El Képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios (circa 1870) en la Guerra Franco-Prusiana


La Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) fue un conflicto decisivo en la historia europea que marcó el fin del Segundo Imperio Francés y el nacimiento del Imperio Alemán. En este contexto, unidades de combatientes voluntarios desempeñaron un papel significativo, entre ellos los Zuavos Pontificios, una unidad formada originalmente para la defensa de los Estados Pontificios, pero cuyos miembros participaron también en la defensa de Francia tras la disolución de su cuerpo oficial.



El Képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios

Uno de los elementos más representativos de estos combatientes fue su característico képi, una prenda de cabeza que combinaba la tradición militar francesa con los colores distintivos de su unidad. El képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios alrededor de 1870 presentaba las siguientes características:

  • Material y color: Estaba confeccionado en drap (paño) gris azulado, un color típico de algunas unidades militares francesas de la época.

  • Banda frontal: De drap escarlata, lo que aportaba un fuerte contraste visual y una referencia simbólica a los Zuavos, quienes vestían uniformes llamativos.

  • Detalles decorativos: Contaba con pasa-cintas en cordón garance (un tono rojo característico de los uniformes franceses del siglo XIX).

  • Emblema frontal: Un corno de caza en latón dorado, símbolo distintivo de muchas unidades de infantería ligera.

  • Visera: Rectangular y fabricada en cuero, con un forro interior de maroquín verde. La visera estaba rodeada por un jonc de cuero negro ciré, cosido en el borde exterior.

  • Jugular: De cuero negro, sujeta a los lados con pequeños botones grelots de hierro, utilizados comúnmente en uniformes de la época.

  • Interior: Compuesto por un bandeau de cuero negro ciré y un forro de tela fina negra, garantizando comodidad y resistencia.



Importancia Histórica del Képi

El képi de los Voluntarios de los Zuavos Pontificios es un testimonio físico del fervor y la convicción de aquellos combatientes que, tras la caída de los Estados Pontificios en 1870, se unieron a la lucha en la Guerra Franco-Prusiana. Su uniforme, incluyendo el característico képi, simbolizaba su fidelidad al ideal católico y su determinación en la batalla. La presencia de estos voluntarios en el conflicto refuerza el papel de los combatientes extranjeros en la defensa de Francia y destaca la influencia de los zuavos en la tradición militar del siglo XIX.

El excelente estado de conservación de algunos ejemplares, como el descrito, permite estudiar con detalle la manufactura y los estándares de calidad de la época, así como la simbología de las unidades a las que pertenecieron.

Este képi no es solo un objeto de colección, sino un fragmento de historia que transporta a los apasionados por la historia militar a los campos de batalla de la Guerra Franco-Prusiana, donde los Voluntarios de los Zuavos Pontificios dejaron su huella con honor y valentía.







Fuente: Bertrand-Malvaux

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La banda de capitán Fernando Vañó Fuster Filà Terç de Suavos 2026



¡Enhorabuena a Fernando Vañó Fuster, capitan del Tercio de Zuavos 2026!.

Es impresionante ver cómo el arte y la historia se entrelazan en una pieza tan original como esta banda de capitán . La ejecución es magnífica, y se nota el profundo sentimiento que has querido plasmar en cada detalle. Sin duda, un trabajo digno de admiración que refleja el orgullo y la tradición de la Filà Terç de Suavos.

Sin embargo, quienes conocen bien la Acción de Bocairente de 1873 seguro que detectarán un pequeño anacronismo histórico. Aun así, más allá de esa licencia, el resultado es una obra impactante que honra con elegancia la memoria y el espíritu de aquella gesta.




¡Felicidades, Capitán 2026!, buen detalle de la capitanía de tu padre y abuelo.


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El Mosin-Nagant en un contexto anacrónico: Un arma fuera de su época



En la imagen que nos ocupa, observamos un rifle Mosin-Nagant en manos de una persona ataviada con la indumentaria tradicional del Capitán de los Moros Vells de Bocairent. Sin embargo, este detalle llama la atención por la clara incongruencia histórica entre el arma y la época representada en la festividad.

El Mosin-Nagant: Orígenes y características

El Mosin-Nagant es un fusil de cerrojo desarrollado en 1891 por el Imperio Ruso y ampliamente utilizado en conflictos bélicos del siglo XX, incluyendo la Primera y Segunda Guerra Mundial. Este fusil es conocido por su robustez, precisión y su capacidad para disparar cartuchos de 7,62×54mmR, un calibre potente que lo convirtió en un arma icónica en la historia militar.

Su diseño de cerrojo y su cargador interno lo diferencian claramente de las armas de avancarga que fueron predominantes en los siglos anteriores. Mientras que las armas de avancarga requieren que la pólvora y la bala sean introducidas manualmente por la boca del cañón antes de cada disparo, el Mosin-Nagant utiliza un sistema de cerrojo que permite una recarga mucho más rápida mediante el uso de cartuchos metálicos.

La falta de coherencia histórica en la imagen

El Capitán de los Moros Vells de Bocairent es una figura representativa de las fiestas de Moros y Cristianos, celebradas con gran devoción y espectacularidad en esta localidad de la Vall de Albaida. La vestimenta, inspirada en la estética de los guerreros musulmanes medievales que ocuparon la península ibérica, contrasta con la presencia del Mosin-Nagant, un arma que no solo es ajena a la época medieval, sino que tampoco forma parte de la historia militar del mundo islámico en la península.


En estas festividades, lo habitual es ver réplicas de armas de avancarga como arcabuces, trabucos, mosquetes o espingardas, que sí guardan una relación con la historia de los enfrentamientos entre moros y cristianos. La aparición del Mosin-Nagant, un arma de finales del siglo XIX y siglo XX, desentona completamente con la ambientación histórica que se busca recrear en estas celebraciones.

Conclusión

El Mosin-Nagant es un arma fascinante con una gran relevancia en la historia militar del siglo XX, pero su presencia en la imagen del Capitán de los Moros Vells de Bocairent resulta totalmente anacrónica. No solo no pertenece a la época medieval o renacentista, sino que tampoco es un arma de avancarga como las que sí se utilizaban en los siglos previos a la aparición de los fusiles de cerrojo.

Este caso sirve como un ejemplo de cómo los detalles pueden influir en la percepción de una recreación histórica y la importancia de respetar la coherencia temporal en eventos de gran valor cultural. A pesar de su belleza y potencia, el Mosin-Nagant simplemente no encaja en la historia de los Moros y Cristianos de Bocairent.

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"Ignacio, Capità Zuau" – La grandeza musical de la historia y la tradición



En el vasto y riquísimo universo de la música festera, donde las notas se convierten en estandartes y las melodías en estirpe de batallas y gloria, la marcha cristiana "Ignacio, Capità Zuau", compuesta por Damián Molina Beneyto en 2006, emerge como una obra maestra imponente, digna de la más épica de las capitanías. Concebida como un homenaje a Ignacio Silvestre Borrego, esta composición no es solo un regalo familiar, sino un legado sonoro que trasciende su dedicación y se asienta como un pilar dentro del repertorio festero.


El espíritu de los Zuavos: historia y sonoridad

La elección del título no es casualidad ni simple denominación: los zuavos, esos cuerpos de élite de la historia militar, se convierten aquí en inspiración y esencia de la marcha. Desde los regimientos franceses y pontificios hasta los carlistas y americanos, la huella de estos guerreros resuena en cada compás. La composición de Molina Beneyto no solo homenajea la figura del capitán, sino que rinde tributo a la tradición de un cuerpo que, desde 1830, ha sido sinónimo de valentía y heroísmo.

Un arranque poderoso: la llamada a la batalla

Desde los primeros acordes, "Ignacio, Capità Zuau" nos sumerge en un mundo de solemnidad y marcialidad. La introducción, majestuosa y de una gravedad casi litúrgica, abre camino a un desarrollo melódico envolvente donde la percusión marca un ritmo firme y determinado. La armonía, robusta y expansiva, establece una atmósfera de grandiosidad, donde la instrumentación de la Associació Unió Musical Bocairent, banda que estrenó la obra, brilla con esplendor.

El desarrollo: nobleza y bravura

En su estructura, la marcha presenta un equilibrio exquisito entre la solemnidad propia de las marchas cristianas y la fiereza de un ejército en formación. Las trompetas elevan un canto épico, mientras que las maderas suavizan la intensidad con pasajes de lírica nobleza. Cada sección se despliega como un ejército bien organizado, con un tratamiento melódico que refleja el orgullo de un capitán al frente de su tropa.

La transición hacia el trío es un verdadero clímax emocional. Aquí, la melodía se torna más melancólica y evocadora, con un lirismo que parece rememorar las gestas pasadas de los zuavos en los campos de batalla de Europa y África. Es en este punto donde la música alcanza una de sus cumbres expresivas, envolviendo al oyente en un torbellino de emociones que oscilan entre la nostalgia y la determinación.

El cierre: la victoria en el horizonte

Si algo distingue a una gran marcha cristiana es su capacidad de cerrar con una explosión de energía y magnificencia, y "Ignacio, Capità Zuau" cumple con creces esta premisa. La reexposición del tema principal se reviste de mayor intensidad, preparando el terreno para una conclusión apoteósica donde metales y percusión se fusionan en un estallido triunfal. Es el momento de la victoria, la instantánea sonora de un ejército que avanza con paso firme, invencible y glorioso.

Un legado en la música festera

La inclusión de "Ignacio, Capità Zuau" en el álbum "Música Suava", donde comparte protagonismo con el himno de la Filà Terç de Suavos, "El Zuavo", reafirma su importancia dentro del repertorio. Más que una simple composición, esta marcha es un símbolo de orgullo, una banda sonora de la historia, la manifestación musical de una herencia cultural que perdura a lo largo de los siglos.

Con la dirección magistral de Enrique Alborch Tarrassó, la obra cobra vida en una interpretación que resalta su riqueza armónica y su poder evocador. Publicada bajo la producción de AUDIOART y con el respaldo de Caixa Ontinyent, la grabación enriquece el legado sonoro de la música festera, inmortalizando una pieza que sigue resonando en cada desfile, en cada capitán que porta su estandarte con honor.

Conclusión: una obra de referencia

"Ignacio, Capità Zuau" no es solo una marcha cristiana, es una epopeya sonora que engrandece la fiesta y la historia. Damián Molina Beneyto ha logrado plasmar en música el espíritu de los zuavos, la solemnidad de la capitanía y el fervor de una tradición que sigue viva en el corazón de Bocairent y más allá. Es, sin duda, una de esas composiciones que, más que escucharse, se sienten, se viven y se recuerdan con la emoción de quien contempla un desfile de historia y gloria.

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La Acción de Bocairente: Rescatando un Capítulo Olvidado de la Historia Española


En el fascinante universo de la historia, pocas veces se encuentran obras que no solo narren un hecho, sino que lo devuelvan a la vida con la profundidad y el rigor que merece. Ignazio Silvestre Borrego lo ha conseguido con La Acción de Bocairente, una joya literaria que ilumina un episodio fundamental, aunque injustamente relegado, de la Tercera Guerra Carlista Valenciana.

Una investigación monumental

El autor nos ofrece un trabajo que va más allá de lo esperado. Con una recopilación de más de 230 artículos periodísticos de 90 medios distintos, Silvestre reconstruye los detalles de esta batalla clave, enfrentando las narrativas oficiales con una pluralidad de perspectivas ideológicas. Prensa liberal, carlista y neutral se entrelazan en esta obra para desvelar las contradicciones, la propaganda y la confusión que envolvieron el enfrentamiento.

Pero el mérito de esta investigación no se limita a los textos. Por primera vez, La Acción de Bocairente incluye mapas inéditos que ilustran el desarrollo del combate con una claridad impresionante. Gracias a ellos, el lector puede visualizar las estrategias, los movimientos y la dinámica de los bandos en conflicto, otorgando un contexto visual que enriquece profundamente la experiencia lectora.

Un enfoque multidisciplinar

Silvestre no solo explora los aspectos bélicos del enfrentamiento; su enfoque multidisciplinar abarca el impacto político, social y moral de la batalla en el marco de la Primera República Española

La narrativa de Silvestre no teme confrontar la propaganda de la época, ofreciendo un análisis riguroso que desenmascara las tensiones ideológicas. De esta manera, el autor rescata un fragmento crucial de nuestra historia y lo dota de una dimensión contemporánea, permitiéndonos reflexionar sobre cómo los conflictos del pasado moldean nuestro presente.

Un libro imprescindible

Con una bibliografía extensa y meticulosamente documentada, Silvestre no solo entrega una obra para leer, sino una puerta para investigar y profundizar. Su capacidad para conjugar un rigor académico excepcional con una narrativa cautivadora hace de este libro un referente imprescindible tanto para historiadores como para apasionados de la historia de España.

En La Acción de Bocairente, el lector encontrará más que un relato; encontrará una experiencia inmersiva que combina hechos históricos, análisis crítico y un enfoque humano que honra a las personas detrás de los eventos.

Un legado para la historia

Ignazio Silvestre Borrego ha logrado lo que pocos: hacer accesible lo complejo sin perder un ápice de profundidad. Su habilidad para tejer datos, mapas y narrativas convierte este libro en una obra que trasciende géneros y audiencias. Es un recordatorio de que la historia, lejos de ser un ejercicio de nostalgia, es una herramienta para entender quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos.

Si eres amante de la historia, un estudioso incansable o simplemente alguien que busca descubrir los misterios del pasado, La Acción de Bocairente es, sin duda, una obra que no puedes dejar pasar.

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Uniforme de sub-teniente de Paul de Saisy de Kerampuil, , Zuavos Pontificios Segundo Imperio, 1868-1870.

 


     Uniforme de sub-teniente de Paul de Saisy de Kerampuil,  , Zuavos Pontificios Segundo Imperio, 1868-1870.
  • Bolero de tela azul cielo con galones de lana negra y bordes festoneados. Los puños, en color uniforme, llevan un galón de seda negra rematado por una trenza plana de plata dorada, que forma el rango de subteniente. La parte posterior de la manga se cierra con 12 ojales adornados con pequeños botones campana de latón dorado (diámetro 0,8 cm), rodeados por un galón de plata dorada (ancho 1,2 cm). La espalda está ricamente decorada con trenzas de lana negra. El forro interior es de lona escarlata, y en el lado derecho tiene un distintivo ovalado en tela blanca bordado con el Sagrado Corazón de Jesucristo (dimensiones 7 x 4,5 cm).



  • Chaleco en tela azul cielo con galones de lana negra. La parte delantera lleva 28 botones campana de latón (diámetro 0,8 cm). En la base de la parte delantera, una cinta de lona negra sujeta con una hebilla de latón permite ajustar el chaleco a la espalda. La parte posterior es de lona negra fina, con forro completo de tela beige clara; en el lado del forro interior se encuentra una pequeña presilla de tela azul cielo.




  • Manto con capucha en tela azul cielo con ribete de cordón negro, cerrado al frente y cruzado mediante 4 ojales y 4 botones grandes en cada lado. Lleva bolsillos horizontales ribeteados en cordón negro. Las mangas están decoradas en la parte inferior con un galón de plata dorada de 1 cm de ancho, cosido horizontalmente y que indica el rango de subteniente. La capucha está ribeteada con un cordón negro y decorada con una costura central en cordón negro. En el frente de cada lado, dos botones pequeños de uniforme están cosidos y conectados por una presilla de tela azul cielo con ribete negro, con ojales a cada lado, de 9,5 cm de ancho, 2,5 cm de alto en los bordes y 1,8 cm en el centro. Este manto está completamente forrado de tela escarlata.




Procedencia:
Uniforme proveniente de los descendientes directos, nunca en colección privada hasta la fecha. De la familia del conde Hervé de Saisy de Kerampuil; teniente de Louveterie, caballero de la orden del Mérito Agrícola, nacido en enero de 1922, fallecido el 31 de enero de 2019, y de Madame Marguerite de Saisy de Kerampuil, fallecida el 8 de septiembre de 2023.

LA FAMILIA SAISY DE KERAMPUIL Y SU VINCULACIÓN CON LOS ZOAVOS PONTIFICIOS
Paul Césaire Emmanuel Marie Constantin, conde de Saisy de Kerampuil, nacido en Kersaint-Éloy (Côtes del Norte) el 29 de febrero de 1830. Ascendió de sargento a teniente coronel y fue uno de los cuatro jefes de batallón de los zoavos pontificios en Roma entre 1868 y 1870. Sirvió en los Tiradores franco-belgas en Roma a partir del 29 de junio de 1860. Obtuvo el rango de subteniente el 1 de octubre de 1860, ascendiendo a teniente el 19 de marzo de 1861, a capitán el 18 de junio de 1861 y a jefe de batallón el 27 de diciembre de 1868.

Fue teniente coronel en 1871 y caballero de la Legión de Honor en agosto de ese mismo año. Tras su carrera militar, fue coronel de la cuarta brigada de la división Cathelineau en el ejército de Bretaña y, tras la guerra, comandante del 73.º regimiento de infantería territorial. También fue consejero general, diputado del Finistère (1885-1889) y presidente del comité agrícola de Carhaix.

Otros miembros de la familia relacionados con los zoavos pontificios incluyen:

  • Hervé de Saisy de Kerampuil, nacido el 5 de abril de 1833, subteniente en 1861, también sirvió en campañas en Italia y México.
  • Charles de Saisy de Kerampuil, primo, nacido el 23 de octubre de 1846, quien combatió en el sitio de Roma y en la guerra contra Alemania en 1870.
  • Xavier de Saisy de Kerampuil, primo, nacido el 2 de febrero de 1843, miembro de la artillería y participante en la campaña de 1870, falleció ese mismo año debido a la guerra.

HISTORIA
El batallón de los zoavos pontificios se creó el 1 de enero de 1861, basado en los tiradores franco-belgas que lucharon en defensa del Estado Pontificio frente a la unificación italiana promovida por el Piamonte. El regimiento se disolvió el 21 de septiembre de 1870 tras la caída de los Estados Pontificios.

Desde 1861 hasta 1870, el ejército pontificio reclutó a unos 18,000 hombres, con alrededor de 11,000 voluntarios.

Fuente: Bertrand Malvaux

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El disparo de armas de avancarga en las festividades de Moros y Cristianos durante el verano


Durante el verano, la Comunidad Valenciana se convierte en el epicentro de las festividades de Moros y Cristianos, donde uno de los aspectos más desafiantes son las altas temperaturas que se alcanzan en esta época del año.

En particular, durante el disparo de armas de avancarga, es necesario tomar medidas de protección adicionales. Además de usar guantes en ambas manos para protegerse del calor intenso que genera el cañón del arma, se recomienda cubrir el cañón con un tejido especial.

Tengo varios años de experiencia disparando en las fiestas de Moros y Cristianos de Dénia, y una de las protecciones más eficaces que he utilizado son los guantes de Nomex, un material ignífugo combinado con piel. Este tipo de guantes me ha evitado muchas quemaduras al manejar cañones que alcanzan temperaturas elevadas.

Un remedio eficaz que se emplea para aislar mejor del calor es el uso de un trozo de toalla. Aunque he visto toallas de varios colores, considero que no es estéticamente adecuado utilizar una toalla turquesa o un paño de cocina con estampado de cerezas en un arcabuz o trabuco. Personalmente, he optado por utilizar toallas de color marrón o negro, que combinan mejor con estas armas de avancarga, especialmente en el contexto de los Marins Corsaris de Dénia.

Hasta hace poco, el método común para fijar la toalla era el uso de precinto negro. Sin embargo, este sistema presenta un inconveniente: al retirarlo, se puede dañar el tejido de la toalla, lo que reduce su vida útil, especialmente considerando que estas toallas se reutilizan año tras año y, eventualmente, deben ser reemplazadas debido al deterioro.

Gracias a un vídeo del canal de ATEXLIER ¿Cómo son las TOALLAS de HIELO de las Olimpiadas Paris 2024?, descubrí un método que mejora notablemente tanto la colocación como el reemplazo de las toallas, al tiempo que es más sostenible. Este nuevo sistema consiste en reemplazar el precinto por gomas para el pelo, colocando unas tres gomas de manera equidistante para asegurar la toalla firmemente. Este método permite un reemplazo más rápido y evita el deterioro del tejido, prolongando así la vida útil de las toallas.

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Corrigiendo el Uniforme de los Zuavos Carlistas: De la Litografía a la Realidad


Los Zuavos Carlistas, una unidad militar distintiva de la Tercera Guerra Carlista, han sido objeto de numerosos errores en la representación de sus uniformes. La fuente original, una litografía en la "Historia Contemporánea" de Antonio Pirala por Juan de Alaminos, presenta los elementos correctos del uniforme: pantalón bombacho, chaleco, chaqueta corta tipo bolero y boina. Sin embargo, el tono bicolor del uniforme ha sido incorrectamente representado en varias obras.

Principales Errores en la Representación del Uniforme

  1. Colores Incorrectos: La litografía original mostraba chaqueta y chaleco en azul con ribetes amarillos y pantalón gris, una combinación errónea arrastrada por autores como José María Bueno y Luis Leza Suárez. Incluso ilustraciones posteriores, como las de Delfín Manuel Salas Carmena basadas en Josep Cusachs i Cusachs de 1888, perpetuaron este error.

  2. Falta de Contraste de Fuentes: La principal causa del error se debe a la falta de verificación con fuentes primarias adecuadas. Aproximadamente el 90% de las representaciones incorrectas derivan de esta omisión.

Corrección del Error

En Zuavos del Mundo, con el permiso del maestro Luis Leza Suárez, hemos adaptado la ilustración de la revista Ristre de 2002. Hemos corregido los colores, mostrando el uniforme adecuado a partir de 1873: gris con ribetes rojos y la boina y borla en rojo. Este ajuste se basa en investigaciones detalladas y busca ser una referencia precisa para futuras representaciones.

Esperamos que esta corrección sea tomada como ejemplo. Ante cualquier duda, estamos disponibles para recrear el uniforme de los Zuavos Carlistas con la mayor fidelidad histórica posible, honrando así a los valientes que lucharon en la Tercera Guerra Carlista.

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Uniforme de PAUL CONDE de SAISY de KERAMPUIL, Capitán de los Zuavos Pontificios, Segundo Imperio, 1861-1868.



Uniforme de PAUL CONDE de SAISY de KERAMPUIL, Capitán de los Zuavos Pontificios, Segundo Imperio, 1861-1868.



Bolero de tela azul cielo ribeteado con lana negra con bordes festoneados. Paramentos del color de la tela del uniforme bordeados con galón negro rematado por tres galones de plata dorada que forman el rango de comandante de batallón. La parte posterior de la manga se cierra con 12 ojales adornados con pequeños botones de campana de latón dorado (0,8 cm de diámetro). Espalda ricamente decorada con trenzas de lana negra. Forro interior de lona escarlata.






Chaleco de tela azul cielo con cordones de lana negra. El frente está adornado con 27 botones de campana de latón (0,8 cm de diámetro). El reverso es de fina lona negra, totalmente forrado con lona beige claro.





Abrigo con capucha de tela azul cielo ribeteado de lana negra. El frente se cierra recto con cuatro ojales a cada lado con botones de media campana de latón estampados con los brazos pontificios (diámetro 2,3 cm). Totalmente forrado con tela escarlata. Capota que se cierra en su base con lengüeta en tela azul cielo con ribete negro y cierre con dos pequeños botones uniformes de módulo (diámetro 1,7 cm).





Pantalón de tela azul cielo ribeteado con cordón de lana negro. Cinturón interior en tela azul cielo. Botones de peltre.





Francia.
Segundo Imperio, 1861-1868.
Muy buen estado, pequeñas pérdidas en los ribetes negros, algunos agujeros de polilla. Abrigo con capucha en buen estado, algunos agujeros de polilla, oxidación en los botones, faltan dos botones. Las rayas del abrigo se han descosido, pero sus huellas aún son visibles.

PROCEDENCIA:
Uniforme de descendencia directa, nunca hasta ahora en colección particular. el conde Hervé de Saisy de Kerampuil; lugarteniente de Louveterie, caballero de la Orden del Mérito Agrícola, nacido en enero de 1922, fallecida el 31 de enero de 2019, Madame Marguerite de Saisy de Kerampuil fallecida el 8 de septiembre de 2023.

LA FAMILIA DE SAISY de KERAMPUIL, FAMILIA VINCULADA A LOS PONTIFICIOS ZOUAVES:

PAUL Césaire Emmanuel Marie Constantin Conde de SAISY de KERAMPUIL
 , nacido en Kersaint-Éloy (Côtes du Nord) el 29 de febrero de 1830. ¡Es un soldado que ascenderá de sargento a teniente coronel! Fue uno de los cuatro comandantes de batallón de los Zuavos Papales en Roma de 1868 a 1870.
Se alistó en los Tirailleurs Pontificios franco-belgas en Roma el 29 de junio de 1860, sirvió con el rango de sargento en Castelfidaro el 18 de septiembre. fue nombrado segundo teniente el 1 de octubre de 1860. Asignado a los Zuavos Pontificios el 1 de enero de 1861, asumió el grado de teniente el 19 de marzo de 1861, luego el de capitán el 18 de junio de 1861 y el de comandante de batallón el 27. Diciembre de 1868.
Durante la guerra, fue nombrado comandante de la guardia móvil de Finisterre en 1870. Nombrado teniente coronel en 1871 y caballero de la Orden de la Legión de Honor en agosto de 1871. Se convirtió en coronel de la guardia móvil de Finisterre. Guingamp, entonces jefe de la 4.ª brigada de la división Cathelineau en el ejército de Bretaña y, después de la guerra, comandó, con el grado de teniente coronel, el 73.º regimiento territorial de infantería.
Consejero general, diputado por Finisterre (1885-1889) y presidente del comité agrícola de Carhaix, fue elegido en la lista conservadora de Finistère en las elecciones del 4 de octubre de 1885; tomó su lugar en la unión de las derechas, combatió con sus votos la política educativa y colonial de los ministerios republicanos y se pronunció, en la última sesión, contra el restablecimiento del escrutinio distrital, a favor del aplazamiento indefinido de la revisión de la Constitución, contra los procesos contra tres diputados miembros de la Liga de los Patriotas, contra el proyecto de ley de Lisboa que restringe la libertad de prensa, contra los procesos contra el general Boulanger.
Paul de Saisy no se presentó a la reelección en 1889 y luego se dedicó al ayuntamiento de Plouguer.
Murió el 26 de abril de 1894 en Rennes a la edad de 65 años. Enterrado el 1 de mayo de 1894 en el cementerio de Carhaix-Plouguer, Finistère. Frente a la iglesia se encuentra la tumba de la familia Saisy de Kerampuil.

Campañas: Columna móvil “Marittima y Campagna” en 1860. Asunto de Ponte Corese, 1861. Campaña de 1867. Asedio de Roma, 1870. Retirada de Viterbo y asedio de Roma. Campaña francesa, como teniente coronel de los Móviles de Finisterre.

Órdenes y condecoraciones: Caballero de la Orden del PIE IX, medalla de Castelfitardo, medalla de Mentana y Bene Merenti, caballero de la Legión de Honor.

Su hermano el Conde HERVÉ de SAISY de KERAMPUIL nació en el castillo de Kersaint-Eloy en Glomel (Côtes-du-Nord) el 5 de abril de 1833, segundo teniente desde 1861, estuvo en el Regimiento Extranjero en 1863 y 1864, también permaneció varios años en Sidi-Bel-Abbès, participó en las campañas italiana y mexicana, se retiró como capitán, se alistó en los Zuavos Pontificios. Su acción en los Estados Pontificios le valió el título de oficial de la orden de San Gregorio Magno. En 1870 fue comandante de un batallón móvil; durante el asedio de París, aseguró durante un tiempo la protección de Trochu al frente del batallón móvil de Loudéac (Côtes-du-Nord).
Caballero de la Legión de Honor en febrero de 1871.
Diputado, luego Senador.
Testimonios de la época hablan de él como un gigante de 2,04 metros “capaz de cargar solo un barril de sidra en un carro”.
El 20 de septiembre de 1860, Hervé de Saisy se casó en Roma con Faustina Ténérani, hija de Piétro Ténérani, escultor, director general de los Palacios y Museos de Roma y ex senador romano, quien le dio una hija, Alix, nacida en Saint-Brieuc ( Côtes-du-Nord) el 8 de enero de 1866.

CHARLES de SAISY de KERAMPUIL (primo), nacido en Saint-Pol-de-Léon (Finistère), el 23 de octubre de 1846. Se unió a los zuavos pontificios el 23 de octubre de 1867. Sargento el 20 de diciembre de 1868. Campaña de 1867, asedio de Roma en 1870. Regresó a Francia en 1870, tras la caída de Roma, para participar en los combates contra los alemanes, a la edad de 24 años fue herido en la batalla de Brou. el 25 de noviembre de 1870, murió en el hospital de Châteaudun el 4 de diciembre, después de haberle amputado la pierna izquierda, destrozada por un proyectil.

XAVIER de SAISY de KERAMPUIL (primo), nacido el 2 de febrero de 1843 en Colombey (Meurthe). Está inscrito en el directorio como un simple zuavo el 31 de enero de 1861, miembro de la rama más antigua de la familia que, tras participar en la campaña de 1870, murió ese mismo año en Libourne a la edad de 27 años a consecuencia de la guerra. Pasó a la artillería el 21 de noviembre de 1861.


HISTORIA:
El batallón Papal Zuavos, creado el 1 de enero de 1861 basándose en el modelo de las tropas Zuavos del ejército francés, cuyo exótico uniforme fue muy popular a mediados del siglo XIX y que Convertido en regimiento el 1 de enero de 1867, estaba formado por voluntarios, principalmente franceses, belgas y holandeses, que acudieron a defender el Estado Pontificio, cuya existencia se veía amenazada por la creación de la Unidad Italiana en beneficio del Piamonte. Su historia se correlaciona con la última década del Estado de la Santa Sede (1860-1870). El regimiento se disolvió el 21 de septiembre de 1870 tras la desaparición de los Estados Pontificios.

El batallón franco-belga de Tirailleurs.
En 1860, la suerte del Estado Pontificio parecía crítica. Las potencias católicas perdieron interés en la cuestión, por lo que el chambelán secreto del Papa Pío IX, monseñor Xavier de Merode, ex soldado convertido en proministro de Armas, decidió recurrir al general de Lamoricière para reorganizar y comandar el ejército pontificio. Para aumentar su número, Lamoricière recurrió al alistamiento voluntario y apeló a los estados católicos. Belgas y franceses constituyen un batallón de fusileros franco-belgas (los mayores contingentes proceden de Bretaña y Vendée) bajo las órdenes del vizconde Louis de Becdelièvre. Él personalmente quiere proporcionarles el uniforme inspirado en los zuavos y adaptado al calor romano. Bastante mal recibido por Lamoricière que tiene muchos otros problemas más urgentes, cuenta con el apoyo de Mons. de Merode y del propio Papa; Por tanto, los tirailleurs fueron llamados zuavos pontificios incluso antes de la creación oficial del cuerpo. Los piamonteses aplastaron a los Pontificios en la batalla de Castelfidardo (18 de septiembre de 1860) y el estado del Papa quedó reducido únicamente al Lacio. El desastre hizo que los voluntarios acudieran en masa a Roma: el batallón de los Zuavos Pontificios estaba formado por una parte de los fusileros franco-belgas y por los irlandeses del batallón de San Patricio, al que se habían añadido, antes de la batalla, los pocos " cruzados" de Henri de Cathelineau.
Joseph-Louis Guérin, seminarista de Nantes, herido durante los combates, murió el 30 de octubre de 1860. Su tumba, en Nantes, se convirtió en un lugar de peregrinación muy popular; incluso se le atribuyeron 35 milagros de curación entre 1861 y 1864.
Durante el mes de mayo de 1860, el batallón Athanase de Charette se puso a disposición del general de La Moricière y recibió el título de capitán. Inmediatamente reunió a su alrededor a varios voluntarios franceses que participaron en la expedición a las Cuevas de San Stefano. Esta operación, dirigida por el coronel de Pimodan, estaba dirigida contra las bandas garibaldianas que habían invadido la provincia de Viterbo.
El 1 de junio, el Sr. de Becdelièvre fue nombrado comandante de batallón y designado para tomar el mando del batallón de Tirailleurs Pontificios.
El 6 de junio, un decreto, refrendado por el general en jefe, organizó las dos primeras compañías desde el punto de vista administrativo y militar. El 18 de junio se creó una sección sin rango.
Las otras dos compañías se fueron formando a medida que llegaban los Voluntarios, casi todas francesas y belgas.
El batallón de Tirailleurs franco-belgas se instaló en Terni para completar su formación; el 20 de septiembre de 1860 contaba con una fuerza de 450 hombres, divididos en 4 compañías activas y 1 depósito.
El 8 de septiembre, el batallón Tirailleurs abandonó Terni y, el 18,Tomó parte muy honorable en la batalla de Castelfidardo.
Una sección, a las órdenes de un sargento, permaneció en Spoleto y participó en la defensa de la ciudad. Sólo unos pocos voluntarios habían seguido al general de La Moricière hasta Ancona.
Los Tirailleurs, que no pudieron ser dirigidos a Terni a tiempo, formaron un destacamento que entró en la columna que operaba en la provincia de Frosinone, para retomar Ponte Corvo. Esta campaña recibió el nombre de “Marittima e Campagna”.
Después de la capitulación de Lorette, el batallón de Tirailleurs franco-belgas fue reformado en Roma, bajo las órdenes del señor de Becdelièvre, ascendido a teniente coronel; se organizó en 6 empresas, gracias a las nuevas incorporaciones que llegaron después de la campaña.
Hacia finales de noviembre, en ausencia del teniente coronel de Becdelièvre, el batallón, bajo las órdenes del capitán ayudante mayor de Chillaz, se dirigió a la frontera toscana y restableció el orden en la provincia de Viterbo; Luego regresó a Roma.
Publicamos en "L'Avant-Garde" el número de franco-belgas hasta el 20 de septiembre de 1860; más tarde completaremos esta lista en el cuerpo de nuestro "Boletín".
Hemos hecho una excepción con todos los oficiales. pertenecían a los Tirailleurs franco-belgas o a los Zuavos pontificios, están unidos en un mismo estado.

La creación del cuerpo de los Tirailleurs franco-
belgas El 1 de enero de 1861 se disolvió el batallón de los Tirailleurs franco-belgas y el mismo día. el batallón de zuavos pontificios, nombre que “la opinión pública y los piamonteses ya habían dado a los combatientes de Castelfidardo. »
El 25 de enero tuvo lugar la expedición de Ponte Corese, brillantemente dirigida por el teniente coronel de Becdelièvre. Tras la retirada de este último, el batallón quedó bajo las órdenes del teniente coronel Atlet, con el comandante de Charette como segundo.
A finales de 1861, el batallón se incrementó a 8 compañías, con una sección fuera de rango.
El año 1862 estuvo marcado por la batalla de Ceprano (4 de agosto).
Hasta 1864, los zuavos contaban entre 300 y 600 hombres, luego la fuerza aumentó a 1.500 hombres y luego a 1.800 antes de alcanzar el máximo de 3.200 hombres poco antes de la caída de Roma.
Entre 1861 y 1870, el ejército pontificio aumentó su número hasta alcanzar los 18.000 hombres, de los cuales 11.000 voluntarios (entre ellos 3.000 franceses, casi el 40% de los cuales procedían de Bretaña o Vendée).
El 11 de abril de 1866, una circular del mariscal Randon había autorizado la creación de la Legión de Antibes que, junto con los zuavos papales, proporcionó mano de obra al ejército pontificio, especialmente soldados de nacionalidad francesa.
Entre 1861 y 1870, hubo más de 10.000 nuevos reclutas de 25 nacionalidades diferentes. Los más numerosos son los holandeses, luego los franceses y los belgas, pero también hay suizos, alemanes, italianos, canadienses e incluso estadounidenses. De 170 oficiales, hay 111 franceses y 25 belgas. Su capellán es monseñor Jules Daniel, natural de Nantes, asistido por dos belgas, monseñor Sacré y monseñor de Woelmont.
Uno de los reclutas más conocidos es John Surratt (1844-1916), implicado en el asesinato de Abraham Lincoln en 1865: tras huir a Europa, sirvió durante algún tiempo en la novena compañía de los Zuavos Papales, bajo el nombre de John Watson. .
Más de un tercio de la población activa francesa procede de los departamentos que componen las actuales regiones de Bretaña y Países del Loira. Esta afluencia enmascara las importantes contribuciones del Norte, de la región de Nimes y del sur del Macizo Central. Si bien los belgas de habla holandesa y los holandeses suelen ser de origen obrero, la nobleza está bien representada entre los voluntarios franceses y belgas de habla francesa. El duque de La Rochefoucauld-Doudeauville y su hermano, el duque de La Rochefoucauld-Bisaccia, apoyaron financieramente a la empresa equipando completamente a 1.000 hombres. Su punto en común es su apego a la Iglesia católica romana: su lucha es vista como una cruzada para defender la capital del catolicismo y la libertad del Papa contra el revolucionario Garibaldi y el rey Víctor Manuel II. Su compromiso religioso es a menudo inseparable de su compromiso político: muchos franceses afirman ser legitimistas.
La Convención del 15 de septiembre de 1864 y la salida del ejército francés dieron un nuevo impulso al reclutamiento del cuerpo y, el 1 de enero de 1867, el batallón se convirtió en regimiento con 2 batallones de 6 compañías y 4 compañías de depósito.
Tras la memorable campaña de Mentana, el Regimiento se organizó en 3 batallones, que incluían sucesivamente 6, 7 y 8 compañías, y 4 compañías de depósito.
Finalmente en 1869, el Regimiento recibió su organización definitiva: 4 batallones con 6 compañías y 4 compañías de depósito. Así quedó constituido que fue testigo de la invasión de 1870 y del asedio de Roma.
La destitución se produjo el 21 de septiembre de 1870.


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