Año 1915
Capitán Francisco Llinares 1
Antes de dar comienzo a la relación de todo lo ocurrido en este año de 1915, bueno será que apuntemos y dejemos aquí como memoria que en vista de la escasez de rásegas que había y que a consecuencia de esto aparecían en la procesión del Viernes Santo nuestras filas muy pobres de personal, tuvo a bien D. Julián Mora y D. Francisco de P. Cabanes hacer 20 rósegas costeadas de su propio bolsillo con el fin que se quedasen depositadas en un lugar y de esta manera poder la comparsa presentar en la referida procesión el mayor número posible de individuos, en la condición que una vez terminado el acto religioso devolverla al depositario Julián Castelló y esto es lo que se ha venido observando y lo que se debe observar para la buena marcha de la comparsa. Y pasemos a otro asunto.
Con gran sentimiento tuvimos que desalojar la casa del Pati, donde teníamos instalado
nuestro cuartel general, por convenir así a su dueño y nos instalamos en la misma calle y en la casa antiguo cuartel de la Guardia Civil, cuyas habitaciones son a propósito para ser alojada una corporación como la nuestra y muy en particular que están a pie firme que es lo mejor que puede haber en donde se congregan muchos hombres juntos, porque a pesar de ser el piso tan sólido en una de las noches que quisieron reunirse a cenar unos cuantos, entre ellos Vicente Cabanes, Antoli, Muisén, Lloret, Linares y otros que no recuerdo, tuvieron que hacer al dia siguiente un tabique nuevo, la chimenea estuvo a punto de derrumbarse y por poco acaban con todos los utensilios habidos y por haber, de modo que si no se toma la previsión de alojar a esta gente en terreno firme, sin duda alguna se hunde.
También hubo que atender a los inconvenientes del año anterior, pero el representante que era ya ducho en la materia supo defenderse y defendernos, y gracias a sus ardides no se metieron en danza de la consabida parelleta, que la intención era de hacernosla tragar, pues hubo varias opiniones entre los representantes y prevaleció la del nuestro, Fco. de P. Cabanes.
Con gran solemnidad se celebró la paella del día de la publicación, pues Linares no quiso
ser menos que sus antecesores y nos obsequió como los capitanes que le precedieron, allí hubo brindis y capeos y hasta alguna mona que no pudo formar en la escuadra de aquel día. Y continuaron todavía las noches de broma en el mismo orden que los años anteriores. El tío Pepe el Globo era el encargado de encender la lumbre todas las noches de cena y allí al rinconcito permanecía inmóvil mientras quedaba un concurrente y con esto podrán comprender los que lean estas páginas y no han tenido el honor de presenciar ningún acto de esta clase de seguro, que dirán para su pellejo «quien no hubiera podido asistir a estos actos» y ahora hago punto porque no quiero estenderme en la filoxera de Marset que con el casquete calado hacia más fuego que la capitana, pero sin que a nadie pudiera ofender en lo más mínimo a todos gastaba la suya, así es que estaba en su lugar.
El día de la Virgen por la mañana, al hacer el reparto de mochilas para que cada cual
preveyera lo que le hiciera falta, se pudo observar que de las ocho mochilas que hay para los ocho individuos de la escuadra, solo aparecieron siete, de modo que faltaba una.
Vamos a ver en horas tan apremiantes a que individuo le viene bien formar en la escuadra de gastadores sin su correspondiente mochila. Se hicieron todos los reconocimientos que se pudo por todo el local del maset. Se indagó todo cuanto se pudo a individuos particulares por si acaso era una broma, pero no se obtuvo resultado alguno. Acudimos también a ver si podíamos hacer una nueva, mas no había tiempo. Entonces optamos por sortear al que debía salir sin mochila, pero Manuel Marset no permitió que las cosas llegasen a tal extremo y se brindó en salir él sin su correspondiente mochila, y de este modo nos salvó el compromiso. Dicha mochila salió el tercer día de fiesta en el armario que lo habían vuelto al revés días antes y no se pudo encontrar nada. Claro estando escondida como iba a hallarse y este es uno de los puntos más culminantes de esta relación.
Ahora hay que hacer mención de la inauguración de la retreta que es una de las cosas que mas lucen en la fiesta. Fue iniciada por los representantes en junta general, lo que se aprobo por unanimidad y en el año 1915 se llevó a la práctica.
Nuestra filada hizo todos los esfuerzos para competir en suntuosidad con las demás
comparsas y así resultó, porque en cuanto al mostrario de los faroles se puede decir que fue el más artístico y en cuanto al farol del sargento lo mismo, este fue confeccionado el
armazón por José Aleixandre, pero la idea, el plano, el forro y demás fue obra del individuo Julián Castellón que no le duele nada de lo que en fiestas se invierta. Por ser el primer año de retreta no fue necesario enseñar a nadie lo que debía guardarse y así que resultó un acto brillantisimo, por lo que el farol del sargento debe guardarse como una cosa tradicional o primitiva, no por su valor pues solamente costó 11 pesetas, sino porque es el primero y debe guardársele consideración.
A parte de esto hay también que advertir que el Sr. Linares estuvo algo pesado y con los pies redondos casi todas las fiestas, pues el día de la procesión quería mostrar su autoridad sobre toda la filada y lo que hizo fue no extenderse y acabar por decir que era un gracioso sin sombra, que es lo mismo que decir un gracioso sin gracia, que es lo mismo. El día de moros y cristianos se hizo limpiabotas que hasta no pudo reconocer a su mismo padre que con alpargatas quería limpiarle las botas y el pobre Pasqualet, dueño del taburete se hizo por fuerza criado del capitán de zuavos que le alargó algún cigarro y algún puñado de dátiles.
También hubo camorra con el carruaje del Sr. veterinario que tuvo que ceder el paso a la
filada y el carruaje fue llevado triunfalmente por las calles del pueblo con la correspondiente cuadrilla, pero al terminar este divertido acto hubo que lamentar una enorme caída a pie firme de un sujeto llamado Colan el negre, que no podía tenerse en pie y como el pobre le da por llorar cuando en fiestas coge alguna mona, no costó trabajo reducirlo a la parte que mejor nos pareció y pudimos capturarle a casa?, pero poco le duró este triste estado porque al toque de oraciones ya estaba otra vez metiéndose en carrera.
Hay que hacer mención de la función de teatro que este año llevó a cabo una compañia
valenciana, pues en ella debutó una de las noches el individuo Leandro Cardós, acompañado de Eduardo Espi Moltó, el que en unión de su compañero se llevaron los aplausos del público en general, de modo que podemos decir que en nuestra compañía existen artistas de todas clases que pueden competir con lo mejor que haya en Europa.
Uno de los mejores enseres que tiene la comparsa es el banderín y la mesa, esta última la
adquirimos en este año 1915, la cual nos hace un papel muy bueno para todos los actos
que se realicen en el maset. Nos costó 25 pesetas y creo que es una de las mejores prendas que poseemos y de las más baratas.
La música en este año nos costó 40 duros y bagajes, de modo que ocasionaron muchos
gastos y junto con la cantidad invertida en la mesa y lo demás que ocurrió, salimos a cuentas 17,75 pesetas, quedando un depósito para paellas y gastos de Viernes Santo 8 pesetas.
El depositario en este año fue el mismo, pues en este cargo por lo regular no hay relevo muy a menudo porque no es cargo de ambicionar y como los cargos son cargas nadie los quiere.
Estos son en general los datos que buenamente podemos ofrecer a nuestros compañeros para lo venidero en el año citado, de ellos se desprende que hay buena dirección en la filada y que cada cual se sujeta a las órdenes que promulgan los veteranos, y de no seguir así no creo que estaríamos en la considerable altura en que nos encontramos, pues en la lista para el año venidero quedaron alistados 55 individuos que creo que es un número considerable tratándose de una filada. Pues hay que continuar con este régimen si no queremos fracasar y así nos mantendremos en estado de primera línea y seremos la envidia de muchos festeros que quisieran vernos desorganizados.
Autor: Julián Castelló Silvestre (1876-1940)
1 Francisco Llinares Esquerdo
197.360
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