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Grupo de Zuavos 1911
Foto: Archivo Filà Terç de Suavos Bocairent |
Publicado en el programa de fiestas de Moros y Cristianos de Bocairent en 2011.
Este es el tercer articulo de reflexiones sobre el pasado y el futuro de la fiesta que han representado la aportación de la Filà Terç de Suavos a los programas de los años 2008 y 2009. El año 2010 lo dedicamos a una nieta de un zuavo del Papa Pío IX, el holandés Theodorus Derks, un año después que Nina se apuntara a zuava de nuestra filà. Cerramos con este artículo la serie de las fiestas del futuro.
Es por esto que este año lo dedicamos a repasar los años 1910 y 1911, tal y como nos narraba el tío Julián en su libro de memorias. Volvemos a recordar los comentarios de la conveniencia o no de las fiestas entre semana. Ahora con más motivo porque el pueblo ya va bastante asustado con el tema. Algunas filaes ya se han pronunciado sobre el tema y la junta de Fiestas también ha iniciado el proceso que culminará con una consulta a todos los festeros. Cuando este artículo aparezca publicado ya tendremos el resultado de la consulta, pero ahora todavía es una incógnita.
Este año empezaremos un poco más atrás, porque el 27 de enero de 1811 mossén Marti Pérez, vicerrector de la Parroquia, tuvo que leer la confirmación del patronazgo de San Blas en la misa de ese día que era domingo. Parece que en aquel momento no estaba nada claro el patronazgo de San Blas. Es por eso que el clero, el Consejo, la justicia, el regimiento de la villa de Bocairent pide al arzobispo de entonces, Vicente Ferrer, que confirmará la elección hecha en 1632 de San Blas como patrón de la villa.
De esa manera queremos expresar que, casi 50 años antes de la fecha de 1860, año en que hemos oficializado el nacimiento de las fiestas tal como las conocemos ahora, el patronazgo del Santo tuvo que ser confirmado. Es decir, que en aquel año de 1811 todo el pueblo hablaba de si hacer fiesta el día 3 al Santo o no.
“Por parte del Clero, Consejo, Justicia, Regimiento de la Villa de Bocairente, en ésta nuestra diócesis y a nombre del común del vecinos de la misma se nos ha manifestado, que en un libro registro de los Consejos de aquella Villa, que comprende los años 1605 hasta 1633 se halla un acuerdo (cuya copia autorizada nos han presentado) en la cual se lee: Que en 6 de noviembre de 1632 el Consejo General legítimamente convocado y congregado VOTÓ por Patrono de dicha Villa al glorioso San Blas Obispo, solicitando el correspondiente decreto del entonces Arzobispo, nuestro antecesor don Fray Isidoro Aliaga, para la celebración de una fiesta como tal el día 3 de febrero de cada año, la que en efecto se ha celebrado sin interrupción hasta el presente.
Mas no hallándose en un archivo ni en el del clero la aprobación necesaria y prevenida, y deseando la continuación de la festividad del Santo todo su vecindario y quitar todo escrúpulo, recurrieron a Nos para la aprobación del S. S. y como esta se imposibilita por las circunstancias actuales nos han suplicado en uso de nuestras facultades confirmemos la nominada elección, supliendo cualquier defecto que haya podido faltar.
Y Nos condescendiendo benignamente a sus súplicas por tenor de la presente, confirmamos y aprobamos la elección hecha por todo el común de vecinos, según queda expuesto, por Patrono Principal de la citada Villa de Bocairente en San Blas Obispo y Mártir, con todas las prerrogativas que le corresponde, celebrándose fiesta anual el día 3 de Febrero, y que como tal se solemnice la fiesta por el clero secular y regular, conforme a las rúbricas, y como día de precepto para la villa y feligresía que comprende su término.
Sin que consten cualesquiera cosas en contrario y teniendo por suplidos cualesquiera defectos que se hubiesen cometido. Dado en nuestro Palacio Arzobispal de Valencia, firmado y sellado con el de nuestras armas a los veintiuno de Enero de 1811. Fray Joaquín, Arzobispo de Valencia. Por mandato de S. E. I. el Arzobispo mi Señor D. D. Vicente Ferrer. P. Sº Abr.”
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Foto: Archivo Filà Terç de Suavos 2011 |
Con esta introducción que nos sirve para reflexionar sobre los pilares de la fiesta, iniciamos el recorrido hacia el pasado para volver al presente y pensar en el futuro. El capitán de los Zuavos de 1910, Vicente Puerto, era hijo de uno de los fundadores de la filà y el tío Julián apunta que aquel año no salió a fiestas por duelo riguroso, ya que se había muerto su compañera. Y como no había participado en las fiestas, solo apunta unas pocas anécdotas, pero no con la pasión de quien las había vivido. Todo y eso, no deja de anotar los aspectos que le parecen más relevante, pero también apunta que el año fue fatal. El año anterior, el 1909, había cerrado la fábrica Doménech Hermanos, en la cual trabajaban muchos festeros, algunos de ellos eran zuavos. Para las fiestas de 1910 los Zuavos recurrieron, como los años anteriores, a la música de Atzeneta, que entendió la situación en la cual estaba el pueblo y vinieron con solo 19 músicos que les costó sólo 27 duros, transporte incluido.
El año 1911 recordaremos los Zuavos porque nuestro representante Francisco de Paula Cabanes se le ocurrió cuestionar los bailes que hacían los moros viejos delante del Ayuntamiento despues de vísperas. El tema fue debatido en las reuniones de la Junta de Fiestas y, a ras de eso, los Moros Viejos y otras filaes empezaron a reivindicar la parejita de zuavos en la procesión de San Blas. Pero el hecho más importante ocurrido en el año 1911 fue el retraso de las fiestas un día, ya que un temporal impidió que el día 2 pudiese hacerse la Entrada y la pasaron al día 3.
La escuadra de los Zuavos marchaba bien orgullosa por las calles del pueblo con la marcialidad que le caracterizaba - según narra el tío Julián - cuando vieron que un caballo con un jinete al galope iba de cara a ellos, el jinete no era otro que el zuavo, Eduardo Espí, el cual aquel año quiso salir a caballo y lo que realmente le gustaba a él era repartir peladillas. La suerte que tuvieron es que la escuadra vió al caballo y al jinete y abrieron filas, los veteranos que iban detrás apartaron a los niños y Francisco de Paula Cabanes, paró al animal como pudo. Gracias que no paso nada. Como era habitual, el tío Julián hace referencia a una buena turca que no los dejaba levantarse del suelo y algunos volvieron a casa a cuatro patas. El capitán de aquel año fue Julián Mora y cogió la banda Francisco de Paula Cabanes, así que el día de cambio de bandas hubo pólvora para todos los Zuavos y disfrutaron disparando los arcabuces.
De toda la narración de 1911 lo que más nos ha gustado es la manera de referirse al frío que hacia y como lo combatían. El día 3 se levantaron con un frío que pelaba. “El frío era tan intenso que era capaz de helar las campanas de la torre pero cuando se prepara la máquina con el vapor que buenamente se cree, el frío no penetra en el interior de los cuerpos porque es expulsado hacia afuera por una fuerza más potente”. Imaginemos el maset en la calle San Roque, con una llar o estufa de leña después de una fuerte nevada. Ilustra el final de este capitulo con una palmera de plátanos machos que seguramente habría visto cuando estuvo en Cuba. Seguramente aquella palmera le traían recuerdos de buenos tiempos en la isla del Caribe.
Muy interesante es también la murga del año 1911, en artículos anteriores ja nos hemos referido a esta murga que siempre me ha resultado muy interesante. La fiesta la pagaron los festeros que son pobres, porque los ricos se quedan en asa y se benefician del consumo y los casinos. La raya que hacen es la que les sirven a los festeros para pagar las fiestas, a diferencia de pueblos como Alcoi, Banyeres, Beneixama y Ontinyent donde, según la murga, la paga el Ayuntamiento.
Así que no podemos olvidar los pilares de la nuestra fiesta a San Blas, unos pilares que fueron asentados poco a poco aquellos festeros de final del siglo XIX, los de principios de siglo XX, las generaciones de festeros, que nos han precedido y los de principio del siglo XXI que tenemos ahora la responsabilidad de continuar haciendo fiestas de Moros y Cristianos. Unas fiestas bien enraizadas, no tan distintas de las de nuestros antepasados, pero diferentes. Pensamos por unos momentos en un pueblo de mas o menos los mismos habitantes que tiene hoy en día, pero con dos millares de festeros y otros tantos músicos. Hoy en día hemos multiplicando por cien los festeros y cada una de las filaes saca el día de la Entrada más músicos que todas las filaes de hace cincuenta años. En cambio, la necesidad de vivir la fiesta como la vivimos debe de ser similar a la de aquellos hombres. ¿Será así el futuro?.
Buenas fiestas a todos y vitol al Patró Sant Blai!
Vicent Satorres Calabuig.
President de la Filà Terç de Suavos.
Texto traducido al castellano, el original está escrito en valenciano. Su finalidad es darle mayor difusión para los estudiosos tanto de las fiestas de moros y cristianos, así como de los Zuavos.
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