batallón adopta el nombre definitivo de Batallón “Zuavos” Nº29 de Línea.
El General Silva dispone que el II Cuerpo de Ejército del Coronel Belisario Suárez, sirva de reserva a retaguardia, en las cercanías de la Hacienda de San Juan, sobre la hipotenusa del triángulo Chorillos - Barranco - Surco.
El 5 de enero de 1881, el Cuartel General en San Juan, determina en el artículo 2º que: “ El Batallón “Zuavos” llevará, en lo sucesivo, el nombre de “Zepita”, debiendo llevar el mismo Nº29 que hoy tiene aquel cuerpo”.
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Morral o bolso estándar utilizado por las unidades de línea peruanas para Lima, muchos de confección personal, por falta de aprovisionamientos por parte del contratista encargado de la entrega final. En ellos, transportaban munición, repuestos, útiles de aseo personal, comida, etc. (Fotografía Colección Particular). |
Llega finalmente la mañana del día 13 de enero y ya se sabe que los enemigos atacarán temprano. La línea peruana permanece en acecho, lista para romper los fuegos tan pronto como aparezcan. Aún no aclara y el General Silva recorre la línea peruana; y envía orden al Coronel Suárez de acercarse con la reserva, para acudir más pronto al lugar que reclame su apoyo. Más específicamente, el General Pedro Silva la posesiona: “ A la izquierda y un poco a la retaguardia de San Juan”.
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Vestuario, armas y equipos, similar al utilizado por los soldados del Batallón de “Zepita” Nº29, durante la Batalla de Chorrillos, el 13 de enero de 1881. Se aprecia entre otras cosas: cobertores para fusil, una cristina, forro para vaina bayoneta de color rojo, tijeras, peine, porta rollo con tapas rojas de la unidad de caramañola, plato, cuchara, naipes, pipa, cepillo de ropa, fósforos, etc. (Fotografía Colección Particular). |
Conforta esta reserva estratégica, a órdenes del Coronel Belisario Suárez, seis batallones de la 4º y 5º División del ex Ejército del Norte, con 2.800 hombres máximo, formado por los Batallones “Huánuco” Nº17, “Paucarpata” Nº19, “Jauja” Nº23, “Ancash” Nº25, “Concepción” Nº27 y “Zepita” Nº29.
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Don Juan Arzola, sobreviviente y veterano del Batallón “Zepita” Nº 29 (Fotografía Gentileza Sr. Renzo Babilonia Fernández Baca). |
Invadida la línea por los enemigos por el abra de San Juan, cerca de las 8 y media de la mañana, Suárez, localizado cerca de la Hacienda de San Juan, recibe orden de replegarse a la Escuela de Cabos, con el resto de la reserva. A esta hora, ya la reserva quedaba reducida en número, sólo a cuatro batallones de los seis iniciales. Entre ellos, el Batallón “Zepita” Nº29 de Línea, con 503 plazas aún intacto y ardiendo en deseos de entrar en batalla.
Contramarchó la reserva de Suárez sólo con cuatro cuerpos: los Batallones “Jauja” Nº23, “Ancash” Nº25 , “Concepción” Nº27 y “Zepita” Nº29. A ellos se adicionaba los dispersos fraccionado de otros batallones, siendo tiroteados permanentemente por el enemigo.
Serían cerca de las 10.30 horas de la mañana cuando se inician los combates en la periferia del balneario veraniego de Chorrillos, hacia el sector de la estación del ferrocarril a Lima. El enemigo embiste la villa de Chorrillos con una brigada divisionaria.
El Coronel Isaac Recavarren, Jefe de Estado Mayor de la reserva, cree que puede cambiar la faz de la batalla, sosteniendo Iglesias. Solicita al dictador Piérola un cuerpo y obtiene el mando del Batallón “Zepita” Nº29, que finalmente entrará en combate.
El Batallón “Zepita” Nº29 y las fuerzas dispersas reorganizadas por el Subjefe del Estado Mayor, Coronel Valle Riestra, al mando de él y del Coronel Recavarren, entran poco a después en línea de combate.
Recavarren comenta en sus memorias que: “En efecto, emprendimos la recomendación (el ataque a Chorrillos); pero desgraciadamente a las 12 poco más o menos que llegamos a Chorrillos fuimos detenidos por numerosas fuerzas que ocupaban esa población, y en especial la Escuela de Clases, la estación de ferrocarril y el caserío de San Tadeo .... El Mayor Fonseca, con (el) “Zepita” se hizo camino por la calle del tren. Las bayonetas del bravo batallón estaban tintas de sangre, y los pocos que llegaron al frente del cuartel de clases fueron ultimados miserablemente.
El Mayor Fonseca recibió un balazo en el pecho y otro en la pierna, quedando tendido a inmediaciones de la Quebrada de Tenderini. Gravemente herido, se fue arrastrando hasta un rancho que quedaba a orillas de esta quebrada, y penetró en su interior”, donde moriría posteriormente.
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Soldado del Batallón “Zepita” Nº29 de Línea (ex Zuavos de Lima), recreado con su uniforme de combate para la Batalla de Chorrillos. Obsérvese el uso de las polainas negras bajo el pantalón, cubriendo gran parte del calzado o zapato negro. Fusil Peabody-Martini modelo 1871 (Ilustración del Sr. Sebastián Cristóbal Calderón Cruz, 2017). |
El diario El Comercio de Lima, informa que: “Llegó (el) Zuavos como un paliativo para mitigar la desesperación de los pocos que se sostenían en la brecha, y a su vista se aumenta el entusiasmo, renacen las esperanzas y se cree que (a) retaguardia, avanzan numerosos refuerzos del ejército y la reserva. Desplegadas en guerrilla las compañías de Zuavos, acometen, secundadas por los restos del Callao, Tarma y Libres de Trujillo, contra la División de Lynch”.
Es tarde, agobiados por el fuego de frente y flanco enemigo, cae herido también Recavarren, el Batallón “Zepita” Nº29 de Línea se dispersa y corre a encerrarse en las casas del balneario donde se atrincheran. El General Silva nos da luces del final del Batallón “Zepita” Nº29: “Y aunque acometido por varios puntos, peleó con decisión hasta quedar completamente destruido. Apoyábalo el Ancash número 25 que también experimentó, como el Jauja número 23, grandes pérdidas, todo sin haber conseguido desalojar al invasor”.
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Cabo 2º Batallón “Zepita” Nº29 de Línea, recreado con su uniforme de combate para la Batalla de Chorrillos, el 13 de enero de 1881. Lleva una cristina de hule negra con pompón celeste (vivo del arma de infantería peruana), según hallazgos arqueológicos. Destaca también su canana de tela de bayeta cosida por los mismos soldados para el transporte de munición. Fusil Peabody-Martini modelo 1871 (Ilustración Sr. Patricio Greve Möller y Claudio Fernández Cerda, 2008). |
Finalmente la reserva deja de existir. A las 2 de la tarde, más o menos, terminan completamente apagados los últimos fuegos defensivos peruanos en el fuerte del Salto del Fraile.
Fuente: Uniformología Militar en la Guerra del Pacífico 1879-1884
Escrito por Patricio Greve Möller
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