Año 1905
Capitán Tomás Vañó 1
Después de lo que queda ya dicho de los capitanes que han predecido a éste y de todos las asuntos que en pro o en contra de la filada se han llevado a efecto, creerán muchos que aquí hacemos punto final porque se concluye la historia de la comparsa de zuavos, el que esto piense discurre poco, y además se engaña de medio a medio, porque aquí hay mucho que decir y mucho más que escuchar, y si no oído...
En la época a que me refiero estaba el pueblo alterado por un horroroso crimen que pocos días antes de la fiesta se había perpetrado en la persona de un pobre viejo que habitaba en la calle de Obispo Miró (antes Ravalet), perpetrado por dos jóvenes que por desgracia los dos eran casados e hijos del pueblo, y a consecuencia de este crimen el pueblo estaba todavía consternado por aquel lamentable suceso digno de lástima. Pero no obstante de esto, siguió su curso normal como todos los años sin alteraciones de ningún género. 2
Seguramente la música de Adceneta se había constituido en nosotros y formado un concepto de la comparsa, considerándola ya como propia. Así que no teníamos mas que mandar una carta indicando nuestro deseo y al momento era atendido, tal era el cariño que habianse tomado ambas partes que no bastaba más compromiso que una carta con dos renglones y estaba hecho el contrato de costumbre.
La filada constaba en este año de 35 plazas y abundaban los elementos jóvenes, así que
éramos la envidia de los demás.
Las plazas que este año constituían la música fueron 26, de modo que entre el resto de
individuos que quedaron sin músico y lo reintegrado en el fondo de las quintinas, nos resultó la fiesta poco más de 16 pesetas3 sin músico y para esto que se hizo un gasto en las mochilas de los niños y componer los delantales que había de los hombres desechados desde el año anterior.
A pesar del carácter extraordinario que acompañaba al tal D. Tomás Vañó, hay que ser
consecuentes, era aunque un genio mudable muy buen festero que eso no es decir que sea el hombre antipático por sí, si no por su genio se hacía insoportable.
Se empeñó este buen señor en que había de estrenar una banda nueva, y al efecto lo llevó.
Con buen acierto fue dibujada por la hábil mano de un hijo del mencionado capitán
D. Joaquín Vañó Cabanes, pbro. y delicadamente bordada por una hija del mismo Dª Josefina Vañó Cabanes, lo cual resultó una obra de arte que bien puede admirarse hoy en día.
La referida banda fue regalada a la comparsa, pero con la condición que el referido le habían de ser depositario de ella mientras viviera, y en faltando pasaría su familia a encargarse de este depósito, cuyas debidas formalidades fueron puestas en manos del notario de esta villa de Bocairente D. Vicente Colomer Sanz y ante los testigos don José Mª Vañó, Tomás Galiana y Miguel Calatayud, extendieron la escritura de compromiso, quedando desde esta fecha la filada dueña de esta joya que al presente posee, en la condición que todos los años antes de celebrarse la entrada de moros y cristianos, deberá personarse en la casa donde esté depositada la dicha banda el capitán acompañado de dos individuos de la misma comparsa con uniforme y entonces se le hará entrega. Y concluido el acto de la procesión se devolverá a la respectiva familia acompañada del piquete y música.
Con motivo de la buena armonia que reinaba por aquel entonces, se inició un bailete que
el señor Vilaplana se encargó de la dirección. Para el efecto se construyeron 32 banderas con los colores nacionales que se encargaron de su construcción: Vicente Cantó y Julián Castelló junto con el sargento Fco. Vañó, los cuales trabajaron todo cuanto fue necesario para dejarlo al corriente a su debido tiempo y poder con oportunidad celebrar los referidos individuos junto con sus compañeros los indispensables ensayos.
La noche de la Virgen de la Candelaria4 fue la señalada para estrenar el bonito bailete y
después de reunir un numeroso gentío en medio de la plaza para efectuarlo acabamos por desfilar uno tras de otro dejando al público en un palmo de narices.
Rafael Vilaplana que no podía separarse ni un momento de su amigo querido Eduardo
Espí, abandonó su destino que era el de interpretar el bailete al son de la guitarra cogiendo las banderas para bailar.
En vista de esto protestaron todos de aquella revolución y volvió nuestro músico a
emprender su guitarra y proseguimos la marcha hasta la plaza de S. Vicente (antes Presó).
Allí se formó el coro para ejecutar la referida danza, cuando estaban todos dispuestos para el solemne acto le pegó un fuerte porrazo a la guitarra uno de los concursantes, que a la razón también pertenecía a nuestra compañía, llamado Carlos Carbonell, el que hizo trizas la guitarra y allí se acabó finalmente la broma porque disgustó a todos la acción tan ridícula de aquel individuo, en vista de esto dejó de seguir adelante la broma y cada cual se retiró a donde mejor le pareció.
En este mismo año fue lo ocurrido al polvorista de Eduardo Espí en la calle del Pósito y
esto ocurrió de la siguiente manera...
Empezó la embajada de la tarde, o sea el disparo desde la calle del Pósito y al tocarnos el
turno a los zuavos que son los últimos que forman cuando no sale estudiantina, empezó el disparo. El referido Eduardo Espí tenía a su polvorista al lado con una cajita de madera llena de pólvora y tuvo la desgracia el pobre muchacho que al sacar la medida llena para hacer el segundo, una chispa prendió fuego a la cajita de aquel material inflamable, el cual le hizo volar por lo alto la gorra y le quemó la cara dejándole hecho un monstruo.
Este chico fue inmediatamente atendido y curado en casa de Juan Bta. Puerto y de allí le
condujeron a su casa sufriendo la filada un disgusto como se podrá imaginar, y el muchacho una grande temporada de sufrir.
Hubo también algunas turcas5 pero merece especial mención la que cogió Miguel Luna, este individuo después de cargar en bala no pudo resistir la revolución dentro la barriga y se echó en un petate en casa del mismo capitán y desde allí desafiaba a sus enemigos pero sin moverse de su sitio esperaba a su contrario a pie firme, es decir acostado porque no podía tenerse en pie.
Y vaya otro accidente, puesto que este año parece que no se trataba de otra cosa más que de calamidades.
José Molina (Artiller) Q. E. P. D. se preparaba para subir a visitar al Stmo. Cristo en el último día de fiesta, pero al ir a probar el arcabuz en la puerta de casa del capitán, le reventó éste entre las manos causándole algunas lesiones en la cara y en ambas manos.
Durante el año también se registraron algunos accidentes que no quiero dejar de publicar
por ser de sumo interés para todos los zuavos, porque si bien es verdad que el primero no se refiere a cosa concreta para nadie, en el segundo debemos fijar la atención para no dejarnos dominar respecto a la fiesta por persona alguna.
En primer lugar tuvimos una defunción que fue la del pobre Joaquín Belda, que no pudo
resistir más tiempo su aguda enfermedad y la descansada mano de la muerte segó aquella vida que todavía era joven el día 17 de Octubre del 1905. Su cadáver fue conducido hasta su última morada por los individuos de la comparsa.
Y en el mismo año tuvimos la cuestión del paso de la cruz, arrastrados por D. Tomás Vañó
Bernabeu agregaron el referido paso a la filada imponiendo una obligación precisa bajo firma de notario y testigos que alternarán en el Motete las dos músicas de la localidad.
Por desgracia en esta época tocar en Bocairente este resorte era desafinar el concierto
popular y desgraciadamente alcanzó a los zuavos en esta ocasión, que estuvo la filada a punto de naufragar y gracias a que hubo algunos que dejando la opinión a un lado no se dieron por entendidos y así la marcha no se interrumpió.
Ya puede comprenderse pues lo mucho y difícil que en este año se tuvo que afrontar, pero
esto no fue estorbo para el progreso y marcha de la corporación aunque el deseo de algunos espectadores hubiera sido ése, el que hubiéramos sucumbido.
Tal era en esta época el modo de ser de este pueblo sin excepción de persona y aunque era una aberración no se comprendía, o no se quería comprender y basta de narraciones que no nos incumben hoy, pasemos al siguiente año, porque creo muy bien que habrá deseos de saber y anhelo de curiosidad de enterarse de la historia de esta filada.
Pues yo para complacer a algunos curiosos he tenido a bien redactar la presente historia que no dudo desagradará a muchos por tocarles el amor propio, pero no importa, a quien le pique que se rasque.
Depositario este año Joaquín Castelló, representante Tomás Galiana, de cuentas 15,70
pesetas por plaza6.
Autor: Julián Castelló Silvestre (1876-1940)
1 Tomás Vañó Carbonell
2 También el suceso acontecido "En Bocairente se ha suicidado, dispandose un tiro en la sien derecha, el vecino José Molina, Bascó, de 64 años, de oficio chocolatero". El Pueblo : diario republicano de Valencia: El Pueblo : diario republicano de Valencia - Año XIII Número 3736 - 12 de enero de enero de 1905.
3 1 euro = 166,386 pesetas. 0,096 euros.
4 La Virgen de la Candelaria se celebra el 2 de febrero. En esa época coincidía con el día de la Entrada.
5 turcas = borracheras.
6 0,094 euros por festero.
192.450
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