Por demás entusiasta y festero es el capitán que nos dirigió en este año, como no puede
ser menos pues corre por sus venas sangre de los zuavos antiguos. Su padre fue uno de los fundadores de la comparsa y como tal se le reconoce al hijo como zuavo de cepa.
No están mal fundados los motivos porque este sujeto, a pesar de vivir casi siempre en
las afueras de la población y careciendo de tiempo para acompañarnos en muchas ocasiones, no obstante de esto, nunca ha sido de los que han ido a la zaga, pues para los suyos nunca le pareció hacer bastante.
Pocos datos podremos relatar en el presente año, puesto que la desgracia del que pudo
recogerlos para estos apuntes le privó de prestar su concurso por duelo riguroso, faltándole su compañera y privándole con este fatal golpe de todo el humor que todos los años anteriores disfrutaba y por lo consiguiente y antes dicho no se pudo apercibir más que de algunos detalles pequeños que son los que afectaron a todo, porque a decir verdad el año fue fatal.
En Marzo de 1909 se cerró la Fábrica de paños de los Sres. Doménech y hermanos, y como muchos de los operarios que pertenecían a dicha fábrica eran zuavos, resultó que la filada como después del paro algunos se fueron colocando fuera de la población tuvimos alguna baja por ausencia y lo mismo sucedió en las demás comparsas, así es que resultó algo ridícula la fiesta porque muchos de los que pertenecían a las filadas no salieron este año a la fiesta.
Situado nuestro cuartelillo en San Roque no podíamos mejorar para nuestros propósitos
puesto que allí nadie venía a turbarnos la paz, pero nos la turbaron rencillas de algunos que permaneciendo a la expectativa de algunos hechos se valieron de alguna estratagema pero no les salió muy bien y hubo disgustos entre Cantó, Castelló, Marco, Peti, Calatayud, Navarro y otros que por intereses poco comunes hubo alguna diferencia por mediar algunos que pertenecian a la comparsa de moros viejos y esto disgustó un tanto a muchos que nada tenían que ver con el asunto y además que no sabían nada.
Por fin esto no pasó a cosas mayores, aunque algunos se ausentaron por espacio de un año sin llegarse a confrontar para nada a fin de poder averiguar aquel enojoso asunto.
Verdaderamente la corporación estuvo este año algo escasa de personal, pero no obstante la música de Adceneta no se negó en prestarnos su correspondiente servicio como lo había hecho los años anteriores, pero con menos plazas y por consiguiente menos precio 37 duros, 19 plazas y los bagajes a su cuenta por estar la situación del pueblo no muy buena.
Las cuentas de este año resultaron más caras y por todo lo antes dicho y más porque ya
no teníamos ningún arbitrio de ninguna clase como antes. 17 pesetas 80 céntimos fue lo que perteneció por cada individuo. Representante Fco. de Paula Cabanes, depositario José M° Vañó por dimitir de este cargo Joaquín Castelló.
Autor: Julián Castelló Silvestre (1876-1940)
1 Vicente Puerto Belda
195.295
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