Como tengo por costumbre desde hace unos años, me dispongo a relatar mis impresiones en esta crónica de las fiestas 2011.
El ambiente previo venia caldeado por la celebración del referéndum en
el que la población festera de Bocairent mayor de edad iba a dar su
opinión acerca de la posibilidad de cambiar las fechas tradicionales de
celebración de las fiestas a fin de semana. La profunda división de
opiniones quedo reflejada en el resultado final que demostraba lo
igualadas que ambas opciones estaban entre los festeros, dejando en
manos del ayuntamiento la decisión final de realizar o no una consulta a
nivel de pueblo esta vez vinculante que ponga punto y final a la
polémica .
No obstante y pese a las diferencias surgidas entre los distintos
pareceres de los festeros acerca de los criterios empleados para el voto
por correo, la gente en general supo aparcar el tema y propiciar un
ambiente de concordia durante los días de fiestas que empiezo a relatar.
Día de les CaixesTras una eterna
jornada de trabajo que mi ilusión por las inminentes fiestas parecía
dilatar en exceso, al fin pude abandonar mi despacho y salir a la calle
ataviado con mi manta.
El intenso frío reinante, me pareció un mal menor en comparación con las
terribles expectativas meteorológicas que días antes predecían un
temporal de agua para los días grandes, pero que afortunadamente y por
un cambio de viento providencia acabó lejos de nuestro territorio
reinando un tiempo excelente y un sol radiante durante los días de
fiestas.
De camino a la plaza y acompañado de mi mujer me llamó la atención que había menos gente que otros años allí congregada.
La grave voz del sargento mayor llamando a las cajas de cada filà a la
fiesta y el primer ¡¡VITOL!! llenaron la plaza y vimos comenzar el
desfile de “farolets”.
Mi mujer debido a su embarazo no podía permanecer de pie mucho rato de
modo que decidimos ver desde el salón de casa el castillo para que
estuviese más cómoda.
Acabado el castillo acudí como todos los años en busca de mi cuadrilla
de amigos y disfrutamos todos de una original cena a base de faisán con
salsa de setas que junto a algún que otro cubata nos proporcionó el
calor necesario para no acusar el frío del desfile. Pudimos desfilar al
son de marchas tan conocidas como “L’Embaixador Cristià”.
Tras el desfile y después de la consabida tertulia me fui a casa. Por
primera vez no volví oliendo a tabaco, ya que los locales de ocio
permanecían libres de olor de humo a causa de la controvertida ley que
entró en vigor este año (no obstante fue curioso descubrir la cantidad
de olores “chungos” que el tabaco enmascaraba).
Día de L’Entrà
Al haberme retirado relativamente pronto la noche anterior pude
levantarme con tiempo de sobra para acudir a la interpretación del himno
a Bocairent y a la Arrancada de Bandas que habitualmente me suelo
perder por estar todavía recuperándome de la nit de caixes.
Ya
vestido con el traje de Zuavo y junto a mi mujer, acudí a la plaza
disfrutando de la interpretación de las bandas de música y viendo pasar a
los niños que protagonizaban mayoritariamente el desfile.
En la plaza, un compañero de filà me hizo señas indicándome que no
olvidase tomar notas para escribir la crónica de este año, así que he
querido reflejar su gesto en esta. Verdaderamente me hizo ilusión saber
que hay gente que la sigue y dedica algo de su tiempo a leerla.
Acompañados
por uno de mis amigos, su mujer y su hija, que salía por primera vez a
la fiesta y estaba muy graciosa con su minúsculo traje de zuava,
acudimos a la mascletá aunque nos mantuvimos a cierta distancia al ir
con niños.
En líneas generales la mascletá fue correcta aunque con un final algo
abrupto que nos hizo pensar que se había apagado antes de llegar al
terremoto final. Este año según me cuentan se decidió por parte de la
Junta de Fiestas que no se completase el paseo de las bandas hasta la
plaza lo que no me agradó demasiado, ya que lo considero un acto bonito.
Reunidos
con el resto de la cuadrilla celebramos una comida espectacular en el
restaurante “Riberet” donde fuimos tratados con gran exquisitez y
disfrutamos de la maestría del Chef en cada uno de los platos y bebidas
con los que nos hicieron pasar un rato memorable.
Tanto se alargó la comida que llegamos a formar en el Cop de Zuavos por
los pelos. La expectación en la calle en el momento de empezar nuestra
entrada la acaparaba el espectacular tigre que adornaba la carroza de
Paco Blasco, nuestro capitán 2011.
Si bien en un primer momento nos pareció que el felino podía estar algo
atontado por la indolencia con la que reaccionaba al gentío que se
agolpaba en torno a su jaula , pronto nos demostró que no era así. En un
momento dado y ante el exceso de flashes que le importunaban, el animal
se levantó luciendo su impresionante porte y enseño los colmillos al
personal con un atronador rugido. Ni que decir tiene que más de uno
salió por piernas ante la inesperada reacción de enfado del tigre.
Nuestro
desfile transcurrió alegre y divertido tras la carroza de nuestro
ilusionado capitán que rebosaba emoción en lo alto de la plataforma.
La gente en el recorrido algo escasa sobre todo en Batalla de Lepanto
aunque algo más numerosa que el año anterior en el centro del pueblo,
donde fue disminuyendo el público conforme entraba la noche.
Un
año más cuando acabamos el desfile acudimos casi todo el grupo a casa
de mi abuela a ver el resto del desfile de la entrada disfrutando como
siempre de una buena merienda y de buenos balcones desde donde aplaudir
al resto de festeros que quedaban por pasar.
Desde allí disfrutamos del paso de Moros , Marrocs y Marinos con
vistosas capitanías y finalmente de los Mosqueteros encabezados por su
capitán, Blas Ferre, que para la ocasión había recuperado, según me
explico un amigo mosquetero, la antigua costumbre de lucir en las mangas
de su traje las tres estrellas doradas de capitán y una pluma roja en
el sombrero, a diferencia de la pluma blanca de punta roja de los demás
mosqueteros. Según me contaron ambos atributos de su cargo fueron un
regalo de sus amigos de filà, que lo acompañaban como escolta en la
escuadra oficial. Iban seguidos de una gran banda de música donde los
músicos lucían indumentaria inspirada en el uniforme de mosquetero.
Las carrozas cerraron la entrada permitiéndonos hacer buen acopio de juguetes que llevarnos a casa.
Mi llegada a casa cargado de juguetes como si fuese un Rey Mago puso el broche al día de l’Entrà por este año.
Día de Sant Blai
Una de las ventajas de no poder trasnochar, es que puedes levantarte sin problemas para acudir a la Diana.
A las ocho de la mañana empezamos el día tomándonos un “timonet” en el
Maset uno de mis amigos y yo. Fuimos los únicos de todo el grupo del día
anterior que acudimos al acto.
El frío era muy intenso, tanto que cuando la escuadra pasaba por un
trozo de calle soleado el cabo mantenía unos segundos a la escuadra
marcando el paso sin avanzar para que disfrutásemos del reconfortante
calor del sol.
La diana fue rápida y sin contratiempos , finalizando ambos con un buen almuerzo a base de embutidos en el maset de los Zuavos
Tras un breve paso por casa para recoger a mi mujer y esperar a otro de
mis amigos que quería acompañarme, acudimos a la solemne misa del día de
Sant Blai, este año oficiada por un sacerdote hijo de Bocairent. Largo
sermón como corresponde a la solemnidad, bendición de caramelos y saludo
a las autoridades para dirigirnos a casa con prisas para degustar el
tradicional y sabroso puchero de Sant Blai que mi suegra preparó como
cada año.
Cuando el cuerpo ya va pidiendo una siesta a la mayoría de los festeros,
a los zuavos nos corresponde acudir al maset para formar el Piquete.
Esta es una cita a la que ningún amigo falta, ya que es el acto insignia
y razón de ser de nuestra filà.
Divertidísimo
piquete con las preceptivas paradas en casa del capitán y la alférez
donde devoramos pasteles, pastas y cocas que las familias de los cargos
de este año nos tenían preparadas.
La procesión la hicimos como siempre en formación detrás del santo. Como
curiosidad decir que cuando alguno de los integrantes del piquete se
lanzó a gritar un Vítol, se le hizo callar porque por algún motivo se
había decidido que el piquete en formación no debía hacerlo. Al llegar a
la plaza , privilegio de ser zuavos , pudimos ver en primera fila a los
personajes más representativos de la fiesta. El Guión de Sant Blai
portado por el capitán de los Españoletos y su escolta, el resto de
capitanes y alféreces, junta de fiestas, autoridades, la relíquia
portada este año por la filà de Moros Marinos y por fin la imagen de
nuestro santo patrón Sant Blai que se detuvo junto a nosotros y tuvimos
el honor de acompañar en escolta hasta la iglesia.
Me llamó la atención al pasar los capitanes el elegante bastón en forma
de lapicero en el que se apoyaba el veterano capitán de los estudiantes
Vicente Colomer, siendo un elegante detalle .
Acabada la procesión entramos en la iglesia por los pelos para entonar el himno al santo “Honra y gloria al insigne prelado…”.
Desde allí vuelta en formación al maset donde tuvo lugar la enhorabuena
al capitán que regaló a cada componente de la filà un curioso sombrero
de paja en cuya cinta se podía leer el recuerdo de su capitanía.
Resultaba divertido ver por las calles a multitud de zuavos que habían
cambiado su reglamentaria boina por el sombrero.
Ataviado
con mi sombrero de paja y cansado por la intensidad del día volví a
casa poco después de que se disparase un bonito castillo de fuegos de
artificio cerrando así los actos del día de nuestro patrón San Blas.
Día de Moros i Cristians.
Este cuarto día de fiestas me permití levantarme tarde puesto que el día
anterior había sido largo no acudiendo a la diana ni el almuerzo
posterior.
Tras una reconfortante ducha y evitando el recorrido del disparo por la
ronda sur acudí con mi mujer a la plaza para ver la embajada del moro.
Esta era la primera vez que veíamos al embajador cristiano en lo alto
del castillo, porque, aunque ya desempeñó el cargo el año pasado, tuvo
que debutar en el maset de los Españoletos por la lluvia. Este año el
radiante sol propició el lucimiento de ambos embajadores y la asistencia
masiva de público a un acto que siempre me ha gustado.
Siguiendo el guión establecido, Los moros tomaron la fortaleza y tras la incruenta batalla vuelta al maset.
De camino encontré a mi abuela a la puerta del maset de los Estudiantes
que, con gran ilusión, acudía a la comida a la que el capitán había
tenido el detalle de invitar no solo a los miembros de la filà , sino
también a las viudas de aquellos que, como mi abuelo, pertenecieron en
vida a la filà de Estudiantes y compartieron con el tantas vivencias.
El capitán que celebraba su tercera capitanía en los estudiantes (había
sido hacía 50 y 25 años atrás) obsequió a estas personas con una bonita
bandeja en recuerdo de la amistad compartida con los estudiantes hoy
ausentes.
Para nuestra cuadrilla se esta
convirtiendo en tradición comer el día de moros y cristianos en el maset
de los contrabandistas así que tras realizar las gestiones oportunas
acudimos a compartir mesa con antiguos compañeros del contrabando y
algunos de mis familiares que, como yo, están vinculados a esta filà.
La
tarde se alargó en el maset del contrabando y una vez salimos de allí
ya era hora de acudir a presenciar la embajada de la tarde. En la plaza
mi hermano, que hasta el momento se encontraba ausente trabajando,
acababa de llegar al pueblo acompañado de unos amigos del trabajo con
los que estuvimos hablando largo rato sobre la fiesta y sus
peculiaridades.
Cenamos en los Zuavos y
salimos a ver la retreta donde, por ser Viernes, destacaría una
asistencia de muy superior a la que vimos el día de L’Entrà. Destacar la
participación de los Españoletos con una Batukada, los Marrocs con
algunos de sus miembros disfrazados de bailarinas de ballet y la
procesión de Semana Santa que organizó la filà de Mosqueteros en torno
al tambor que hacia 50 años les rompió el alcalde en la que no faltaron
ni los nazarenos , ni el palio ni la escolta militar ni la música
procesional.
La embajada de la risa era esperada especialmente y en nuestro grupo
había gran expectación ante la vuelta de nuestro amigo “Sata” a su papel
estelar de embajador. Desgraciadamente la megafonía dio problemas y el
público no se enteraba del texto perdiendo el interés conforme avanzaba
la representación sin subsanarse el error.
Pese
a los problemas de sonido, me pareció estupendo y a destacar el número
de la canción “Colgado en la almena” de ingeniosa letra y representación
que hizo las delicias del publico.
Por otro
lado tacharía de desafortunado aunque supongo que accidental, el
lanzamiento del contenido de la botella de herbero al público al acabar
el sketch del pulpo, que manchó el traje a alguno.
Mención a la interpretación “breve pero intensa” de dos de nuestros
amigos en papeles de reparto y el ya mencionado embajador en papel
protagonista
Seguro que en sucesivas
ediciones y sin problemas técnicos este acto vuelve a cosechar los
éxitos de las ediciones anteriores. Animar al grupo “Festa Avant” a
seguir animando la noche del día de Moros y Cristians con su esfuerzo e
ingenio.
El frío intenso y mi garganta a punto de decir basta, hizo que cogiera el camino de casa finalizando los actos del día.
Día del Santo Cristo.
El sueño reparador se alargó mucho más de lo previsto y no pude acudir
al Santo Cristo que, según me contaron después, estaba repleto de gente,
ya que al ser Sábado y acompañando el clima con un sol radiante y
agradables temperaturas todo invitaba a subir a la ermita.
Yo por mi parte solo pude llegar a la plaza a la hora que se
concentraban los festeros para subir a besar la reliquia de Sant Blai y
aún me toco correr para alcanzar a mi filà.
Tras
el beso de la reliquia y nuevamente reunidos los amigos de la cuadrilla
disfrutamos de una comida en el restaurante de L’Estació de la que
saldríamos con el tiempo suficiente para ver pasar por la plaza, camino
del convento de las Agustinas, a las comparsas para realizar el cambio
de Bandas y así proclamar a los nuevos capitanes y alféreces para el año
próximo.
Decidimos no realizar el paseo completo por no llevar protección para el
ruido de los arcabuces y esperamos a la filà en el balcón de mi casa ,
incorporándonos al desfile desde el puente.
El desfile de la filà ya dirigidos por nuestra nuevas Capitana y Alférez
para 2012 resultó algo lento, pero al tratarse del último de estás
fiestas siempre se agradece el estirar un poquito más la fiesta que
apura sus últimas horas.
De vuelta en el
maset se dieron las correspondientes enhorabuenas a los nuevos cargos y
despedimos con un aplauso a los músicos que antes de volver a su pueblo
interpretaron una vez más “El Zuavo”.
Desde
hace años una de las noches de fiestas procuramos reunirnos a cenar
todos los amigos con sus parejas sea cual sea su filà. Este año elegimos
la noche del Sto Cristo por ser fin de semana y permitirnos disfrutar
de la cordà desde el maset los menos atrevidos y en medio de la plaza
los más.
Comentar que la caña de los Zuavos entró como cada año en la placeta de
Sant Blai y causo el pánico de unas personas de fuera del pueblo que
creyendo que allí estarían seguros se habían refugiado en la escalerita
que baja a las dependencias de los músicos. Si no llega a ser porque se
les abrió la puerta del maset para que entrasen, aun a riesgo de que se
colase un cohete, podrían haber sufrido algún percance al carecer de
protección alguna.
La Cordà más larga que de costumbre, contó con la visita de gente de
otras poblaciones en las que hay gran tradición de cordaes y finalizó
sobre la 01:30 de la madrugada.
Tras la finalización del acto algunos dimos por concluida la fiesta y
nos retiramos a casa con cierta sensación de nostalgia por la fiesta que
acababa.
Día de L’Eixabegó
Tras una larga mañana dedicada a poner en orden todos los trastos que
estaban por medio en casa y recoger el traje de fiesta nos reunimos de
nuevo los amigos, ya de paisano y algunos desbarbados, en “les
paraetes” a la espera de que se hiciese hora de entrar al maset a
compartir la última de las comidas de las presentes fiestas.
La
cazuela al horno este año estaba muy buena , en su punto…y la
generosidad de la camarera nos permitió repetir en varias ocasiones.
Curioso el hecho de que como no había repostería para todos se dejo un
expositor de tartas y pasteles en el centro del salón para que se
sirviese el que quisiese, y algunos componentes se abalanzaron como
tigres acabando con los pasteles en cuestión de segundos.
Para
los que nos dio más vergüenza demostrar ansia por el dulce, el postre
consistió en naranja y una deliciosa coca de chocolate que se nos
ofreció a continuación.
Finaliza la comida y
con ella la fiestas, despedidas de algunos que hasta el año que viene
no se dejarán ver, hasta pronto de los que somos más fieles a las cenas
de panellet y último paseo por las paradas de fotos .
Al caer la tarde dedico mi tiempo a limpiar las botas de mi traje de
zuavo y a quitar el “rodabalcons” , llamo a mis padres que me informan
que vuelven a Valencia y que a mi padre le han dado en la filà una placa
con motivo de su paso a “Veterano” tras toda una vida de pertenencia a
la filà de Contrabandistes.
Desde el balcón aprecio los últimos
coletazos de la fiesta 2011, los empleados del catering del maset de
los moros cargan la camioneta. Los últimos festeros salen de las
reuniones de sus filaes..poco a poco la fisonomía del pueblo va
adquiriendo el aspecto de la rutina que vamos a retomar a partir del día
siguiente.
Solo el alumbrado de fiestas se resiste a apagarse como símbolo de que
la fiesta aún no ha finalizado del todo y de que nunca llegará a hacerlo
ya que la fiesta en Bocairent es continua… quedan por delante muchos
“actos” , las próximas reuniones de filà, cambios de juntas, ver como
queda finalmente el tema del cambio de fechas, panellets, desfiles etc
que nos acercan ya a la fiesta de 2012
Quiero
agradecer a mis amigos y familiares los momentos vividos y rogar al
patrón Sant Blai que nos conceda a todos la oportunidad de disfrutar
juntos de las próximas fiestas 2012 y que podamos compartirlas todos los
que ya estamos con los que están a punto de llegar.
Un año más quiero finalizar esta crónica con un
¡¡VÍTOL AL PATRO SANT BLAI!!
Fuente: Hundidor
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