Los Zuavos del Papa en 1912: Una Mirada Histórica a una Fotografía Desconocida. PFB 2025



La historia de la Filà Tercio de Zuavos (originariamente denominada Zuavos del Papa) está llena de tradiciones y simbolismos que han sido transmitidos de generación en generación. La fotografía que se analiza en este artículo es una de esas joyas históricas que, aunque desconocida hasta ahora, ofrece una ventana invaluable al pasado, gracias a la tarea infatigable de investigación de Zuavos del Mundo. Esta imagen, publicada en La Voz de la Tradición el viernes 1 de marzo de 1912, probablemente fue capturada durante la entrada del viernes 2 de febrero de ese mismo año. En ella, se pueden observar diversos detalles que merecen una atención especial, ya que enriquecen nuestra comprensión sobre los elementos distintivos del Tercio de Zuavos de principios del siglo XX.

Contexto Histórico de los Zuavos del Papa

Los Zuavos del Papa, más conocidos como los Zuavos Pontificios, un cuerpo militar formado para la defensa de los Estados Pontificios el 1 de enero de 1861 ( y no la Guardia Suiza Pontificia en la que se suele confundir), dejaron una profunda huella en la tradición militar y religiosa. Tras la unificación de Italia y la caída de los Estados Pontificios tras la Toma de Roma del 20 de septiembre de 1870, la figura del Zuavo se mantuvo viva en las conmemoraciones y festividades, especialmente en el marco de las celebraciones de Moros y Cristianos en varias localidades de España. En este contexto, la Filà Tercio de Zuavos de Bocairent emerge como una de las representaciones más emblemáticas, manteniendo vivos los vestigios de una historia cargada de fervor religioso a su patrón San Blas.

La Fotografía de 1912: Un Testimonio Visual

La fotografía de 1912, objeto de este análisis, es una rara instantánea que captura con gran detalle a los miembros del Tercio de Zuavos en un momento clave de su historia. Al observar la imagen, es inevitable centrarse en la figura del capitán de ese año, Francisco de Paula Cabanes Cabanes, quien se erige como una personalidad destacada dentro de la Filà. Su indumentaria, cuidadosamente detallada, así como otros elementos presentes en la escena, ofrecen una rica fuente de información sobre las costumbres y tradiciones de la época.

Francisco de Paula Cabanes Cabanes: Capitán de 1912

En la parte derecha de la imagen, se puede apreciar a Francisco de Paula Cabanes Cabanes, quien ostenta la banda de capitán, un distintivo fundamental que se complementa con la boina roja y la borla dorada. Las estrellas de capitán, visibles en la bocamanga de su uniforme, son otro elemento que subraya su rango. Además, el sable, portado en el centro de la faja con el cinturón porta sables, es un accesorio que aún hoy se mantiene en la indumentaria del capitán del Tercio de Zuavos. La importancia de Francisco de Paula dentro de la Filà es incuestionable, siendo el único miembro en los 158 años de historia que ha ostentado el cargo de capitán en cuatro ocasiones diferentes: 1912, 1916, 1923 y 1933. Detrás de él, se distingue al alférez, quien asumiría el papel de capitán en 1913, Francisco Castro Romero. A su izquierda podemos reconocer a Julian Castelló Silvestre, cronista y autor de las conocida Reseña histórica de la filada de Zuavos de Bocairente desde 1901 a 1922.

Las Picas Infantiles: Un Elemento Poco Documentado

Otro aspecto fascinante de la fotografía es la presencia de las picas infantiles, un elemento que ha sido escasamente retratado y documentado. En la imagen, se observan a los niños portando estas picas, las cuales consisten en un mástil adornado con cintas en espiral de color rojo y blanco, rematado en la parte superior con un banderín que lleva los mismos colores que los banderines actuales. Estas picas, al igual que la banderola que adornaba la boca del arcabuz de los adultos, han experimentado una evolución significativa a lo largo del tiempo. En el último tercio del siglo XX, las picas eran de color rojo, con una banderola más pequeña y un cambio en la disposición de los colores: rojo, blanco y rojo. En la actualidad, la pica es de color madera, con el banderín en los colores correctos, y ha sido adoptada también por las mujeres, quienes utilizan una versión octogonal con un remate de madera en forma de punta.

El Delantal o "Planeta": Un Símbolo de Tradición

El delantal, también conocido como "planeta", es otro elemento distintivo que se observa en la fotografía. Este delantal de piel blanca presenta una cruz patada roja, ribeteada con cinta roja, con dos círculos en la parte superior y dos semicírculos que simulan bolsillos. La principal diferencia con los delantales actuales radica en la anchura de los brazos de la cruz, que en 1912 eran más anchos. Esta cruz, que guarda cierta similitud con la cruz templaria, ha generado cierta especulación sobre los motivos de su incorporación exclusiva en los delantales. Sin embargo, su origen preciso sigue siendo un misterio.

Este delantal es utilizado actualmente por la escuadra oficial de hombres durante el día de la entrada y en la diana de Moros y Cristianos, tanto por hombres como por mujeres, aunque no de manera mixta. Esta escuadra tiene la responsabilidad de abrir el pasacalle de la diana y servir como guardia durante la celebración eucarística. El delantal, en su origen, proviene de los gastadores, quienes eran encargados de abrir paso a la compañía. Equipados con herramientas como palas, hachas y serruchos, estos hombres allanaban el camino para que el resto de la compañía pudiera avanzar sin problemas, una tarea similar a la de los zapadores modernos. El mandil, en particular, servía para proteger el uniforme del barro, la tierra y el polvo, y con el tiempo se convirtió en un símbolo de esta función.

Curiosamente, la cruz que aparece en los delantales de los niños es completamente diferente, asemejándose más a la cruz occitana, también conocida como cruz de Languedoc, cruz de Forcalquier o cruz de Tolosa. Este tipo de delantal cayó en desuso hasta que, en la década de 2010, fue recuperado para la escuadra infantil masculina, que marcha detrás de la música de la escuadra oficial de hombres. En esta nueva versión, la prenda no está hecha de piel, sino de tejido de algodón estampado con los mismos detalles que el delantal de adulto.

El Pañuelo Blanco: Un Elemento Perdido

El pañuelo blanco, que alguna vez formó parte integral del traje de Zuavo, ha desaparecido por completo, aunque sigue siendo utilizado en otras "filaes", como los Moros Vells, Marrocs y Mosqueters. Una de las teorías sugiere que la desaparición del pañuelo podría estar relacionada con el cambio en la vestimenta. Anteriormente, los Zuavos no utilizaban jerseys de cuello alto, sino camisas, y el pañuelo blanco ayudaba a uniformar mejor el conjunto, cubriendo el cuello de la camisa.

Conclusión

La fotografía de 1912 es más que una simple imagen; es un valioso documento histórico que nos permite comprender mejor la evolución de las tradiciones y símbolos asociados con la Filà Terç de Zuavos. A través de la figura de Francisco de Paula Cabanes Cabanes, las picas infantiles, el delantal o "planeta" y el pañuelo blanco, esta instantánea nos ofrece una rica visión de un pasado que, aunque distante, sigue vivo en las tradiciones actuales.

El análisis de esta fotografía no solo enriquece nuestro conocimiento sobre los Zuavos, sino que también subraya la importancia de la preservación y el estudio continuo de documentos históricos. Cada detalle, desde la vestimenta hasta los accesorios, cuenta una historia que, al ser desentrañada, nos conecta con el legado cultural y religioso de una época que sigue resonando en las celebraciones y costumbres de hoy en día.

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Uniforme de Paul Conde de Saisy de Kerampuil, Jefe de Batallón de los Zuavos Pontificios (Segundo Imperio, 1868-1870)

 


Uniforme de Paul Conde de Saisy de Kerampuil, Jefe de Batallón de los Zuavos Pontificios (Segundo Imperio, 1868-1870)

Descripción del Uniforme:

  • Kepi: Tela azul oscuro con trenzas de plata dorada y terciopelo negro bordado con un cuerno de caza. Visera de charol negro con forro interior de piel de oveja.



  • Bolero: Tela azul oscuro con adornos de lana negra y galones de plata dorada. Mangas con botones de latón dorado y espalda decorada con trenzas de lana negra. Forro escarlata. Cintas de diversas condecoraciones en el pecho.




  • Chaleco: Tela azul oscuro con lana negra, botones de latón, reverso de lona negra y forro de lana beige.



  • Faja: Tela escarlata con cordones blancos y botones de hueso.


  • Pantalón: Estilo harén, tela azul con cordón de lana negra y botones de cuerno negro.


Estado del Uniforme: En excelente condición, con algunos agujeros de polilla y desgaste en el quepis y el bolero.

Procedencia: Uniforme heredado directamente de la familia de Saisy de Kerampuil, sin haber sido parte de una colección privada antes.

Biografía de Paul Césaire Emmanuel Marie Constantin Conde de Saisy de Kerampuil:

  • Nacimiento: 29 de febrero de 1830 en Kersaint-Éloy.
  • Carrera Militar: Ascendió de sargento a teniente coronel en los Zuavos Pontificios (1868-1870). Participó en varias campañas, incluyendo Castelfidaro y el asedio de Roma.
  • Cargos: Comandante de la guardia móvil de Finisterre (1870), teniente coronel (1871), coronel y jefe de la brigada en el ejército de Bretaña. Diputado y presidente del comité agrícola de Carhaix.
  • Fallecimiento: 26 de abril de 1894 en Rennes, enterrado en Carhaix-Plouguer.

Familia de Saisy de Kerampuil:

  • Hervé de Saisy: Hermano de Paul, oficial en diversas campañas, caballero de la Legión de Honor, diputado y senador.
  • Otros Miembros: Incluyen a Charles y Xavier de Saisy, ambos participando en los Zuavos Pontificios y en diversas campañas militares.

Historia de los Zuavos Pontificios:

  • Formación: Creado en 1861 siguiendo el modelo de los Zouaves franceses. Compuesto por voluntarios franceses, belgas y holandeses para defender el Estado Pontificio.
  • Campañas: Incluyeron la batalla de Castelfidardo y el asedio de Roma. El regimiento se disolvió en 1870 tras la caída de los Estados Pontificios.
  • Voluntarios: Provenientes principalmente de regiones católicas, con un alto número de nobles y apoyo financiero significativo de familias aristocráticas.

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PRESENTACIÓN DEL LIBRO LA ACCIÓN DE BOCAIRENT | Ajuntament de Bocairent | 22 de febrero de 2025



El pasado 22 de febrero de 2025 tuvo lugar en el Ajuntament de Bocairent la esperada presentación del libro La Acción de Bocairent, una obra reveladora del historiador Ignazio Silvestre Borrego. En este evento, el autor nos sumergió en un episodio prácticamente olvidado de la Tercera Guerra Carlina Valenciana , ofreciendo un minucioso análisis basado en fuentes documentales inéditas.

La presentació se realizó en Valenciano.


Durante la presentación, se expusieron los aspectos más destacados del libro, que recoge:
📜 Más de 230 artículos periodísticos de 90 medios diferentes
🗺️ Mapas detallados que ilustran la estrategia del combate
📰 Análisis de diversas fuentes: prensa liberal, carlista y neutral
⚖️ El impacto político, social y moral de la batalla en plena Primera República
📷 Retratos inéditos y documentos exclusivos

A pesar de algunos problemas técnicos con el sonido —fallaron dos de los tres micrófonos—, el acto transcurrió con gran interés por parte del público, que pudo conocer de primera mano la relevancia histórica de este acontecimiento bélico poco documentado.

Se ha donado un ejemplar para la biblioteca de Bocairet para que pueda ser consultada por la población.

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El Képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios (circa 1870) en la Guerra Franco-Prusiana


La Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) fue un conflicto decisivo en la historia europea que marcó el fin del Segundo Imperio Francés y el nacimiento del Imperio Alemán. En este contexto, unidades de combatientes voluntarios desempeñaron un papel significativo, entre ellos los Zuavos Pontificios, una unidad formada originalmente para la defensa de los Estados Pontificios, pero cuyos miembros participaron también en la defensa de Francia tras la disolución de su cuerpo oficial.



El Képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios

Uno de los elementos más representativos de estos combatientes fue su característico képi, una prenda de cabeza que combinaba la tradición militar francesa con los colores distintivos de su unidad. El képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios alrededor de 1870 presentaba las siguientes características:

  • Material y color: Estaba confeccionado en drap (paño) gris azulado, un color típico de algunas unidades militares francesas de la época.

  • Banda frontal: De drap escarlata, lo que aportaba un fuerte contraste visual y una referencia simbólica a los Zuavos, quienes vestían uniformes llamativos.

  • Detalles decorativos: Contaba con pasa-cintas en cordón garance (un tono rojo característico de los uniformes franceses del siglo XIX).

  • Emblema frontal: Un corno de caza en latón dorado, símbolo distintivo de muchas unidades de infantería ligera.

  • Visera: Rectangular y fabricada en cuero, con un forro interior de maroquín verde. La visera estaba rodeada por un jonc de cuero negro ciré, cosido en el borde exterior.

  • Jugular: De cuero negro, sujeta a los lados con pequeños botones grelots de hierro, utilizados comúnmente en uniformes de la época.

  • Interior: Compuesto por un bandeau de cuero negro ciré y un forro de tela fina negra, garantizando comodidad y resistencia.



Importancia Histórica del Képi

El képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios es un testimonio físico del fervor y la convicción de aquellos combatientes que, tras la caída de los Estados Pontificios en 1870, se unieron a la lucha en la Guerra Franco-Prusiana. Su uniforme, incluyendo el característico képi, simbolizaba su fidelidad al ideal católico y su determinación en la batalla. La presencia de estos voluntarios en el conflicto refuerza el papel de los combatientes extranjeros en la defensa de Francia y destaca la influencia de los zuavos en la tradición militar del siglo XIX.

El excelente estado de conservación de algunos ejemplares, como el descrito, permite estudiar con detalle la manufactura y los estándares de calidad de la época, así como la simbología de las unidades a las que pertenecieron.

Este képi no es solo un objeto de colección, sino un fragmento de historia que transporta a los apasionados por la historia militar a los campos de batalla de la Guerra Franco-Prusiana, donde los Voluntarios de los Zuavos Pontificios dejaron su huella con honor y valentía.







Fuente: Bertrand-Malvaux

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La banda de capitán Fernando Vañó Fuster Filà Terç de Suavos 2026



¡Enhorabuena a Fernando Vañó Fuster, capitan del Tercio de Zuavos 2026!.

Es impresionante ver cómo el arte y la historia se entrelazan en una pieza tan original como esta banda de capitán . La ejecución es magnífica, y se nota el profundo sentimiento que has querido plasmar en cada detalle. Sin duda, un trabajo digno de admiración que refleja el orgullo y la tradición de la Filà Terç de Suavos.

Sin embargo, quienes conocen bien la Acción de Bocairente de 1873 seguro que detectarán un pequeño anacronismo histórico. Aun así, más allá de esa licencia, el resultado es una obra impactante que honra con elegancia la memoria y el espíritu de aquella gesta.




¡Felicidades, Capitán 2026!, buen detalle de la capitanía de tu padre y abuelo.


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El Mosin-Nagant en un contexto anacrónico: Un arma fuera de su época



En la imagen que nos ocupa, observamos un rifle Mosin-Nagant en manos de una persona ataviada con la indumentaria tradicional del Capitán de los Moros Vells de Bocairent. Sin embargo, este detalle llama la atención por la clara incongruencia histórica entre el arma y la época representada en la festividad.

El Mosin-Nagant: Orígenes y características

El Mosin-Nagant es un fusil de cerrojo desarrollado en 1891 por el Imperio Ruso y ampliamente utilizado en conflictos bélicos del siglo XX, incluyendo la Primera y Segunda Guerra Mundial. Este fusil es conocido por su robustez, precisión y su capacidad para disparar cartuchos de 7,62×54mmR, un calibre potente que lo convirtió en un arma icónica en la historia militar.

Su diseño de cerrojo y su cargador interno lo diferencian claramente de las armas de avancarga que fueron predominantes en los siglos anteriores. Mientras que las armas de avancarga requieren que la pólvora y la bala sean introducidas manualmente por la boca del cañón antes de cada disparo, el Mosin-Nagant utiliza un sistema de cerrojo que permite una recarga mucho más rápida mediante el uso de cartuchos metálicos.

La falta de coherencia histórica en la imagen

El Capitán de los Moros Vells de Bocairent es una figura representativa de las fiestas de Moros y Cristianos, celebradas con gran devoción y espectacularidad en esta localidad de la Vall de Albaida. La vestimenta, inspirada en la estética de los guerreros musulmanes medievales que ocuparon la península ibérica, contrasta con la presencia del Mosin-Nagant, un arma que no solo es ajena a la época medieval, sino que tampoco forma parte de la historia militar del mundo islámico en la península.


En estas festividades, lo habitual es ver réplicas de armas de avancarga como arcabuces, trabucos, mosquetes o espingardas, que sí guardan una relación con la historia de los enfrentamientos entre moros y cristianos. La aparición del Mosin-Nagant, un arma de finales del siglo XIX y siglo XX, desentona completamente con la ambientación histórica que se busca recrear en estas celebraciones.

Conclusión

El Mosin-Nagant es un arma fascinante con una gran relevancia en la historia militar del siglo XX, pero su presencia en la imagen del Capitán de los Moros Vells de Bocairent resulta totalmente anacrónica. No solo no pertenece a la época medieval o renacentista, sino que tampoco es un arma de avancarga como las que sí se utilizaban en los siglos previos a la aparición de los fusiles de cerrojo.

Este caso sirve como un ejemplo de cómo los detalles pueden influir en la percepción de una recreación histórica y la importancia de respetar la coherencia temporal en eventos de gran valor cultural. A pesar de su belleza y potencia, el Mosin-Nagant simplemente no encaja en la historia de los Moros y Cristianos de Bocairent.

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"Ignacio, Capità Zuau" – La grandeza musical de la historia y la tradición



En el vasto y riquísimo universo de la música festera, donde las notas se convierten en estandartes y las melodías en estirpe de batallas y gloria, la marcha cristiana "Ignacio, Capità Zuau", compuesta por Damián Molina Beneyto en 2006, emerge como una obra maestra imponente, digna de la más épica de las capitanías. Concebida como un homenaje a Ignacio Silvestre Borrego, esta composición no es solo un regalo familiar, sino un legado sonoro que trasciende su dedicación y se asienta como un pilar dentro del repertorio festero.


El espíritu de los Zuavos: historia y sonoridad

La elección del título no es casualidad ni simple denominación: los zuavos, esos cuerpos de élite de la historia militar, se convierten aquí en inspiración y esencia de la marcha. Desde los regimientos franceses y pontificios hasta los carlistas y americanos, la huella de estos guerreros resuena en cada compás. La composición de Molina Beneyto no solo homenajea la figura del capitán, sino que rinde tributo a la tradición de un cuerpo que, desde 1830, ha sido sinónimo de valentía y heroísmo.

Un arranque poderoso: la llamada a la batalla

Desde los primeros acordes, "Ignacio, Capità Zuau" nos sumerge en un mundo de solemnidad y marcialidad. La introducción, majestuosa y de una gravedad casi litúrgica, abre camino a un desarrollo melódico envolvente donde la percusión marca un ritmo firme y determinado. La armonía, robusta y expansiva, establece una atmósfera de grandiosidad, donde la instrumentación de la Associació Unió Musical Bocairent, banda que estrenó la obra, brilla con esplendor.

El desarrollo: nobleza y bravura

En su estructura, la marcha presenta un equilibrio exquisito entre la solemnidad propia de las marchas cristianas y la fiereza de un ejército en formación. Las trompetas elevan un canto épico, mientras que las maderas suavizan la intensidad con pasajes de lírica nobleza. Cada sección se despliega como un ejército bien organizado, con un tratamiento melódico que refleja el orgullo de un capitán al frente de su tropa.

La transición hacia el trío es un verdadero clímax emocional. Aquí, la melodía se torna más melancólica y evocadora, con un lirismo que parece rememorar las gestas pasadas de los zuavos en los campos de batalla de Europa y África. Es en este punto donde la música alcanza una de sus cumbres expresivas, envolviendo al oyente en un torbellino de emociones que oscilan entre la nostalgia y la determinación.

El cierre: la victoria en el horizonte

Si algo distingue a una gran marcha cristiana es su capacidad de cerrar con una explosión de energía y magnificencia, y "Ignacio, Capità Zuau" cumple con creces esta premisa. La reexposición del tema principal se reviste de mayor intensidad, preparando el terreno para una conclusión apoteósica donde metales y percusión se fusionan en un estallido triunfal. Es el momento de la victoria, la instantánea sonora de un ejército que avanza con paso firme, invencible y glorioso.

Un legado en la música festera

La inclusión de "Ignacio, Capità Zuau" en el álbum "Música Suava", donde comparte protagonismo con el himno de la Filà Terç de Suavos, "El Zuavo", reafirma su importancia dentro del repertorio. Más que una simple composición, esta marcha es un símbolo de orgullo, una banda sonora de la historia, la manifestación musical de una herencia cultural que perdura a lo largo de los siglos.

Con la dirección magistral de Enrique Alborch Tarrassó, la obra cobra vida en una interpretación que resalta su riqueza armónica y su poder evocador. Publicada bajo la producción de AUDIOART y con el respaldo de Caixa Ontinyent, la grabación enriquece el legado sonoro de la música festera, inmortalizando una pieza que sigue resonando en cada desfile, en cada capitán que porta su estandarte con honor.

Conclusión: una obra de referencia

"Ignacio, Capità Zuau" no es solo una marcha cristiana, es una epopeya sonora que engrandece la fiesta y la historia. Damián Molina Beneyto ha logrado plasmar en música el espíritu de los zuavos, la solemnidad de la capitanía y el fervor de una tradición que sigue viva en el corazón de Bocairent y más allá. Es, sin duda, una de esas composiciones que, más que escucharse, se sienten, se viven y se recuerdan con la emoción de quien contempla un desfile de historia y gloria.

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La Acción de Bocairente: Rescatando un Capítulo Olvidado de la Historia Española


En el fascinante universo de la historia, pocas veces se encuentran obras que no solo narren un hecho, sino que lo devuelvan a la vida con la profundidad y el rigor que merece. Ignazio Silvestre Borrego lo ha conseguido con La Acción de Bocairente, una joya literaria que ilumina un episodio fundamental, aunque injustamente relegado, de la Tercera Guerra Carlista Valenciana.

Una investigación monumental

El autor nos ofrece un trabajo que va más allá de lo esperado. Con una recopilación de más de 230 artículos periodísticos de 90 medios distintos, Silvestre reconstruye los detalles de esta batalla clave, enfrentando las narrativas oficiales con una pluralidad de perspectivas ideológicas. Prensa liberal, carlista y neutral se entrelazan en esta obra para desvelar las contradicciones, la propaganda y la confusión que envolvieron el enfrentamiento.

Pero el mérito de esta investigación no se limita a los textos. Por primera vez, La Acción de Bocairente incluye mapas inéditos que ilustran el desarrollo del combate con una claridad impresionante. Gracias a ellos, el lector puede visualizar las estrategias, los movimientos y la dinámica de los bandos en conflicto, otorgando un contexto visual que enriquece profundamente la experiencia lectora.

Un enfoque multidisciplinar

Silvestre no solo explora los aspectos bélicos del enfrentamiento; su enfoque multidisciplinar abarca el impacto político, social y moral de la batalla en el marco de la Primera República Española

La narrativa de Silvestre no teme confrontar la propaganda de la época, ofreciendo un análisis riguroso que desenmascara las tensiones ideológicas. De esta manera, el autor rescata un fragmento crucial de nuestra historia y lo dota de una dimensión contemporánea, permitiéndonos reflexionar sobre cómo los conflictos del pasado moldean nuestro presente.

Un libro imprescindible

Con una bibliografía extensa y meticulosamente documentada, Silvestre no solo entrega una obra para leer, sino una puerta para investigar y profundizar. Su capacidad para conjugar un rigor académico excepcional con una narrativa cautivadora hace de este libro un referente imprescindible tanto para historiadores como para apasionados de la historia de España.

En La Acción de Bocairente, el lector encontrará más que un relato; encontrará una experiencia inmersiva que combina hechos históricos, análisis crítico y un enfoque humano que honra a las personas detrás de los eventos.

Un legado para la historia

Ignazio Silvestre Borrego ha logrado lo que pocos: hacer accesible lo complejo sin perder un ápice de profundidad. Su habilidad para tejer datos, mapas y narrativas convierte este libro en una obra que trasciende géneros y audiencias. Es un recordatorio de que la historia, lejos de ser un ejercicio de nostalgia, es una herramienta para entender quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos.

Si eres amante de la historia, un estudioso incansable o simplemente alguien que busca descubrir los misterios del pasado, La Acción de Bocairente es, sin duda, una obra que no puedes dejar pasar.

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Uniforme de sub-teniente de Paul de Saisy de Kerampuil, , Zuavos Pontificios Segundo Imperio, 1868-1870.

 


     Uniforme de sub-teniente de Paul de Saisy de Kerampuil,  , Zuavos Pontificios Segundo Imperio, 1868-1870.
  • Bolero de tela azul cielo con galones de lana negra y bordes festoneados. Los puños, en color uniforme, llevan un galón de seda negra rematado por una trenza plana de plata dorada, que forma el rango de subteniente. La parte posterior de la manga se cierra con 12 ojales adornados con pequeños botones campana de latón dorado (diámetro 0,8 cm), rodeados por un galón de plata dorada (ancho 1,2 cm). La espalda está ricamente decorada con trenzas de lana negra. El forro interior es de lona escarlata, y en el lado derecho tiene un distintivo ovalado en tela blanca bordado con el Sagrado Corazón de Jesucristo (dimensiones 7 x 4,5 cm).



  • Chaleco en tela azul cielo con galones de lana negra. La parte delantera lleva 28 botones campana de latón (diámetro 0,8 cm). En la base de la parte delantera, una cinta de lona negra sujeta con una hebilla de latón permite ajustar el chaleco a la espalda. La parte posterior es de lona negra fina, con forro completo de tela beige clara; en el lado del forro interior se encuentra una pequeña presilla de tela azul cielo.




  • Manto con capucha en tela azul cielo con ribete de cordón negro, cerrado al frente y cruzado mediante 4 ojales y 4 botones grandes en cada lado. Lleva bolsillos horizontales ribeteados en cordón negro. Las mangas están decoradas en la parte inferior con un galón de plata dorada de 1 cm de ancho, cosido horizontalmente y que indica el rango de subteniente. La capucha está ribeteada con un cordón negro y decorada con una costura central en cordón negro. En el frente de cada lado, dos botones pequeños de uniforme están cosidos y conectados por una presilla de tela azul cielo con ribete negro, con ojales a cada lado, de 9,5 cm de ancho, 2,5 cm de alto en los bordes y 1,8 cm en el centro. Este manto está completamente forrado de tela escarlata.




Procedencia:
Uniforme proveniente de los descendientes directos, nunca en colección privada hasta la fecha. De la familia del conde Hervé de Saisy de Kerampuil; teniente de Louveterie, caballero de la orden del Mérito Agrícola, nacido en enero de 1922, fallecido el 31 de enero de 2019, y de Madame Marguerite de Saisy de Kerampuil, fallecida el 8 de septiembre de 2023.

LA FAMILIA SAISY DE KERAMPUIL Y SU VINCULACIÓN CON LOS ZOAVOS PONTIFICIOS
Paul Césaire Emmanuel Marie Constantin, conde de Saisy de Kerampuil, nacido en Kersaint-Éloy (Côtes del Norte) el 29 de febrero de 1830. Ascendió de sargento a teniente coronel y fue uno de los cuatro jefes de batallón de los zoavos pontificios en Roma entre 1868 y 1870. Sirvió en los Tiradores franco-belgas en Roma a partir del 29 de junio de 1860. Obtuvo el rango de subteniente el 1 de octubre de 1860, ascendiendo a teniente el 19 de marzo de 1861, a capitán el 18 de junio de 1861 y a jefe de batallón el 27 de diciembre de 1868.

Fue teniente coronel en 1871 y caballero de la Legión de Honor en agosto de ese mismo año. Tras su carrera militar, fue coronel de la cuarta brigada de la división Cathelineau en el ejército de Bretaña y, tras la guerra, comandante del 73.º regimiento de infantería territorial. También fue consejero general, diputado del Finistère (1885-1889) y presidente del comité agrícola de Carhaix.

Otros miembros de la familia relacionados con los zoavos pontificios incluyen:

  • Hervé de Saisy de Kerampuil, nacido el 5 de abril de 1833, subteniente en 1861, también sirvió en campañas en Italia y México.
  • Charles de Saisy de Kerampuil, primo, nacido el 23 de octubre de 1846, quien combatió en el sitio de Roma y en la guerra contra Alemania en 1870.
  • Xavier de Saisy de Kerampuil, primo, nacido el 2 de febrero de 1843, miembro de la artillería y participante en la campaña de 1870, falleció ese mismo año debido a la guerra.

HISTORIA
El batallón de los zoavos pontificios se creó el 1 de enero de 1861, basado en los tiradores franco-belgas que lucharon en defensa del Estado Pontificio frente a la unificación italiana promovida por el Piamonte. El regimiento se disolvió el 21 de septiembre de 1870 tras la caída de los Estados Pontificios.

Desde 1861 hasta 1870, el ejército pontificio reclutó a unos 18,000 hombres, con alrededor de 11,000 voluntarios.

Fuente: Bertrand Malvaux

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