Año 1902
Capitán D. José Molina1
Vista la armonía que disfrutaba esta compañía de festeros, fueron adhiriéndose a ella algunos elementos jóvenes, y en este año ascendió el número de plazas a 27, pero en vísperas de celebrar las fiestas tuvimos que lamentar una baja por causa de defunción.
Después de haber hecho la escuadra de gastadores algunos ensayos como de costumbre y en la cual tomaba parte este año el malogrado joven José Calabuig, sucumbió bajo aguda enfermedad a los tres días de guardar cama, dejando un vacío grande en esta corporación y por consecuencia de esta baja sufrir algunos disturbios que tuvieron que intervenir los veteranos pues se disputaba aquella plaza vacante.
La paella se confeccionó en el sitio denominado el (Tiraor) y puede decirse sin temor a equivocarse que fue una noche cual ninguna de las que se han celebrado. El sargento Miguel Calatayud fue el encargado de confeccionar las paellas y de aderecerarle, el bollit a D. Paco Ritas que esta era su clásica comida en días o noches como esta. Posesionado en su asiento de preferencia el referido Don Paco teniendo a un lado a José Mª Vañó (Tirauret),y al otro Antonio Castelló (Serio) se dio principio a la clásica paella.
El intento de este señor era el que consiguió, meternos a todos en carrera sin necesidad de estudios, y efectivamente así resultó.
A unos les hizo del escuadrón de lanceros, otros fueron guardacantones, quienes guerrilleros pies redondos y el que fue el cabecilla tuvo que recurrir a los huevos crudos y siendo médico casi como se cura el mismo; pero el final de la jornada que fue en casa de D. Francisco Calabuig (Poblet) casi como queda títere con cabeza, es decir que al final de la batalla entre muertos y heridos fueron todos víctimas del consabido ataque.
La música de Adceneta2 parece que le gustó el tratamiento que le dimos, y al recibir carta de compromiso en este año, no aguardó ruegos, pronto la aceptó con la que asisteron las mismas plazas con el mismo precio que el año anterior y desde luego aceptamos.
Con bastante armonía transcurriendo iban aquellos días de fiesta, pero llegado el tercero y durante el acto de la embajada nos metió el médico en el casino y allí fue Troya. Empezó a componer la bebida que el sabía para estos casos, o sea el blanco y negro y siempre empezando él primero, obligaba en este caso a entrar en batalla a todo ser viviente con boina y donde resultó que al finalizar la embajada ya eran todos los asistentes al convit más médicos que su cabecilla.
Por la tarde del mismo día nos reunimos en el local del Patronato, y en uno de sus anchurosos patios hicimos un grupo del cual se nos sacó una fotografía que muchos de los veteranos de entonces aún conservan.
Durante este año 1902 se hicieron algunas reuniones, pero debe especial mención la piñata de la Masía del Ros, la que hubo que afrontar algunas dificultades que se presentaron.
Había dos individuos que no pertenecían todavía a la reunión, pero deseaban pertenecer llamados Eduardo Espí y Vicente Belda, a los cuales se les concedió al primero permiso y se le negó al segundo.
En vista de esto, hubo encontradas opiniones sobre este particular y hasta llegaron algunos a formar partido y no si fundada razón en contra del primero, pero no llegó la cosa a mayores desórdenes. En la piñata hubo bastante armonía y esta reunión de compañeros para el día sin tener que lamentar desgracia alguna; solamente que como a eso de las dos de la tarde cuando la mayor parte de los excursionistas paraban un rato, durmiendo, quienes jugando,,subió escalera arriba y chita las callando, un individuo que se llama Leandro Cardós (Muisén),y con esa sangre fría que le es propia, coge con mucha calma y tranquilidad la escopeta que el dueño tenía colgada de un clavo en una habitación, la registra y ve que estaba cargada y sin más reflexiones que las que quedan ya apuntadas, asómase a una de las ventanas de la casa y ve allá lejos prendido de un corpulento nogal una nuez medio carcomida, se apunta, suelta el gatillo y al oír la detonación los que estaban muy ajenos al suceso que se había llevado a cabo por el joven calavera, se llevaron un buen susto que hubiera muy bien podido ser una desgracia.
De este modo acabó aquella excursión que tan grato recuerdo ha dejado en la memoria de los que tuvieron la dicha de asistir.,Y demos final a este año para dar lugar a ocuparnos de los que nos restan todavía que narrar, pero antes hay que advertir que salimos de gastos por plaza a 17,30 ptas , siendo este año depositario de los fondos y rayas Miguel Calatayud y representante Tomás Galiana.
Autor: Julián Castelló Silvestre (1876-1940)
1 José Ramón Molina Silvestre
2 Población valenciana denominada actualmente Adzaneta de Albaida
190.120
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