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Napoleón III |
El 5 de mayo es una fecha profundamente arraigada en la memoria colectiva de México. Cada año, se celebra con orgullo y fervor patriótico la victoria del Ejército Mexicano sobre las tropas invasoras francesas en la Batalla de Puebla, ocurrida el 5 de mayo de 1862. Aunque no supuso el fin de la intervención extranjera, esta victoria se convirtió en un símbolo de resistencia frente al imperialismo. Y como veremos, la historia de este día tiene un curioso giro en torno a los zuavos y un error histórico que aún persiste: la confusión entre Napoleón Bonaparte y Napoleón III.
La Batalla de Puebla y su contexto histórico
En la década de 1860, México atravesaba una severa crisis económica y política. Tras la guerra de Reforma, el presidente Benito Juárez suspendió el pago de la deuda externa por dos años, lo que provocó la reacción de potencias europeas como Francia, Inglaterra y España, quienes enviaron fuerzas militares para exigir el cumplimiento de los pagos.
Pronto, los británicos y españoles se retiraron tras negociaciones diplomáticas, pero Francia, bajo el gobierno de Napoleón III, decidió continuar con la intervención. Su ambición iba más allá del cobro de la deuda: pretendía establecer un imperio títere en América, debilitando así la influencia de los Estados Unidos y expandiendo su poder en el continente.
Fue en este contexto que el 5 de mayo de 1862, las tropas francesas avanzaron hacia la ciudad de Puebla con la intención de tomarla y abrir camino hacia la Ciudad de México. Sin embargo, el general Ignacio Zaragoza, al mando del Ejército de Oriente, logró una sorpresiva victoria frente al ejército francés, considerado uno de los más poderosos del mundo en aquel momento.
¿Y por qué se celebra el 5 de mayo en 1862?
Si bien la batalla clave fue en 1862, las conmemoraciones y festejos más populares del 5 de mayo empezaron a consolidarse un año después, en 1863, en parte como respuesta a la continuación del conflicto. Para entonces, la batalla se había convertido en un símbolo de unidad y orgullo nacional. Es también en esta época cuando se empiezan a formar grupos civiles que, año tras año, recrean o conmemoran la gesta heroica.
En algunas zonas del país, como en Puebla o en comunidades migrantes mexicanas en Estados Unidos, las festividades incluyen desfiles, recreaciones militares y actos culturales donde desfilan compañías históricas vestidas como soldados de la época, incluyendo los famosos zuavos.
Zuavos: del norte de África a América Latina
Los zuavos fueron un cuerpo militar de élite del ejército francés, creado en Argelia en el siglo XIX, originalmente compuesto por soldados argelinos y, más tarde, por franceses. Su distintivo uniforme, inspirado en trajes tradicionales del norte de África —con pantalones bombachos, chaquetas cortas y fez— los hizo reconocibles y exóticos a ojos del mundo occidental.
Estos soldados participaron en muchas campañas del imperio francés, incluyendo la Guerra de Crimea, la conquista de Argelia y, por supuesto, la intervención en México. Durante esta campaña, el Segundo Imperio Francés envió a sus mejores tropas, entre ellas regimientos de zuavos, considerados símbolo de fuerza, disciplina y lealtad al emperador.
La presencia de zuavos en el conflicto mexicano ha sido fuente de inspiración para muchas comparsas y agrupaciones históricas que, aún hoy, desfilan con uniformes inspirados en ellos durante las celebraciones del 5 de mayo.
La confusión de los Napoleones: un error común pero importante
Uno de los errores históricos más frecuentes en publicaciones, materiales educativos y hasta en actos conmemorativos es la aparición de Napoleón Bonaparte como figura central de la intervención francesa en México. Sin embargo, esto es incorrecto: Napoleón Bonaparte murió en 1821, mucho antes de que México se enfrentara al intento de imposición de un imperio francés en su territorio.
El verdadero responsable de la intervención francesa en México fue Napoleón III, sobrino de Napoleón Bonaparte, quien gobernó Francia entre 1852 y 1870 como emperador del Segundo Imperio. Fue él quien, motivado por intereses geopolíticos, expansionistas y económicos, ordenó el envío de tropas a México. Napoleón III veía en México una oportunidad para debilitar a Estados Unidos (entonces en plena Guerra Civil) y para instaurar un monarca europeo —el archiduque Maximiliano de Habsburgo— como emperador en tierras americanas.
La confusión visual se ve alimentada por el hecho de que ambos compartían el nombre Napoleón y usaban uniformes similares. Además, el retrato de Napoleón Bonaparte —con su mano en el pecho, su característica silueta y su gesto serio— ha quedado tan grabado en el imaginario colectivo que muchas veces se usa de forma automática, incluso en contextos donde no corresponde.
Para los interesados en la recreación histórica o la divulgación rigurosa, como es el caso de nuestro blog "Zuavos del Mundo", es importante señalar este error y contribuir a la correcta difusión de los hechos.
Celebraciones actuales: una mezcla de historia y tradición popular
Hoy en día, las celebraciones del 5 de mayo no solo se limitan a México. En Estados Unidos, especialmente en estados con una fuerte presencia mexicana como California, Texas o Illinois, esta fecha ha cobrado una enorme relevancia cultural, aunque muchas veces se desvincula del contexto histórico original y se convierte en una fiesta más de identidad y orgullo mexicano.
En algunos pueblos mexicanos, como en Puebla o en San Agustín Tlaxco, se celebran con especial énfasis, incluyendo desfiles de “soldados franceses” y “soldados mexicanos”, donde aparecen también compañías de zuavos con uniformes coloridos y banderas de época.
Estas compañías suelen estar formadas por vecinos del pueblo, amantes de la historia o descendientes de antiguos combati0entes, y representan tanto a los defensores mexicanos como a las tropas francesas, en un gesto de reconciliación histórica y homenaje a todos los que participaron en el conflicto.
Conclusión: una fecha para recordar, una historia que contar bien
El 5 de mayo no solo conmemora una batalla ganada; representa la dignidad de un pueblo que se enfrentó a uno de los ejércitos más poderosos del mundo y logró vencerlo, al menos temporalmente. Es también una muestra de cómo la historia, cuando se mezcla con la tradición popular, puede perpetuar errores si no se cuida la precisión de los hechos.
Desde “Zuavos del Mundo” queremos recordar la importancia de esta fecha no solo como una fiesta, sino como una oportunidad para educar, reflexionar y rendir homenaje a los verdaderos protagonistas. Y por supuesto, seguir destacando el papel de los zuavos —ya sean franceses o representaciones modernas— como parte de ese colorido mosaico de memoria histórica.
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