Bolero de Zuavo del 2.º Regimiento de Orán (1879): investigación y certificación de fibras en ATEXLAB para Zuavos del Mundo



 En Zuavos del Mundo presentamos el estudio de investigación que ATEXLIER, a través de su laboratorio textil ATEXLAB, ha realizado sobre un bolero —la característica chaqueta corta— perteneciente a un cabo del 2.º Regimiento de Zuavos con guarnición en Orán (Argelia), datado en 1879. La pieza llegó acompañada de un certificado de autenticidad que describía un paño exterior azul oscuro y un forro de “lino crudo”. Nuestro objetivo fue verificar y, en su caso, matizar esos datos mediante una metodología instrumental no destructiva, adecuada para patrimonio textil histórico.

Puedes ver el vídeo AQUÍ

La clave del trabajo de ATEXLAB ha sido la espectrometría infrarroja en modo FTIR-ATR, una técnica que permite identificar la huella molecular de las fibras sin cortar ni someter el tejido a reactivos. Esta aproximación posibilita muestrear distintas zonas de la prenda (tejido exterior, forros, falsos bolsillos, trencillas, ribetes o el llamado tombo) y comparar su composición in situ, algo esencial cuando hablamos de uniformes del siglo XIX que combinan materiales en función de la función de cada parte: abrigo, rigidez, adorno o refuerzo.

Los resultados confirman, en primer lugar, que el paño azul oscuro exterior es 100% lana, plenamente coherente con los tejidos batanados y consistentes que el Ejército francés empleaba en sus uniformes de campaña en la época. La lana aporta resistencia mecánica, comportamiento térmico estable y la caída necesaria para el perfil corto y ceñido del bolero zuavo.

En segundo lugar, el análisis de la pieza en color crudo del frontal —relacionada con el falso bolsillo— revela una mezcla 80% lana y 20% algodón. Este dato, además de ajustarse a prácticas de confección del periodo, enlaza con una curiosidad uniformológica: en los zuavos, el color del falso bolsillo ayudaba a identificar el regimiento. Precisamente el tono crudo constituye un indicio congruente con la atribución al 2.º de Orán, reforzando el encuadre histórico de la prenda.

El tercer bloque de muestreos se centró en trencillas, ribetes y el denominado “tombo”, elementos de galonería que proporcionan relieve, definición de los contornos y, en ocasiones, refuerzo en zonas de roce. ATEXLAB certifica aquí igualmente una composición 80% lana y 20% algodón. Esta arquitectura híbrida era habitual por razones funcionales y económicas: la lana aporta cuerpo y presencia, mientras que el algodón mejora la estabilidad dimensional y ayuda a controlar el coste sin comprometer el efecto visual.

El hallazgo más relevante atañe al forro interior. A simple vista, su tono crudo y tacto seco podían sugerir lino, y así figuraba en el certificado. Sin embargo, la espectrometría infrarroja ha determinado de forma inequívoca que se trata de 100% algodón. La confusión entre algodón y lino en su color natural es un error común cuando se evalúa únicamente por apariencia: ambos son celulósicos, pero su firma espectral difiere —el lino muestra bandas asociadas a lignina y pectinas residuales, mientras que el algodón presenta el patrón típico de celulosa prácticamente pura—. La instrumentación FTIR-ATR resuelve estas sutilezas sin dañar la pieza, aportando una certeza analítica que resulta valiosa tanto para la autenticación como para la conservación.

Desde la perspectiva de la uniformología histórica, el conjunto de resultados es altamente coherente con un bolero de zuavo francés de 1879 y con la graduación de cabo, identificable por los galones en la manga. La confirmación de lana 100% en el exterior respalda la funcionalidad térmica esperable en servicio en el norte de África, mientras que las mezclas 80/20 en elementos de adorno y refuerzo reflejan la praxis de taller de finales del XIX. La rectificación del forro a algodón 100% no es un mero detalle técnico: condiciona las recomendaciones de conservación (comportamiento higroscópico, gestión de humedad, ventilación y temperaturas), guía decisiones de restauración (selección de soportes y hilos compatibles) y afina la lectura museográfica de la prenda.

Este caso ilustra, en definitiva, cómo la aplicación de ciencia de materiales al patrimonio textil permite sustituir conjeturas por datos. La posibilidad de muestrear múltiples zonas sin agresión evita extrapolaciones arriesgadas —por ejemplo, asumir que la totalidad del interior es lino por su aspecto— y enriquece el relato histórico con evidencias: del regimiento asociado al color del falso bolsillo a la tecnología textil subyacente en cada componente.

Agradecemos expresamente a ATEXLAB y al equipo de ATEXLIER la realización de este estudio de investigación para Zuavos del Mundo. Su trabajo nos permite ofrecer a la comunidad una visión documentada y precisa sobre esta pieza excepcional, y abre la puerta a futuras líneas de análisis comparado con otras chaquetas de zuavo conservadas en colecciones públicas y privadas.

Si te interesan peritajes y certificaciones de composición para uniformes históricos, o quieres que estudiemos otras piezas de época con metodología no destructiva, cuéntanoslo en comentarios. 

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El Desfile que No se Olvidará: Honor, Pasión y un Pequeño Sacrificio en la Bastilla 🇫🇷⚔️

 

Quiero que hablemos hoy sobre una experiencia que, sin duda, quedará grabada en la memoria de los participantes y en la historia de los desfiles de conmemoración: el vibrante 14 de julio. Para quienes siguen el mundo de la recreación histórica, la pasión por estos eventos es palpable, y participar en ellos es siempre un privilegio.


El ambiente en París en esta fecha es algo mágico. La energía, el fervor patriótico y el peso de la historia se sienten en cada rincón. Desfilar por las calles, representando un pedazo del pasado, es una mezcla de orgullo, respeto y una profunda conexión con aquellos que vinieron antes. Cada paso, cada movimiento con el sable, es un tributo a la historia.

Y hablando de sables... Durante el desfile, en un giro inesperado de los acontecimientos, uno de los participantes tuvo un pequeño encuentro demasiado cercano con su propia hoja. Un movimiento, un reflejo, y de repente, un pequeño tajo en la oreja cortesía del sable.

Podría haber sido un momento para detenerse, para pedir asistencia. Pero en ese instante, en medio de la cadencia de la marcha, el sonido de los tambores y el aplauso de la multitud, algo impulsó al recreador a seguir adelante. La pasión y el honor de representar ese momento histórico eran mucho más fuertes que cualquier molestia. La sangre se limpiaría después, pero el desfile debía continuar.

Es en esos momentos, cuando la disciplina y el compromiso se ponen a prueba, donde se valora realmente el espíritu de lo que significa la recreación histórica. No se trata solo de la vestimenta o la precisión de los movimientos; es sobre la resiliencia, el respeto por la historia y el orgullo de ser parte de algo más grande.

Así que sí, este 14 de julio de 2025 será recordado por la anécdota del sable y la oreja. Pero, sobre todo, será el desfile que recordó a los participantes por qué aman tanto esta actividad: por la autenticidad de la experiencia y por la fuerza que impulsa a seguir adelante, pase lo que pase.

¿Alguna vez han presenciado o vivido algo inesperado durante un evento o recreación? Me encantaría leer sus anécdotas en los comentarios.

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Zuavos y la Cruz de Lorena: un vínculo simbólico e histórico



La Cruz de Lorena, con sus dos barras transversales, ha sido más que un emblema religioso o regional: es la insignia del espíritu de resistencia y de la identidad francesa. Popularizada por la figura de De Gaulle durante la II Guerra Mundial como símbolo de la Francia Libre, también aparece en unidades militares previas y posteriores como un distintivo de orgullo y memoria.

1. Origen en el 8.º regimiento de zuavos

El 8.º Regimiento de Zuavos (créé en 1914, disuelto en 1962) utilizó la Cruz de Lorena en su emblema. Según la tradición militar francesa, esta cruz subrayaba una conexión con Lorraine: “la croix de Lorraine souligne que les cadres constitutifs appartenaient à des corps stationnés dans cette vieille province française”. De hecho, en una curiosa insignia de la Segunda Guerra Mundial, relacionada con los Zuavos libres, aparece un lobo con la doble cruz como signo de combate y libertad.

2. Otros regimientos que incorporaron la Cruz de Lorena

  • 14.º Regimiento de Zuavos: fundado en septiembre de 1939, su insignia también incluía el croissant y el chacal, símbolos clásicos de los zuavos, y remataba con la Cruz de Lorena, aquí destacando su paso por la región.

  • En general, los régiments mixtes de la época (por ejemplo, el 4.º Régiment mixte de Zouaves et Tirailleurs) no solían llevar este símbolo específico, pues estaban más ligados a tradiciones del África francesa y demás condecoraciones.

3. Significado histórico y militar

  • La Cruz de Lorena fue elegida por De Gaulle como respuesta al símbolo nazi; representaba orgullo nacional, fomentado por su uso en Lorraine desde el s. XV y como icono de recuperación tras la Guerra Franco-Prusiana .

  • En los zuavos, una unidad muy ligada a las campañas de ultramar y a la Guerra de Independencia argelina, su uso incorporaba un fuerte componente simbólico: preservar el honor militar y un vínculo con la Francia continental (y más específicamente con Lorraine) en la identidad de estos regimientos, tradicionalmente desplegados en África.

La Cruz de Lorena en los regimientos de zuavos —especialmente en el 8.º y el 14.º— es un símbolo doble: por un lado, manifiesta su conexión con la histórica provincia de Lorraine y su tradición de lucha; por otro, representa el orgullo militar francés y su resistencia frente al enemigo. En las insignias, la mezcla de elementos chacal junto con la Cruz de Lorena crea una simbología poderosa: la de una unidad forjada en África pero arraigada en la identidad y el honor francés.

Nota: También aparece en la insignia del  8.º regimiento de zuavos el chacal.

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El chacal, el animal de los Zuavos



Cuando observamos las antiguas insignias de los regimientos de Zuavos, llama la atención una figura que se repite con frecuencia: el chacal. Este animal, a menudo representado en actitud vigilante o al acecho, ha sido durante décadas un emblema asociado a estos famosos cuerpos de infantería ligera, conocidos por su valentía, su vistoso uniforme y su estilo de combate temido y respetado.

¿Por qué un chacal?

Aunque el león suele ser el animal heráldico por excelencia en Europa, el chacal tiene un simbolismo especial en el contexto colonial francés y, en particular, en Argelia, donde nacieron los primeros batallones de Zuavos en el siglo XIX. El chacal es un animal propio del norte de África, donde abunda en zonas semiáridas y montañosas. Los soldados zuavos, acostumbrados a operar en este entorno, tomaron al chacal como símbolo de astucia, resistencia y adaptación al terreno hostil.

Además, el chacal es un animal nocturno, sigiloso y oportunista, cualidades que encajan con el estilo de combate rápido, flexible y agresivo que caracterizaba a los Zuavos, sobre todo en misiones de reconocimiento, emboscadas y combate cuerpo a cuerpo.

Presencia en insignias y estandartes

Durante el Segundo Imperio y la Tercera República francesa, muchos regimientos zuavos lucieron insignias donde aparecía un chacal —a veces en actitud de ataque, otras en reposo— acompañado del número del regimiento y el nombre de batallas gloriosas como Sebastopol, Magenta, Solferino, o Puebla.

En ocasiones, el chacal aparece superpuesto a una media luna, otro símbolo recurrente que alude tanto al origen norteafricano de estos cuerpos como a sus campañas en territorios musulmanes. Este conjunto visual proyectaba una imagen de fuerza, exotismo y dominio sobre el terreno.

Más que un símbolo militar

Con el paso del tiempo, el chacal se ha convertido en un símbolo identitario para los grupos de recreación histórica y comparsas zuavas en España y otros países. Su imagen no solo evoca el pasado glorioso de estos soldados, sino que también conecta con una narrativa de lucha, coraje y conexión con la tierra donde combatieron.

En Ontinyent, por ejemplo, la Comparsa de Zuavos ha recuperado y reinterpretado este símbolo en escudos, blasones y estandartes, honrando esa parte de su legado militar y visual.

El chacal no es un animal elegido al azar. Representa el alma combativa, resistente y estratégica de los Zuavos. Un símbolo que nos recuerda que, aunque el uniforme brille con galones y borlas, la verdadera esencia del zuavo está en su capacidad de moverse como el chacal: inteligente, implacable y siempre preparado.

¿Segunda o Tercera Guerra Carlista?

 

Hermano contra hermano. 

El debate sobre cómo contar las guerras del Carlismo… y si fueron guerras civiles

El siglo XIX en España fue un siglo convulso, atravesado por inestabilidad política, pronunciamientos militares y enfrentamientos armados entre modelos opuestos de país. Entre estos conflictos destacan con fuerza las llamadas Guerras Carlistas, luchas entre los partidarios del absolutismo legitimista —los carlistas— y los defensores del liberalismo, primero isabelino y después constitucional.

Pero incluso algo aparentemente tan simple como numerar estas guerras genera controversia. ¿Fueron tres? ¿Fueron dos? ¿Es correcto hablar de "Tercera Guerra Carlista" para referirse al conflicto de 1872–1876? Y, más aún: ¿podemos decir que fueron guerras civiles?

La cronología tradicional: tres guerras carlistas

La mayoría de manuales y estudios especializados adoptan esta división:

  • Primera Guerra Carlista (1833–1840): Tras la muerte de Fernando VII, su hermano Carlos María Isidro reclamó el trono frente a Isabel II. Fue una guerra civil en toda regla, con varios frentes abiertos (Navarra, País Vasco, Aragón, Cataluña, Valencia) y un auténtico sistema paralelo de poder carlista.

  • Segunda Guerra Carlista (1846–1849): Conocida también como Guerra dels Matiners, tuvo un foco casi exclusivo en Cataluña. Fue un levantamiento menos extenso y con menor impacto, sin presencia del pretendiente carlista en suelo español ni grandes campañas militares.

  • Tercera Guerra Carlista (1872–1876): Liderada por Carlos VII (nieto de Carlos María Isidro), fue el último intento serio del carlismo por instaurar su modelo político. El conflicto tuvo una estructura de Estado carlista en zonas del norte, con ejército regular, administración propia y batallas de envergadura como Montejurra o Lácar.

¿Por qué algunos no la llaman “Tercera”?

No todos aceptan esta numeración. Algunos historiadores y aficionados consideran que solo hubo dos guerras carlistas propiamente dichas. La razón principal es la poca entidad del conflicto de 1846–1849, al que no consideran merecedor de ser contado como una guerra en toda regla.

Entre sus argumentos destacan:

  • Escasa dimensión geográfica y militar: La revuelta se concentró en Cataluña y no llegó a tener repercusión nacional. Tampoco hubo un ejército carlista regular ni una ofensiva coordinada.

  • Falta de liderazgo del pretendiente: Carlos VI, entonces jefe de la causa carlista, no pisó territorio español ni dirigió la insurrección. El movimiento careció de mando centralizado.

  • Comparación desproporcionada: Frente a la Primera y la Tercera, con miles de combatientes, frentes múltiples y estructura de Estado paralela, la llamada "segunda" queda muy por debajo en escala, duración y consecuencias.

Entonces… ¿cuántas guerras carlistas hubo?

Aunque el debate es legítimo, la mayoría de historiadores defienden la existencia de tres guerras carlistas, por razones tanto cronológicas como conceptuales. Entre los argumentos a favor destacan:

🟢 Coherencia histórica

Aunque la Segunda Guerra Carlista (1846–1849) no alcanzó la magnitud de las otras dos, su inclusión en la cronología responde a una lógica historiográfica ampliamente aceptada: todo levantamiento armado de alcance regional o nacional, liderado en nombre de un pretendiente carlista y con motivaciones políticas concretas, se considera parte del fenómeno carlista en su conjunto.

La Guerra dels Matiners, como se la conoce en Cataluña, no fue una simple revuelta local: hubo combates, movilización de tropas liberales, ejecución de jefes carlistas, proclamaciones políticas y una continuidad ideológica clara con respecto al movimiento iniciado en 1833.

Este enfoque se alinea con el tratamiento que se da en obras de referencia como:

  • 📘 La Era Isabelina y el Sexenio Democrático (tomo correspondiente de la Historia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara – Editorial Labor), donde se analiza la Segunda Guerra Carlista como parte de la continuidad del conflicto entre liberalismo y tradicionalismo en el siglo XIX.

  • 📘 Historia del Carlismo de Joaquín Arrarás, una de las obras clásicas del pensamiento carlista (aunque escrita desde una óptica afín al movimiento), que reconoce las tres guerras como momentos distintos y diferenciados dentro de la evolución del carlismo.

🟢 Terminología consolidada

En el plano de la divulgación y la enseñanza, la denominación de “Tercera Guerra Carlista” para el conflicto de 1872–1876 está firmemente asentada en la historiografía española y en los manuales académicos más influyentes. Esto se refleja en obras como:

  • 📚 Historia de España dirigida por Raymond Carr (Alianza Editorial), donde se tratan las tres guerras como episodios claramente diferenciados y se utiliza sin ambigüedad la expresión Tercera Guerra Carlista.

  • 📚 La España del siglo XIX de Javier Paredes, manual universitario donde se reconoce la existencia de tres guerras carlistas, situando la tercera como un conflicto de escala nacional con implicaciones políticas de largo alcance.

  • 📚 Historia Militar de España (dirigida por Carlos Canales y Miguel del Rey), que dedica un capítulo a la Tercera Guerra Carlista y analiza el desarrollo del ejército carlista de Carlos VII, la batalla de Lácar, el sitio de Bilbao y la organización estatal carlista desde Estella.

  • 📚 Atlas de Historia de España (Espasa), de uso habitual en enseñanza media y universitaria, que presenta mapas y cronologías claras con la división tripartita de las guerras carlistas.

Además, organismos académicos como la Real Academia de la Historia, en su Diccionario Biográfico Español, también distinguen entre Primera, Segunda y Tercera Guerra Carlista al abordar la vida de personajes como Carlos María Isidro, Ramón Cabrera o Carlos VII.

🟢 Importancia regional

En Cataluña, la Guerra dels Matiners dejó una huella importante tanto en la memoria colectiva como en la cultura política del siglo XIX. Excluirla sería ignorar una parte esencial del desarrollo del carlismo en esa región, que tuvo sus propias dinámicas y protagonismo dentro del conflicto.

¿Fueron guerras civiles?

Aquí entra un segundo debate, igual de interesante: ¿debemos considerar las guerras carlistas como guerras civiles?

La respuesta mayoritaria es , y con fundamento. Las guerras carlistas enfrentaron a españoles contra españoles por el modelo político y social del país. No fueron invasiones extranjeras, ni conflictos coloniales, ni simples rebeliones locales. Implicaron ejércitos organizados, movilización de población civil, fuertes divisiones ideológicas y claras consecuencias territoriales.

Además, reflejan una fractura interna que no se resolvió en un solo episodio, sino que se reactivó en diferentes momentos del siglo XIX. En ese sentido, pueden considerarse una guerra civil prolongada e intermitente, que tuvo distintas fases entre 1833 y 1876.

Conclusión: el carlismo, más allá de la numeración

Llamemos “Segunda” o “Tercera” a la guerra de 1872–1876, lo que nadie discute es que fue el último gran conflicto armado del carlismo, y una de las últimas guerras civiles del siglo XIX en España. Tras su derrota militar, el carlismo no desapareció: continuó como fuerza política, social e ideológica durante la Restauración y el siglo XX.

Este debate sobre la numeración no es solo una cuestión de orden cronológico: nos obliga a reflexionar sobre cómo interpretamos la historia, qué hechos consideramos relevantes y cómo varía el recuerdo de los conflictos según las regiones y generaciones.

📌 ¿Y tú qué opinas?
¿Crees que la guerra de 1846–49 merece el título de “Segunda Guerra Carlista”?
¿O prefieres considerar solo dos grandes guerras civiles carlistas?

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Presentación del libro: "De cap profit cap mort. 150 anys de la Batalla de Camorra o de Bocairent"


El próximo viernes 23 de mayo a las 19:30 horas, en la Sala Joan de Joanes de Bocairent, se presentará el volumen número 11 de la colección d’estudis locals:

"De cap profit cap mort. 150 anys de la Batalla de Camorra o de Bocairent".

Se trata de una obra coral que reúne las aportaciones de destacados historiadores locales como Rafael Pérez, Carles Nájar, Julián Monerris y Jairo Vañó, junto con especialistas reconocidos en el tema como Antonio Caridad y Javier García. A ello se suman las magníficas imágenes de fotógrafos de la zona como Blai Vanyó, Vicent Carbonell, Antonio Barrientos y Rafael Domènech, así como la aportación literaria del poeta Sergi Gómez i Soler.

📖 Un detalle especial: el Ajuntament de Bocairent obsequiará con un ejemplar del libro a todas las personas asistentes al acto. Una ocasión perfecta para profundizar en uno de los episodios más importantes y menos conocidos de la Tercera Guerra Carlista en tierras valencianas.

Este volumen es también el complemento perfecto a otra obra imprescindible para los interesados en este conflicto:
"La Acción de Bocairente: Las batallas olvidadas de la Tercera Guerra Carlista Valenciana" de Ignazio Silvestre Borrego, disponible a nivel mundial en Amazon.

Este libro ha sorprendido por su enfoque exhaustivo y riguroso, rescatando del olvido la llamada Acción de Bocairente, un enfrentamiento decisivo pero frecuentemente eclipsado por otros episodios de la guerra.
🔎 El autor recopila más de 230 artículos periodísticos de 90 medios distintos, y por primera vez se incluyen mapas detallados que permiten seguir con claridad el desarrollo del combate y las estrategias de ambos bandos.

Uno de los grandes valores de la obra es su enfoque multidisciplinar: contrasta las versiones oficiales con las crónicas de prensa de la época, desde posturas liberales, carlistas y neutrales, revelando contradicciones, propaganda y conflictos ideológicos que rodearon la batalla. Todo ello enmarcado en el contexto de la Primera República.

Además de su riqueza documental, destaca la narrativa fluida de Ignazio Silvestre, que logra combinar el rigor histórico con una lectura apasionante. Con ilustraciones inéditas, retratos de los protagonistas y una extensa bibliografía, esta obra se convierte en una referencia fundamental tanto para investigadores como para amantes de la historia.

¡No te lo pierdas! La historia de Bocairent merece ser contada, conocida y reconocida como parte esencial del pasado valenciano.
Este viernes tienes una cita con ella.

Libro "La Acción de Bocairente: Las batallas olvidadas de la Tercera Guerra Carlista Valenciana" disponible AQUÍ

Por cuestiones de agenda no podré asistir a la presentación del libro, pero espero poder tener un ejemplar para disfrutar de su lectura, enhorabuena a todos los participantes de esta obra sobre Bocairent y su historia.

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El escudo del Papa León XIV: símbolo de unidad y tradición agustiniana

 


El pasado sábado, 10 de mayo, fue revelado al mundo el escudo de armas y el lema del nuevo Pontífice, Su Santidad León XIV, elegido el pasado 8 de mayo de 2025. Con este gesto se completa uno de los actos simbólicos más importantes del inicio de un nuevo pontificado: la presentación del emblema que acompañará visualmente su ministerio petrino.

Un escudo de continuidad y significado personal

El escudo papal de León XIV mantiene los elementos principales que ya había escogido para su consagración episcopal, como signo de continuidad con su camino espiritual y pastoral. Está dividido diagonalmente (en banda descendente de izquierda a derecha) en dos campos claramente diferenciados:

  • Campo superior (diestra del escudo): fondo azul con un lirio plateado. Este símbolo, de gran tradición en la iconografía cristiana, representa la pureza y está profundamente asociado a la Virgen María. También puede interpretarse como una alusión a San José, custodio de la Sagrada Familia y modelo de humildad, fortaleza y obediencia, virtudes muy queridas por los agustinos.

  • Campo inferior (siniestra del escudo): fondo dorado o crema con la figura de un corazón inflamado y atravesado por una flecha sobre un libro cerrado. Esta es una clara referencia a San Agustín de Hipona, padre y doctor de la Iglesia, fundador espiritual de la Orden de San Agustín, a la que pertenece León XIV. La imagen evoca la experiencia de conversión de Agustín, plasmada en sus famosas palabras: “Vulnerasti cor meum verbo tuo” («Has traspasado mi corazón con tu Palabra»). El corazón atravesado simboliza el impacto transformador de la Palabra de Dios.

El lema: In Illo uno unum

Debajo del escudo figura el lema elegido por el Pontífice: “In Illo uno unum” («En Aquel único, uno solo»), una cita de San Agustín tomada de su Exposición sobre el Salmo 127. En ese texto, el santo explica cómo los cristianos, aunque sean muchos, forman un solo cuerpo en Cristo.

Este lema es también una declaración programática del nuevo Papa, que ya había subrayado en entrevistas anteriores la importancia de la unidad y la comunión como ejes de su visión eclesial. En palabras del entonces cardenal Robert Prevost:

“Como agustino, para mí promover la unidad y la comunión es fundamental. San Agustín habla mucho de la unidad en la Iglesia y de la necesidad de vivirla”.

Este mensaje resuena con fuerza en el contexto actual del proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco, donde las palabras clave son comunión, participación y misión.

Los elementos tradicionales del escudo papal

Como es habitual en la heráldica pontificia, el escudo se encuentra acompañado por los siguientes elementos:

  • La tiara papal: tradicional símbolo del poder espiritual y temporal del Papa, representada aquí con sus tres coronas y una cruz en la parte superior.

  • Las llaves cruzadas: una de oro y otra de plata, símbolo de las llaves del Reino confiadas por Cristo a San Pedro. La llave dorada representa el poder espiritual, y la plateada el poder temporal. Están unidas por un cordón rojo.

  • Los cordones con borlas rojas: que decoran los lados del escudo, herencia visual del estilo eclesiástico medieval.

Interpretación espiritual y pastoral

El escudo de León XIV se presenta como una síntesis visual de su identidad espiritual, su pertenencia a la tradición agustiniana y su propósito pastoral. Habla de una fe que brota del corazón tocado por la Palabra, de una Iglesia que busca la unidad desde la diversidad, y de una misión centrada en el amor, el diálogo y la comunión.

En un momento en que la Iglesia enfrenta desafíos globales, tensiones internas y la necesidad de una renovación pastoral, el mensaje de León XIV a través de su escudo y lema es claro: “en Cristo, todos somos uno”.

Fuente: Vatican News

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Los Federins regresan a El Passeig en la Fira Modernista de Terrassa



En el marco de la XXII edición de la Fira Modernista de Terrassa, que se celebra los días 9, 10 y 11 de mayo, los históricos Federins – Trabucaires de Terrassa i de la Creu Alta vuelven a instalar su campamento en su ubicación habitual: El Passeig, uno de los puntos neurálgicos de esta emblemática feria que rinde homenaje a la sociedad catalana de finales del siglo XIX y principios del XX.

Sábado 10: Tradición, música y sabores de época

El sábado por la mañana arrancará con el tradicional "Esmorzar de l’obrer", una humilde y sabrosa arenque con pan con tomate, pagada simbólicamente con "rals" de la época. Durante la jornada habrá talleres infantiles, y actuaciones de las Dolçaines del CAT, los Acordionistas de l’Aula de Sons y otros músicos amigos que llenarán de ambiente modernista el campamento.

Además, como ya es tradición, se ofrecerán degustaciones y venta de la Ratafía Modernista de Terrassa, una bebida que se ha convertido en símbolo de estas jornadas culturales.

Domingo 11: El espíritu federalista desfila por las calles

El domingo a las 10:30 h tendrá lugar una espectacular cercavila por las calles de Terrassa bajo el grito de:
"¡Que vienen los carlinos! ¡Que vienen los federales!"
Una recreación que pone en escena el conflicto entre carlistas y federales del siglo XIX, de forma lúdica y festiva. Acompañarán este desfile la Colla Sardanista del Centre Aragonès, Els músics de la Pàjara y otros colaboradores.

Durante todo el fin de semana, el campamento del Passeig será punto de encuentro para la degustación de productos típicos, la música en vivo, la recreación histórica y, por supuesto, el espíritu combativo y festivo de los Federins.

Esta cita anual no solo celebra el legado modernista de Terrassa, sino que también revive de forma creativa y participativa episodios de la historia catalana, como el enfrentamiento entre carlistas y federales. Una ocasión única para que pequeños y mayores se acerquen al pasado, disfruten del presente y celebren la memoria colectiva desde la calle, la música y la convivencia.

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5 de mayo de 1862: La victoria de Puebla, la presencia de zuavos y el error de Napoleón

Napoleón III
Napoleón III


 El 5 de mayo es una fecha profundamente arraigada en la memoria colectiva de México. Cada año, se celebra con orgullo y fervor patriótico la victoria del Ejército Mexicano sobre las tropas invasoras francesas en la Batalla de Puebla, ocurrida el 5 de mayo de 1862. Aunque no supuso el fin de la intervención extranjera, esta victoria se convirtió en un símbolo de resistencia frente al imperialismo. Y como veremos, la historia de este día tiene un curioso giro en torno a los zuavos y un error histórico que aún persiste: la confusión entre Napoleón Bonaparte y Napoleón III.

La Batalla de Puebla y su contexto histórico

En la década de 1860, México atravesaba una severa crisis económica y política. Tras la guerra de Reforma, el presidente Benito Juárez suspendió el pago de la deuda externa por dos años, lo que provocó la reacción de potencias europeas como Francia, Inglaterra y España, quienes enviaron fuerzas militares para exigir el cumplimiento de los pagos.

Pronto, los británicos y españoles se retiraron tras negociaciones diplomáticas, pero Francia, bajo el gobierno de Napoleón III, decidió continuar con la intervención. Su ambición iba más allá del cobro de la deuda: pretendía establecer un imperio títere en América, debilitando así la influencia de los Estados Unidos y expandiendo su poder en el continente.

Fue en este contexto que el 5 de mayo de 1862, las tropas francesas avanzaron hacia la ciudad de Puebla con la intención de tomarla y abrir camino hacia la Ciudad de México. Sin embargo, el general Ignacio Zaragoza, al mando del Ejército de Oriente, logró una sorpresiva victoria frente al ejército francés, considerado uno de los más poderosos del mundo en aquel momento.

¿Y por qué se celebra el 5 de mayo en 1862?

Si bien la batalla clave fue en 1862, las conmemoraciones y festejos más populares del 5 de mayo empezaron a consolidarse un año después, en 1863, en parte como respuesta a la continuación del conflicto. Para entonces, la batalla se había convertido en un símbolo de unidad y orgullo nacional. Es también en esta época cuando se empiezan a formar grupos civiles que, año tras año, recrean o conmemoran la gesta heroica.

En algunas zonas del país, como en Puebla o en comunidades migrantes mexicanas en Estados Unidos, las festividades incluyen desfiles, recreaciones militares y actos culturales donde desfilan compañías históricas vestidas como soldados de la época, incluyendo los famosos zuavos.

Zuavos: del norte de África a América Latina

Los zuavos fueron un cuerpo militar de élite del ejército francés, creado en Argelia en el siglo XIX, originalmente compuesto por soldados argelinos y, más tarde, por franceses. Su distintivo uniforme, inspirado en trajes tradicionales del norte de África —con pantalones bombachos, chaquetas cortas y fez— los hizo reconocibles y exóticos a ojos del mundo occidental.

Estos soldados participaron en muchas campañas del imperio francés, incluyendo la Guerra de Crimea, la conquista de Argelia y, por supuesto, la intervención en México. Durante esta campaña, el Segundo Imperio Francés envió a sus mejores tropas, entre ellas regimientos de zuavos, considerados símbolo de fuerza, disciplina y lealtad al emperador.

La presencia de zuavos en el conflicto mexicano ha sido fuente de inspiración para muchas comparsas y agrupaciones históricas que, aún hoy, desfilan con uniformes inspirados en ellos durante las celebraciones del 5 de mayo.

La confusión de los Napoleones: un error común pero importante

Uno de los errores históricos más frecuentes en publicaciones, materiales educativos y hasta en actos conmemorativos es la aparición de Napoleón Bonaparte como figura central de la intervención francesa en México. Sin embargo, esto es incorrecto: Napoleón Bonaparte murió en 1821, mucho antes de que México se enfrentara al intento de imposición de un imperio francés en su territorio.

El verdadero responsable de la intervención francesa en México fue Napoleón III, sobrino de Napoleón Bonaparte, quien gobernó Francia entre 1852 y 1870 como emperador del Segundo Imperio. Fue él quien, motivado por intereses geopolíticos, expansionistas y económicos, ordenó el envío de tropas a México. Napoleón III veía en México una oportunidad para debilitar a Estados Unidos (entonces en plena Guerra Civil) y para instaurar un monarca europeo —el archiduque Maximiliano de Habsburgo— como emperador en tierras americanas.

La confusión visual se ve alimentada por el hecho de que ambos compartían el nombre Napoleón y usaban uniformes similares. Además, el retrato de Napoleón Bonaparte —con su mano en el pecho, su característica silueta y su gesto serio— ha quedado tan grabado en el imaginario colectivo que muchas veces se usa de forma automática, incluso en contextos donde no corresponde.

Para los interesados en la recreación histórica o la divulgación rigurosa, como es el caso de nuestro blog "Zuavos del Mundo", es importante señalar este error y contribuir a la correcta difusión de los hechos.

Celebraciones actuales: una mezcla de historia y tradición popular

Hoy en día, las celebraciones del 5 de mayo no solo se limitan a México. En Estados Unidos, especialmente en estados con una fuerte presencia mexicana como California, Texas o Illinois, esta fecha ha cobrado una enorme relevancia cultural, aunque muchas veces se desvincula del contexto histórico original y se convierte en una fiesta más de identidad y orgullo mexicano.

En algunos pueblos mexicanos, como en Puebla o en San Agustín Tlaxco, se celebran con especial énfasis, incluyendo desfiles de “soldados franceses” y “soldados mexicanos”, donde aparecen también compañías de zuavos con uniformes coloridos y banderas de época.

Estas compañías suelen estar formadas por vecinos del pueblo, amantes de la historia o descendientes de antiguos combati0entes, y representan tanto a los defensores mexicanos como a las tropas francesas, en un gesto de reconciliación histórica y homenaje a todos los que participaron en el conflicto.

Conclusión: una fecha para recordar, una historia que contar bien

El 5 de mayo no solo conmemora una batalla ganada; representa la dignidad de un pueblo que se enfrentó a uno de los ejércitos más poderosos del mundo y logró vencerlo, al menos temporalmente. Es también una muestra de cómo la historia, cuando se mezcla con la tradición popular, puede perpetuar errores si no se cuida la precisión de los hechos.

Desde “Zuavos del Mundo” queremos recordar la importancia de esta fecha no solo como una fiesta, sino como una oportunidad para educar, reflexionar y rendir homenaje a los verdaderos protagonistas. Y por supuesto, seguir destacando el papel de los zuavos —ya sean franceses o representaciones modernas— como parte de ese colorido mosaico de memoria histórica.

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¿Qué diferencia hay entre el logo del Vaticano y el de la Sede Vacante?


Cuando vemos imágenes relacionadas con el Vaticano, es común encontrar dos emblemas muy similares pero con significados totalmente distintos: el escudo del Vaticano y el escudo de la Sede Vacante. En este post te explicamos qué representa cada uno y cuándo se utiliza.

El escudo del Vaticano

Este es el emblema oficial de la Ciudad del Vaticano y también se usa como símbolo del papado en general. Está compuesto por dos llaves cruzadas (una dorada y otra plateada), que representan las llaves del Reino de los Cielos entregadas a San Pedro, el primer papa. Sobre ellas, se sitúa la tiara papal (o triregnum), símbolo de la autoridad del Papa como jefe de la Iglesia Católica.

Este escudo se utiliza durante todo el tiempo en que hay un papa en funciones. Aparece en documentos oficiales, monedas, banderas, y en muchas otras representaciones vinculadas al Vaticano.

El escudo de la Sede Vacante

Cuando el Papa muere o renuncia, se entra en un período conocido como "Sede Vacante" (silla vacía), en el que no hay un pontífice al frente de la Iglesia. Durante este tiempo se deja de utilizar el escudo del Vaticano y se reemplaza por el emblema de la Sede Vacante.

Este escudo mantiene las dos llaves cruzadas, pero en lugar de la tiara, se coloca un ombrellino (paraguas) de franjas rojas y doradas, símbolo antiguo de autoridad temporal y protección. También puede incluir un pequeño galero negro (sombrero eclesiástico) debajo de las llaves. Todo esto representa que la sede papal está vacía y en espera de un nuevo Papa.

¿Cuándo se vuelve a usar el escudo del Vaticano?

Una vez que el nuevo Papa es elegido en el cónclave, el escudo de la Sede Vacante deja de usarse inmediatamente y se restaura el escudo del Vaticano. Además, en muchos casos, se crea una versión personalizada del escudo vaticano con elementos propios del nuevo Papa, que lo usará como su escudo personal durante todo su pontificado.

Este tipo de símbolos no solo son elementos visuales, sino que tienen un profundo significado teológico e histórico. Entenderlos es una forma de acercarnos un poco más al corazón de la Iglesia Católica y su larga tradición.


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El morrión de la Guardia Suiza Pontificia: tradición, simbolismo y jerarquía


Morrion Guardia Suiza Pontificia


Cuando hablamos de la Guardia Suiza Pontificia, lo primero que llama la atención es su vistoso uniforme renacentista. Pero hay un elemento que muchas veces pasa desapercibido y que tiene una fuerte carga histórica y simbólica: el morrión, ese casco con ala ancha y plumas que corona la cabeza de estos guardianes del Papa.

¿Qué es el morrión?

El morrión es un casco de origen renacentista, típicamente usado por los soldados de infantería europea del siglo XVI. Su diseño está pensado para ofrecer cierta protección, pero también para destacar en lo visual. En el caso de la Guardia Suiza, su uso se mantiene hoy como parte del atuendo ceremonial.

Morrión negro: el más común

El morrión negro es el más habitual y está reservado a la mayoría de los soldados y suboficiales. Se utiliza en:

  • Guardias de honor

  • Ceremonias religiosas

  • Eventos cotidianos del Vaticano

Va acompañado de una pluma de color, que indica el rango del guardia:

  • Blanca: soldados rasos

  • Roja: sargentos

  • Multicolor: oficiales

El negro aporta sobriedad y hace un contraste elegante con el colorido uniforme tradicional, reforzando el carácter solemne de sus funciones.

Morrión metálico: reservado a los oficiales

En ocasiones más solemnes o durante grandes celebraciones litúrgicas, los oficiales superiores de la Guardia Suiza utilizan un morrión metálico, de aspecto brillante y con detalles decorativos que lo distinguen claramente. Este tipo de casco es símbolo de jerarquía y se utiliza con uniforme de gala completo.

Más que un casco, un legado

El uso del morrión en la Guardia Suiza no es una simple tradición estética. Representa:

  • Continuidad histórica desde 1506

  • Identidad visual única dentro del Vaticano

  • Jerarquía interna del cuerpo

Además, es un recordatorio constante del compromiso de estos hombres con la defensa del Papa y la Santa Sede.

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Muere a los 88 años el papa Francisco, el primer jesuita e hispanoamericano en dirigir la Iglesia Católica



Hoy, 21 de abril de 2025, el Vaticano ha confirmado el fallecimiento del papa Francisco a los 88 años de edad. Nacido como Jorge Mario Bergoglio, fue un pontífice histórico: el primer jesuita, el primer americano y el primero en elegir el nombre de Francisco. Su muerte supone el cierre de una etapa sin precedentes en la historia reciente de la Iglesia. 

Su pontificado, iniciado en 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI, estuvo marcado por su cercanía a los más vulnerables, su estilo directo y su lucha por una Iglesia más humilde y comprometida con los problemas del mundo actual.

Desde Zuavos del Mundo nos unimos a las condolencias por la pérdida de una figura clave en la historia contemporánea del Vaticano y enviamos nuestro respeto a todos los fieles que hoy lloran su marcha.

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El uniforme de la Comparsa de Zuavos de Ontinyent circa 1880.



El pasado 5 de abril de 2025, la ciudad de Ontinyent vivió un desfile histórico con motivo de la reciente declaración de sus Fiestas de Moros y Cristianos como de Interés Turístico Internacional. En él participaron todas las comparsas actuales, tanto mayores como infantiles, así como los cargos festeros de años anteriores —capitanías cristianas y moras, abanderados y embajadores—. Pero el momento más emotivo para los amantes de la historia festera fue, sin duda, la representación de aquellas comparsas que han desaparecido con el paso del tiempo. Entre ellas, una que rescató la memoria de un capítulo poco conocido de la Ontinyent de finales del siglo XIX: la Comparsa de Zuavos, fundada en 1880 y desaparecida a principios del siglo XX.  

Este homenaje a las comparsas desaparecidas, iniciado en 2010 con motivo del 150 aniversario de las fiestas, ha servido para devolver al presente el legado de formaciones que, aunque efímeras, dejaron una huella simbólica en la evolución del tejido festero ontinyentí. La Comparsa de Zuavos es una de esas joyas olvidadas cuya recuperación merece una atención especial, no solo por su singularidad, sino por el intento fallido —al menos en parte— de reconstruir fielmente su uniforme original.  

Un poco de contexto: Los Zuavos en la historia 

El término "zuavo" se remonta al ejército francés del siglo XIX, cuando los cuerpos de zuavos fueron creados con tropas de origen argelino y europeo, conocidos por su valentía, marcialidad y un uniforme exótico y colorido, que más tarde inspiraría a numerosas unidades en Europa y América. Esta imagen romántica y combativa fue adoptada por diversos cuerpos militares y ceremoniales, incluidos los Zuavos Pontificios, que defendieron los Estados Pontificios durante las campañas de unificación italiana.  En España, y más concretamente en el bando carlista durante la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), también se adoptó esta estética. Algunas unidades, como los denominados "Zuavos Carlistas", se inspiraron directamente en los Zuavos Pontificios, con algunas adaptaciones. De ahí deriva, en gran parte, la imagen que pudo haber tenido la Comparsa de Zuavos de Ontinyent, nacida pocos años después del fin de aquella contienda civil.  

La comparsa de Zuavos de Ontinyent: ¿qué sabemos? 

La documentación sobre esta comparsa es escasa. Se tiene constancia documental de su fundación en 1880, pero pocos registros gráficos o escritos sobreviven sobre su actividad o uniforme. Esta falta de referencias ha dificultado durante décadas cualquier intento de reconstrucción rigurosa.  En 2010, con la mirada puesta en el 150 aniversario de las fiestas, colaboré en una fase inicial para esbozar una posible reconstrucción del uniforme. Sin embargo, por diversos motivos, el proyecto tomó un rumbo distinto, sin contar finalmente con el asesoramiento histórico necesario. Como resultado, el uniforme exhibido recientemente, tanto en 2010 como en 2025, no refleja con fidelidad la indumentaria original de los zuavos de Ontinyent.  



Análisis del uniforme presentado en 2025 

A continuación, detallo los principales errores históricos y estilísticos que presenta la versión actual del uniforme, comparándola con las fuentes disponibles y la tradición militar de los zuavos en España:  

1. El color del uniforme 

Uno de los errores más llamativos es el color elegido para el uniforme de tropa: turquesa. Este color no se corresponde con la tradición zuava ni con los referentes carlistas. El uniforme de tropa debería haber sido de color gris, una tonalidad sobria que contrastaba con el vistoso rojo del vivo (ribetes). El azul turquesa estaba reservado, en todo caso, a los oficiales, si seguimos la lógica de los Zuavos Pontificios.  

2. El color del vivo 

El uniforme actual presenta un vivo azul oscuro, cuando el color correcto para la tropa era el rojo (encarnado o grana). Este detalle no es menor: el color del vivo en las unidades carlistas estaba regulado por el artículo XII del reglamento recogido en Mis memorias de María de las Nieves de Braganza, donde se especificaba:  

"Los batallones de cada provincia se distinguirán por el color del vivo (...). Provincia de Albacete: azul. Provincia de Valencia: amarillo." 

Sin embargo, este reglamento no contempla unidades de zuavos en la provincia de Albacete, ni en Valencia, lo que refuerza la idea de que la Comparsa de Zuavos de Ontinyent bebía directamente del imaginario pontificio o carlista, y no tanto de una lógica provincialista.  

3. La faja 

El modelo presentado en 2025 presenta una faja con una abertura trasera que parece cerrada con velcro, algo anacrónico. En las fotos antiguas, la faja era completa y envolvente, posiblemente de lana o algodón grueso, sin interrupciones visibles, marcando claramente la silueta característica del zuavo.  





4. El chaleco y los botones 

El chaleco actual utiliza botones plateados, cuando históricamente se empleaban botones dorados, especialmente en los uniformes de tropa. Este detalle era más que decorativo: establecía una diferencia visual clara entre oficiales y soldados.  

5. El tombeau 

Aquí nos encontramos con una de las pocas partes acertadas del uniforme. El tombeau (pieza frontal del bolero con trenzado decorativo) ha sido reproducido basándose en una fotografía de un Zuavo Carlista (que no era Ignace Wils), lo cual le confiere autenticidad. Sin embargo, la parte trasera del bolero no es del todo fiel a los uniformes de la época.  




6. Calzado: botas vs polainas 

En el uniforme presentado en 2025, se optó por botas altas, cuando en realidad la tropa llevaba polainas, generalmente de color blanco o hueso, sobre zapatos bajos. Las botas eran reservadas a los oficiales, reforzando la distinción jerárquica dentro de la unidad.

7. El pantalón bombacho 

El pantalón bombacho, uno de los signos más distintivos del zuavo, es correcto en cuanto a forma, pero no tanto en sus acabados. En la recreación moderna, el corte es más rígido y menos fluido que el original, probablemente por el tipo de tejido empleado.  

8. La boina 

Uno de los elementos más controvertidos ha sido el uso de una boina blanca con borla azul. Aunque durante los primeros años de la Tercera Guerra Carlista sí se usaban boinas blancas, a partir de 1874 comenzaron a cambiar a boinas rojas. Más importante aún: la fotografía antigua identificada muestra claramente que los zuavos de Ontinyent no llevaban boina, sino képi, siguiendo la tradición de los Zuavos Pontificios. Esta confusión se repite también en el caso de la Filà Tercio de Zuavos de Bocairent, que incorporó la boina blanca a partir de 1881, aunque fue fundada en 1867.  

El peso de la fidelidad histórica 

La recreación de un uniforme histórico debe ser un ejercicio de rigor, pasión y paciencia. En este caso, a pesar del esfuerzo de quienes participaron en el diseño del uniforme de 2010/2025, se ha seguido una deriva estética alejada de la fidelidad histórica, perdiendo la oportunidad de rendir un verdadero homenaje a una comparsa olvidada.  La Comparsa de Zuavos de Ontinyent representa un momento concreto de nuestra historia festera, en el que se cruzaban influencias militares, políticas y religiosas. Reivindicar su legado no consiste solo en desfilar con un traje llamativo, sino en entender su origen, su simbología y su contexto.  

Conclusión 

La historia festera de Ontinyent es rica y diversa, y está llena de matices que merecen ser rescatados con cariño y exactitud. La recuperación de la Comparsa de Zuavos es una iniciativa valiente y necesaria, pero debe ir acompañada de un trabajo minucioso de documentación, investigación y, sobre todo, respeto por el pasado.  Esperamos que este artículo sirva como punto de partida para futuras reconstrucciones más rigurosas, que devuelvan a los zuavos ontinyentins el lugar que les corresponde en la memoria colectiva de la fiesta.

Fotografías: Ignazio Silvestre Borrego

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Los Zuavos del Papa en 1912: Una Mirada Histórica a una Fotografía Desconocida. PFB 2025



La historia de la Filà Tercio de Zuavos (originariamente denominada Zuavos del Papa) está llena de tradiciones y simbolismos que han sido transmitidos de generación en generación. La fotografía que se analiza en este artículo es una de esas joyas históricas que, aunque desconocida hasta ahora, ofrece una ventana invaluable al pasado, gracias a la tarea infatigable de investigación de Zuavos del Mundo. Esta imagen, publicada en La Voz de la Tradición el viernes 1 de marzo de 1912, probablemente fue capturada durante la entrada del viernes 2 de febrero de ese mismo año. En ella, se pueden observar diversos detalles que merecen una atención especial, ya que enriquecen nuestra comprensión sobre los elementos distintivos del Tercio de Zuavos de principios del siglo XX.

Contexto Histórico de los Zuavos del Papa

Los Zuavos del Papa, más conocidos como los Zuavos Pontificios, un cuerpo militar formado para la defensa de los Estados Pontificios el 1 de enero de 1861 ( y no la Guardia Suiza Pontificia en la que se suele confundir), dejaron una profunda huella en la tradición militar y religiosa. Tras la unificación de Italia y la caída de los Estados Pontificios tras la Toma de Roma del 20 de septiembre de 1870, la figura del Zuavo se mantuvo viva en las conmemoraciones y festividades, especialmente en el marco de las celebraciones de Moros y Cristianos en varias localidades de España. En este contexto, la Filà Tercio de Zuavos de Bocairent emerge como una de las representaciones más emblemáticas, manteniendo vivos los vestigios de una historia cargada de fervor religioso a su patrón San Blas.

La Fotografía de 1912: Un Testimonio Visual

La fotografía de 1912, objeto de este análisis, es una rara instantánea que captura con gran detalle a los miembros del Tercio de Zuavos en un momento clave de su historia. Al observar la imagen, es inevitable centrarse en la figura del capitán de ese año, Francisco de Paula Cabanes Cabanes, quien se erige como una personalidad destacada dentro de la Filà. Su indumentaria, cuidadosamente detallada, así como otros elementos presentes en la escena, ofrecen una rica fuente de información sobre las costumbres y tradiciones de la época.

Francisco de Paula Cabanes Cabanes: Capitán de 1912

En la parte derecha de la imagen, se puede apreciar a Francisco de Paula Cabanes Cabanes, quien ostenta la banda de capitán, un distintivo fundamental que se complementa con la boina roja y la borla dorada. Las estrellas de capitán, visibles en la bocamanga de su uniforme, son otro elemento que subraya su rango. Además, el sable, portado en el centro de la faja con el cinturón porta sables, es un accesorio que aún hoy se mantiene en la indumentaria del capitán del Tercio de Zuavos. La importancia de Francisco de Paula dentro de la Filà es incuestionable, siendo el único miembro en los 158 años de historia que ha ostentado el cargo de capitán en cuatro ocasiones diferentes: 1912, 1916, 1923 y 1933. Detrás de él, se distingue al alférez, quien asumiría el papel de capitán en 1913, Francisco Castro Romero. A su izquierda podemos reconocer a Julian Castelló Silvestre, cronista y autor de las conocida Reseña histórica de la filada de Zuavos de Bocairente desde 1901 a 1922.

Las Picas Infantiles: Un Elemento Poco Documentado

Otro aspecto fascinante de la fotografía es la presencia de las picas infantiles, un elemento que ha sido escasamente retratado y documentado. En la imagen, se observan a los niños portando estas picas, las cuales consisten en un mástil adornado con cintas en espiral de color rojo y blanco, rematado en la parte superior con un banderín que lleva los mismos colores que los banderines actuales. Estas picas, al igual que la banderola que adornaba la boca del arcabuz de los adultos, han experimentado una evolución significativa a lo largo del tiempo. En el último tercio del siglo XX, las picas eran de color rojo, con una banderola más pequeña y un cambio en la disposición de los colores: rojo, blanco y rojo. En la actualidad, la pica es de color madera, con el banderín en los colores correctos, y ha sido adoptada también por las mujeres, quienes utilizan una versión octogonal con un remate de madera en forma de punta.

El Delantal o "Planeta": Un Símbolo de Tradición

El delantal, también conocido como "planeta", es otro elemento distintivo que se observa en la fotografía. Este delantal de piel blanca presenta una cruz patada roja, ribeteada con cinta roja, con dos círculos en la parte superior y dos semicírculos que simulan bolsillos. La principal diferencia con los delantales actuales radica en la anchura de los brazos de la cruz, que en 1912 eran más anchos. Esta cruz, que guarda cierta similitud con la cruz templaria, ha generado cierta especulación sobre los motivos de su incorporación exclusiva en los delantales. Sin embargo, su origen preciso sigue siendo un misterio.

Este delantal es utilizado actualmente por la escuadra oficial de hombres durante el día de la entrada y en la diana de Moros y Cristianos, tanto por hombres como por mujeres, aunque no de manera mixta. Esta escuadra tiene la responsabilidad de abrir el pasacalle de la diana y servir como guardia durante la celebración eucarística. El delantal, en su origen, proviene de los gastadores, quienes eran encargados de abrir paso a la compañía. Equipados con herramientas como palas, hachas y serruchos, estos hombres allanaban el camino para que el resto de la compañía pudiera avanzar sin problemas, una tarea similar a la de los zapadores modernos. El mandil, en particular, servía para proteger el uniforme del barro, la tierra y el polvo, y con el tiempo se convirtió en un símbolo de esta función.

Curiosamente, la cruz que aparece en los delantales de los niños es completamente diferente, asemejándose más a la cruz occitana, también conocida como cruz de Languedoc, cruz de Forcalquier o cruz de Tolosa. Este tipo de delantal cayó en desuso hasta que, en la década de 2010, fue recuperado para la escuadra infantil masculina, que marcha detrás de la música de la escuadra oficial de hombres. En esta nueva versión, la prenda no está hecha de piel, sino de tejido de algodón estampado con los mismos detalles que el delantal de adulto.

El Pañuelo Blanco: Un Elemento Perdido

El pañuelo blanco, que alguna vez formó parte integral del traje de Zuavo, ha desaparecido por completo, aunque sigue siendo utilizado en otras "filaes", como los Moros Vells, Marrocs y Mosqueters. Una de las teorías sugiere que la desaparición del pañuelo podría estar relacionada con el cambio en la vestimenta. Anteriormente, los Zuavos no utilizaban jerseys de cuello alto, sino camisas, y el pañuelo blanco ayudaba a uniformar mejor el conjunto, cubriendo el cuello de la camisa.

Conclusión

La fotografía de 1912 es más que una simple imagen; es un valioso documento histórico que nos permite comprender mejor la evolución de las tradiciones y símbolos asociados con la Filà Terç de Zuavos. A través de la figura de Francisco de Paula Cabanes Cabanes, las picas infantiles, el delantal o "planeta" y el pañuelo blanco, esta instantánea nos ofrece una rica visión de un pasado que, aunque distante, sigue vivo en las tradiciones actuales.

El análisis de esta fotografía no solo enriquece nuestro conocimiento sobre los Zuavos, sino que también subraya la importancia de la preservación y el estudio continuo de documentos históricos. Cada detalle, desde la vestimenta hasta los accesorios, cuenta una historia que, al ser desentrañada, nos conecta con el legado cultural y religioso de una época que sigue resonando en las celebraciones y costumbres de hoy en día.

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