ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL TRAJE DE ZUAVO.1995.

Escuadra con traje de Zuavo Francés. Diana del 3 de febrero de 1994. Capitán: Ignacio Cantó Salinas.
Foto: Filà Terç de Suavos.
Publicado en el programa de fiestas de moros y cristianos de Bocairent en 1995. 

LOS ZUAVOS  

Este es  el nombre que, originariamente, recibían los  componentes de un cuerpo especial de la milicia indígena argelina al servicio de Francia, formada al inicio de la ocupación francesa de Argelia. 

Sus integrantes eran descendientes de la población berberisca de los Igawawen, tribu árabe de Zwuawa o Zuaua, que formaban parte de un grupo tribal que habitaba sobre la vertiente septentrional de la cadena montañosa del Giurgiira, en la región de Kabilia. 

Por  medio de un decreto de 1º de Octubre del año 1830 se constituyeron dos  batallones y  a continuación, varios regimientos, concretamente tres  con sedes en Constantina, Orán y Blida, respectivamente. 

Su organización fue, sin embargo, modificada, ya que pasó de ser una milicia de tropas árabes  con mandos  franceses, a constituirse primero en una fuerza mixta de franceses beréberes argelinos, y más tarde se convirtió en un cuerpo expedicionario francés, formado exclusivamente por individuos de dicha nacionalidad. 

Los batallones de Zuavos tomaron parte activa en numerosas acciones de guerra, distinguiéndose en Crimea e Italia, donde el Tercer Regimiento recibió, en 1859, la medalla de oro al valor militar.

EL UNIFORME DE LOS ZUAVOS  

La indumentaria de estas milicias consistía en una camiseta de lana azul cubierta por una corta chaqueta de tela también azul, adornada con trencillas rojas y falsos bolsillos  del color distintivo del Regimiento al que se pertenecía. 

Los pantalones eran amplísimos, de color rojo e iban anudados bajo la rodilla. 

Alrededor de la cintura llevaban una larga faja de color azul claro y se cubrían la cabeza con un turbante que, más tarde fue sustituido por el típico fez rojo. 

Con la creación de los Zuavos Pontificios, los  componentes de dichas fuerzas  asumen en gran medida la indumentaria de las primitivas tropas coloniales  francesas, diferenciándose tan sólo en el tocado de la cabeza y algún otro detalle, siendo básicamente su uniforme el de los Zuavos argelinos. 

Milicias con la denominación de Zuavos hubo en Europa, sobre todo en Francia y  España, hasta la primera guerra mundial aunque su aspecto tradicional fue sustituido por  el color caqui, excepto para oficiales y suboficiales que conservaban el primitivo. 

LOS ZUAVOS PONTIFICIOS 

 Fue en el sistema organizativo de las milicias indígenas argelinas en el que se fundamentó Merode (1) con el consentimiento del General Lamorecière (2) para, en 1860, organizar los Batallones de Zuavos Pontificios cuya misión era la de defender los territorios  del Papa contra los ataques de las tropas italianas. 

Desde el fin del Imperio Romano, Italia había estado dividida políticamente. 

Por los tratados de Viena de 1815, en Italia quedaban siete Estados: el reino de Cerdeña­Piamonte, con capital en Turín, el reino de Lombardía­Venecia, que pertenecía al emperador  austriaco, los ducados  de Parma y  Ródena, el gran ducado de Toscana, también pertenecientes a príncipes austriacos, el reino de las Dos Sicilia y, finalmente, los  Estados Pontificios, propios del Papado. 

Tras una serie de guerras con Austria, Víctor Manuel II, rey de Cerdeña­Piamonte, ayudado por Napoleón III de Francia, consiguió la anexión de todos los estados y parte de los territorios pontificios. 

Los Zuavos Pontificios, cuyo nombre asumieron porque su organización y uniforme eran prácticamente idénticos al de los cuerpos expedicionarios franceses, y que estaban formados principalmente por españoles y franceses, tomaron parte activa en las batallas  de Castellfiardo, Mentana y, sobre todo, en la batalla de la ciudad de Roma (3). 

Tras el asedio de Roma los Zuavos Pontificios tomaron los  caminos de sus  respectivos  países, siendo sustituidos por  la tradicional Guardia Suiza, y entre ellos  marcharon D. Alfonso­Carlos de Borbón y su lugarteniente Savalls los cuales, al iniciarse en España la tercera guerra carlista y ser nombrado el infante D. Alfonso comandante en jefe de los ejércitos carlistas de Cataluña, organizaron un Batallón de Zuavos en recuerdo de los Zuavos Pontificios, en cuyas filas tan valerosamente lucharon. 

Dicho batallón entró en combate en numerosas ocasiones, distinguiéndose sobre todo en la batalla de Alpens ( 12 de junio de 1873 ) y la toma de Igualada, en la que sobresalió notablemente. 

¿ Es este cúmulo de acontecimientos el origen de nuestra Filà Tercio de Zuavos?. 

¿Es por ello por lo que el tocado de los Zuavos/as se compone de boina blanca o roja, colores y complemento característico de las tropas carlistas? 

La incógnita parece que fue despejada en un trabajo de D. Francisco Vañó Silvestre en el que así lo afirma, pero de todos modos al no existir documentación escrita sobre el origen y fundación de nuestra querida Filà el camino queda abierto para posteriores  indagaciones. 

BIBLIOGRAFÍA: ARENAZA, J.J. Historia universal. 
"EL ZUAVO", periòdic. Hemeroteca Municipal de Valencia. 
Enciclopedia Italiana. Consulado de Italia. 
MÉRIEULT, L.; Histoire de France. 
OYARZUM, Román; Historia del Carlismo. 
VAÑÓ SILVESTRE, Francisco; Zuavos Pontificios y Zuavos de Bocairent. 

(1) Federico Javier Chislain, conde de Merode.­ militar y político eclesiástico belga, nacido en Bruselas en 1820 y muerto en Roma en 1874. Peleó en Argel con gran valor donde obtuvo la Gran Cruz de la Legión de Honor. En 1847 abandonó la carrera militar y pasó a Roma recibiendo órdenes eclesiásticas y en 1849 fue nombrado Camarero Pontificio de Pío IX. Más tarde, en 1860, fue designado Ministro de la Guerra de los Estados Pontificios  y consiguió que Lamoricière tomara el mando de los ejércitos del Papa. 

(2) Cristóbal Luis León Luchault de Lamorecière.­ nacido en Nantes en 1806 y muerto en Proucel en 1865. Militar francés destinado en Argelia en 1838, que se distinguió por su capacidad militar  y  dotes de organización. Fundó en Argelia el primer Regimiento de Zuavos. En 1860, pasó al servicio del Papa Pío IX, tomando el mando de los ejércitos  pontificios y organizando los Batallones de Zuavos Pontificios. 

(3) Batalla de Roma.­ Hacia el principio de 1870, todo el territorio italiano estaba unificado excepto Roma, gobernada por el Papa. Roma, como capital del mundo católico, tenía una gran importancia internacional. Napoleón III, para guardar  su independencia, había destacado allí una guarnición francesa. Cuando esta guarnición abandonó la ciudad el ejército italiano se presentó ante Roma que quedó defendida tan solo por unos pocos Zuavos Pontificios bajo el mando del barón de Charette, teniente coronel del Regimiento de Zuavos, que tras duros  combates recibió orden del Papa Pío IX de izar la bandera parlamentaria. En este nefasto día del 20 de Septiembre, en que el Papa hubo de retirarse definitivamente al Palacio Vaticano, brilla por  su valentía y audacia la hazaña de D. Alfonso­Carlos de Borbón, alférez de Zuavos Pontificios, que al frente de una compañía de 85 hombres, españoles y holandeses, defendió la integridad física del Papa, después de haber capitulado todas las fuerzas que defendían la ciudad de Roma, evitando que Pío IX  cayera en manos de las tropas que asediaban la ciudad.

Autor: Ignacio Cantó Salinas. Capitán del Terç d Suavos 1994.


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La Filà Tercio de Zuavos bendice su nuevo banderín. PFB 1989.

Publicado en el programa de fiestas de moros y cristianos de Bocairent en 1989. 

La emotiva celebración de la Nit del Ciri de este año 1988 llegó aumentada para la  Filà Tercio de Zuavos por el estreno y bendición de su nuevo banderín.  

La Santa Misa y bendición, con presencia de toda la Filà, corrió a cargo del Rvdo.  D. Miguel  Calatayud Molina componente de la Filà, y recayó el  honor de apadrinar la  ceremonia a los componentes más antiguos y antigua D. Vicente Silvestre Beneyto y Dª Begoña Silvestre Cabanes, ejerciendo de abanderado D. Vicente Santonja Castelló.  

Finalizado el  acto todos los componentes de la Filà, acompañados por las  Autoridades Civiles y Religiosas, Junta de la Asociación de Fiestas, Presidentes de las filaes y Banda de Música, se dirigieron a su maset donde se ofreció un vino de honor a  todos los asistentes.  

En dicho acto la Filà por mediación de su Presidente D. Ramón Silvestre Solbes entregó a los padrinos unas placas en recuerdo del  mismo, y de un pergamino a D.  Vicente Santonja Castelló por su entrega y dedicación a la Filà. Posteriormente siguió la  tradicional  cena y desfile por las calles de la población, resultando una jornada muy  brillante y emotiva.  

Este banderín viene a ser el tercero que ha tenido la Filà si nos atenemos a los que  actualmente se conservan, pero si  nos remitimos a la documentación escrita  de la  «Reseña Histórica» de la Filada de Zuavos de Bocairente a contar del año 1901, legada  por D. Julián Castelló Silvestre «El Serio», en el  año 1919 nos dice...«empezamos por hacer la reseña de la solemne bendición del nuevo banderín»..., se puede deducir que ya  este de 1919 viene a sustituir a otro anterior. Mas como se tiene la satisfacción de  conservar esta joya de 1919, en cierta manera es el  iniciador de lo que el  banderín  representa para esta Filà, pues volviendo con la reseña histórica del «Tío Julián» encontramos lo que  significó para nuestros mayores, cuando continua diciendo...«acto que jamás se borrará  de la memoria de cuantos concurrieron en él».«Primeramente toda la Comparsa de  uniforme se reunió en el local propio, el día de la Virgen a las once de la mañana. De allí se dirigió precedida de la Banda de Música que también vestía uniforme, a la Parroquia,  donde ya estaba el Banderín que había sido llevado por otro conducto. Una vez en la  Iglesia formó la Comparsa en columna de honor frente a la Capilla del Santo Patrón, donde se destacaba junto a la misma y en el lado del Evangelio el hermoso, artístico y magnífico  Banderín.  

Después de verificada la Bendición, por el Cura Párroco D. Antonio Artés y Signes;  se procedió al acto que bien podría llamarse jura bandera, puesto que principiando por el  primer veterano y acabando por el  último quinto, todos con grande y profundo respeto  pasaron a besar y rendirle homenaje a tan sublime enseña».  

La trayectoria de este Banderín al frente de la Filà finalizó en el año 1964. Es en este año, que aún está en el  recuerdo de buena parte de los actuales componentes,  cuando se bendijo el que ahora en orden queda como segundo, y después de veinticuatro  años de llevar el testigo recibido, lo entrega en este día 26 de enero de 1988 al que con  tanta emoción, satisfacción y recuerdo viene a recoger todo cuanto el mismo representa  para la Filà Tercio de Zuavos, y del  que estamos convencidos hará honor a sus  antecesores en el transcurso de la «Fiesta».
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Les festes de Sant Blai durant el primer quart de segle a través d'un llibre de memòries. PFB 1989.

4 de febrero de 1989, día del Santo Cristo. Capitán: Francisco Molina Domenech.
Foto: Filà Terç de Suavos de Bocairent.
Publicado en el programa de fiestas de moros y cristianos de Bocairent en 1989. 

La comparsa o filà dels Suavos guarda, zelosament, en el seu arxiu una Reseña  histórica de la filada de Zuavos de Bocairente a contar del año 1901. Aquesta ressenya,  que comença el  primer any del  segle, fineix l'any 1922, és a dir, ens narra els  esdeveniments ocorreguts durant aquests primers 22 anys de segle en tot allò que  concerneix a la filada dels Suavos, especialment durant la celebració de les festes en  honor al patró Sant Blai. L'autor d'aquestes memòries de la filada fou Julián Castelló, el  «Sério», malnom amb qui  ell  mateix s'identificarà moltes vegades a través del  text. Julián Castelló fou també l'autor de la lletra de l'himne a Sant Blai que s'estrenà l'any  1916 en el  centenari  del  martiri  del  sant, a més, serà també ell  un dels principals  lletristes de les cançons, dècimes i murgues que cantaven els membres de la filada en  aquella época.  

Aquesta ressenya històrica, ­com assenyala l'autor en el títol­ de la filada dels  suavos em va sorprendre molt quan vaig començar a analitzar­la i  treballar­la per preparar el  present article. No sé per què me l'havia imaginada més oficialista i  centrada en els actes, diguem­ne oficials, de les festes de Sant Blai. En canvi, l'autor,  recull cada any una quantitat d'històries o anècdotes molt particulars, de la filada i del  poble. És a dir, que ens trobem amb totes les borratxeres dels components més  destacats, amb les baralles i  picabaralles internes de la comparsa, amb les que  mantenien amb altres comparses; ens trobem amb les bromes que es gastaven entre  ells i  a la resta de la gent, i  amb una quantitat de dades que no ens esperàvem.  Realment el que seria interessant és, que d'aquest llibre (el manuscrit consta de 205  quartilles escrites a mà en una espècie de llibre enquadernat i  aquestes es  converteixen en 90 pàgines mecanografiades a doble espai) se'n pogués fer una edició  i que els bocairentins coneguérem les aficions i diversions dels nostres avantpassats a  primeries de segle, de segur que ens emportaríem sorpreses i, especialment els actuals  components de la comparsa. 

Intentaré amb aquest treball difondre les idees principals que recull el llibre, però  vull remarcar que, la lectura global del manuscrit, any per any, sempre serà totalment  distinta a la que ara faré, més endavant inclouré un quadre amb dades sobre la  comparsa extretes del llibre.  

L'autor en el pròleg, i ja en el segon rengló, anota que la comparsa sempre ha  sigut molt activa en les festes, però «...encierra en sí una cadena de peripecias y un número de adversidades imposible de enumerar, que sólo la hábil mano de un buen literario 1  podría darlos a conocer.» La comparsa passarà durant estos vint­i­dos anys un seguit de problemes que  ell anirà narrant a poc a poc. Per exemple, l'any 1902 mor un jove component de la  filada «... dejando un  vacío grande en esta  corporación  y por consecuencia de esta baja sufrir algunos disturbios que tuvieron que intervenir los veteranos...».  Tres anys més tard, durant la Setmana Santa els agregaren el pas de la creu i signat  davant de notari i testimonis s'acordà que alternarien en el motet les dos músiques del  poble, desgraciadament això de les dos músiques no era el  millor moment per a  plantejar­ho, «... que estuvo la filada a punto de naufragar y gracias a que hubo algunos que dejando la opinión a un lado no se dieron por entendidos y así  la  marcha  no  se  interrumpió.»  Mentre el  desig d'una bona part dels veïns era que la comparsa  desapareguera, aquesta continuarà endavant «aunque  el deseo  de  algunos espectadores hubiera  sido  ése,  el que  hubiéramos sucumbido. Tal era en esta época el modo de  ser de este pueblo,  sin excepción de persona  y aunque era una aberración no se comprendía, o no se  quería  comprender. Y basta  de  narraciones que  no nos incumben hoy, pasemos al siguiente año, porque  creo muy bien que habrá deseos de  saber y anhelo de  curiosidad  de  enterarse de  la  historia de  esta  filada. Pues yo  para  complacer  a  algunos curiosos he  tenido  a  bien  redactar  la  presente historia que  no  dudo desagradará a muchos por tocarles el amor propio, pero no importa, a quien le pique que se rasque.» 

L'any 1911 comença un estira i  afluixa amb la comparsa dels moros vells,  aquests interpretaven els seus balls després de vespres davant de l'Ajuntament, la qual  cosa segons l'autor interrompia un poc la festa, el representant dels suavos que entrava  aquell any 1911 era Francisco de Paula Cabanes i començà a plantejar el tema en les  reunions de la Junta, als moros vells allò no els va sentar gens bé, i el seu representant  «... quería y deseaban que nuestra filada estuviera también allí representada, aunque fuera por dos individuos, o sea la parelleta tan cacareada. En el primer año se  luchó de lo lindo, pero sin fruto por parte de nuestros contrarios, porque la opinión general de nuestra comparsa fue que si privaban el piquete en este día, no dejándolo  salir completo  en  la  procesión  en  el puesto  de  costumbre,  la  filada  de  zuavos no  estaba dispuesta  a  salir a  la  calle.»  El problema de la  parelleta no es resoldrà aquell any, continuarà apareixent en les memòries dels quatre  anys següents i, a partir de l'any 1916 (centenari  del  martiri  del  sant) i  sent capità Francisco de Paula Cabanes, l'autor no esmentarà el tema. Però no vull deixar d'anotar el que diu l'any 1914 al respecte «... porque los moros se empeñaron en que debía ir una pareja de zuavos delante del guión y en el sitio de representación, de donde resultó lo que el año anterior, fueron los moros por lana y también salieron trasquilados.» 1 . Segurament vol dir literat. 

L'any 1917, segurament després d'un any eufòric per a les festes a causa del  centenari, i  malgrat les vagues i  la I Guerra mundial, la comparsa augmentarà  considerablement. A més gent més opinions i d'ací la disgregació «... como resultó en este año a nuestra comparsa». En acabar l'any setze, la corporació havia arribat als 56  membres, però: «Por cuestiones sociales mescuidas en esta corporación hubo varias opiniones si debíamos admitir en lista a algunos individuos o no admitirlos, cosa que se discutió acaloradamente, pero no pasó a las obras, pero durante el año aquello era una espina clavada en la opinión de algunos hasta que se enconó. Llegamos pues en esta situación hasta la junta que se celebra por  Todos [los] Santos en la que se discutió este asunto por segunda vez, dando por resultado darse de baja 12 individuos que no quisieron amoldarse a la generalidad, no teniendo en cuenta que tenemos  un reglamento que entre varios artículos hay  uno que dice: Ningún individuo tendrá derecho a ofender a otro en sus ideas políticas, sociales o religiosas, aquí no hay mas que zuavos».  

Els anys que queden fins al 22 els trobem plens d'anècdotes, de borratxeres i  destrosses ocasionades pels propis components dins dels masets respectius i acaba el  llibre de memòries amb les següents paraules: «Por  tener  que lamentar algunos incidentes  desagradables en la comparsa por parte de algunos individuos, que tanto en ésta como en otras se propusieron a que [no]2  se celebraran las fiestas, hubo que reformar el reglamento.» Aquest últim  fragment, obscur en la redacció per a aquelles persones que no hem viscut l'època,  se'ns fa difícil d'interpretar. L'autor arriba a escriure l'encapçalament de l'any 1923 i el  nom del  capità per a eixe  any, però no hi  posarà res més. Em fa la impressió que  aquest fragment de l'any vint­i­dos, o tot l'any, fou escrit quan el poble començava a  viure un dels anys més negres de la seua història social. Durant el mes d'abril de l'any  1922 començà una vaga en  una de les fàbriques més grans de Bocairent, la vaga  coneguda com la de Beneyto o dels esquirols, durarà fins al juliol de 1923, cosa que  hem pogut comprovar en la premsa d'aquells anys, i sobre la qual estem preparant un  treball més extens 3 . Però les festes perillaren aquell any, com també recull la premsa:  «Después de muchas dudas y cabildeos motivados por las circunstancias deplorables  por que atraviesa la villa desde hace cerca de un año, el buen sentido se ha impuesto y  han acordado celebrar las fiestas de moros y cristianos, que desde tiempo inmemorial  se verifican todos los años en honor del  patrón San Blas, obispo, con arreglo al  siguiente programa:...» Continua l'article amb l'especificació detallada del programa de 2 . Si no afegim el no, no s'entén el problema, especialment per a un fester de la talla del tio Julià. 3 . El 30 de maig del mateix any es convocà una vaga general que afectà als prop de 600 treballadors del tèxtil de Bocairent, el problema arribà a les Corts espanyoles el 10 de juliol per  boca del Sr. García Guijarro, diputat per  València que demanà al ministre del treball Sr. Chapaprieta que solucionara el problema. 4 festes i acaba enumerant les comparses que intervindran i «Lástima que se suprima  este año la filada de moros marinos. El corresponsal» (Diario de Valencia del 24 de  gener de 1923, p.4). O siga que l'autor del llibre, Julián Castelló, com a representant  que era estos darrers anys prendria part activa en la decisió de dur endavant, o no, les  festes. I això podria haver motivat en la comparsa, i en la junta de representants, moltes  discussions en les quals es manifestarien les diferents ideologies polítiques fins ara  dissimulades, per això hagueren de reformar el reglament.  

Més amunt esmentava la meua sorpresa en llegir estes memòries, perquè no  m'esperava tantes referències socials a la vida del poble i els seus habitants. l'any 1905  ja afirma: «... porque aquí hay mucho que decir y mucho más que escuchar, y si no  oído...» i  continua: «En la época a que me refiero estaba el  pueblo alterado por un  horroroso crimen que pocos días antes de la fiesta se había perpetrado en la persona  de un pobre viejo que habitaba en la calle de Obispo Miró (antes Ravalet), perpetrado  por dos jóvenes que por desgracia los dos eran casados e hijos del  pueblo, y a  consecuencia de este crimen el  pueblo estaba todavía consternado por aquel  lamentable suceso digno de lástima. Pero no obstante de esto, siguió su curso normal  como todos los años sin alteraciones de ningún género.» Este crim ocorregut en  aquella època segurament mantindria en el poble una diversitat d'opinions i un clima no  gens agradable i la comparsa dividida i enfrontada, just a l'hora de començar les festes.  

L'any 1910, l'autor anota poques dades, perquè «... la desgracia del que pudo  recogerlos para estos apuntes le privó de prestar su concurso por duelo riguroso,  faltándole su compañera y privándole con este fatal golpe de todo el humor que todos  los años anteriores disfrutaba, y por lo consiguiente y antes dicho no se pudo apercibir  mas que de algunos detalles pequeños que son los que afectaron a todo, porque a  decir verdad el  año fue fatal.» L'any havia anat fatal, l'empresa dels germans  Doménech havia tancat i molts operaris pertanyien a la filada i «... como después del  paro algunos se fueron colocando fuera de la población tuvimos alguna baja por ausencia y lo mismo sucedió en las demás comparsas, así es que resultó algo ridícula  la fiesta porque muchos de los que pertenecían a las filadas no salieron este año a la  fiesta.»  Tenim ara un altre problema social greu, la falta de treball dels despatxats de la  fàbrica de Doménech i  la consegüent emigració del  poble d'algunes famílies, alguns  festers que no tornarien mai. 

La murga que faran els suavos l'any 1911 tampoc no estarà falta de referències  socials, Fora penes! serà el títol i les referències a la festa dels pobres són constants,  perquè «Así fem la festa els pobres / y después som criticats / perquè els que tenen un  duro / ixos tots s'[h]an retirat / pués aixina mos [h]eu diuen / nosatros també o veem / de  que solament els pobres / fem la festa en Bocairén[t].» Les crítiques als que més poden  són dures, però tampoc no s'escapen les institucions locals: «En Ben[e]ixama y  Bañeres / en Alcoy y en Ontenient / en eixos pobles, la festa / la paga l'Achuntament.»  Les coses clares, la murga ha estat feta perquè s'han quedat balons i així almenys no  se'n recorden que no tenen diners «Pa×l  consumo y els casinos / y també els  establimen[t]s / para [e]ixos és la festa / qu'és ahon van tots els diné[r]s.»  

Ja hem comentat més amunt que l'any 1917 és un any de vagues, de la guerra  mundial, etc.; doncs bé, este any, com el vint­i­tres, també perillarà la celebració de les  festes, no hi havia massa diners, l'Ajuntament no podia fer­se càrrec dels deutes que  ocasionaren les festes i la junta ajornà la decisió de celebrar­les en base a la recaptació  que es produïra el dia de l'acapte. L'última junta abans de festes, quan ja havien pres la  decisió de no celebrar les festes i  a l'hora d'alçar la sessió «... tomó la palabra el  representante de los mosqueteros, Francisco Beneyto (Gepa) y el de los granaderos  Vicente Cantó (Manduca) y Julián Castelló (Serio), representante de los zuavos y los  tres le dieron empuje al asunto, se animaron los demás representantes y la fiesta de  San Blas fue un hecho. Y todo esto gracias a las energías, táctica y disposición de  Francisco Bernat que tenía el cargo de sargento mayor y fue el que mayor empuje le  dio al asunto.»  

Però malgrat l'aparent divisió que deixaven reflectir els anys anteriors entre les  classes socials, a partir de l'any 18 les referències seran escasses, l'any 1918 l'autor fa  referència a la climatologia, molt bona en aquell any i a més a la «armonía de un pueblo  entre las diferentes clases sociales no se sabe cuanto vale, mientras que las  oposiciones entre estas clases hacen vivir en completa angustia.» A partir d'este any  fins el 1923, l'autor es centrarà més en els aspectes festius, només hi trobarem alguna  referència a la carestia de vida i a la guerra mundial que continuava.  

Les referències a les borratxeres són constants, puc afirmar que el  més alt  percentatge d'anècdotes fa referència al consum alcohòlic i les seues conseqüències  en els festeres, que tots coneixem. Cada any podem dir que n'hi ha com a mínim una 6 que és notable i l'autor no la vol deixar de constatar. Ara, això sí, sempre farà servir  eufemismes per referir­se a aquelles, l'any 1901 «... Gafarrones sin plumas a granel,  como todos los años y que a nosotros, o mejor dicho, a nuestro entender es lo que  constituye la armonía de la fiesta, pero esto fuera de los actos de compromiso y sin  extralimitarse.» Gafarrons, fer meu, dur els peus romos, micos,  turques, carregar el  burro, sarpentons, eixir a gates, mones, peus redons i algun altre eufemisme més, són  els més usats per fer referència a les borratxeres que agafaven els seus companys ­i ell  mateix­ durant les festes. Les begudes que prenen són: el vi i el blanc i negre. Insisitisc,  els exemples al llibre són nombrosíssims i les conseqüències d'aquelles, de vegades  terribles, de vegades gracioses. L'any 1904, valga com a exemple, se'n produeix una  que serà recordada durant alguns anys: «Hallábanse en casa de Fco. Cabanes  bebiendo los individuos: Tomás Galiana, Olegario Doménech, José Mª Vañó, Miguel  Calatayud, Leandro Cardós y otros, pero resultó que se ponía la casa al  caliente y  había que salir a tomar el fresco, como en efecto a la calle salieron, y por no ensuciar los vasos echaron mano de la vasija donde suelen beber los burros y a la débil luz de  un viejo candil allí se amorraron todos. Y al compás de la bonita habanera El torero  banderillero apuraron las vasijas habidas y por haber, de donde procede la historia Cova de Garró y finalizó el acto en casa de Cascarró, de donde salieron a las 6 de la  mañana para quitarse el traje y marcharse al trabajo con la ropa de mecánico.» Tres  anys més tard encara reproduïen els suavos aquella anècdota, o similars, que no feien  altra cosa mes que divertir el poble.  

En canvi, tot això no passava quan l'autor escriu les memòries. Quasi podem assegurar que no les redactà cada any, sinó que ell anava prenent notes i un any, que  molt bé podria ser el  1914, comença a fer­ho una vegada finalitzat l'any. Ho afirme  perquè el 1913 acaba dient: «... haremos pronto final para continuar explicando lo que  nos queda a decir de los capitanes restantes y de las hazañas de algunos amigos que  aún a pesar suyo hemos de descubrir sin que lo tomen a mal, pues eso si que sería  ponerse fuera de su lugar.» Fórmula de comiat diferent de les anteriors. L'any anterior també s'excusa que la memòria no l'ajuda a donar més detalls i  l'any 1911 sobre  l'assumpte de la famosa parelleta diu: «... pero no concluyó el asunto en este año pues  todavía volvieron a recalcarlo en los dos años siguientes a éste.» O siga, que l'any  1911 ja sabia que passaria dos anys més tard o millor ho escrivia dos o tres anys més  tard, cosa que demostra l'anterior afirmació. L'any 1908 hi ha una referència al 1911,  any en què es deixaria de fer el piquete d'honor durant la missa en el Santo Cristo i que 7 havia començat l'any uit, però els granaders que volien alternar amb els suavos no  pogueren fer­lo l'any onze. Una altra referència que constata que el  manuscrit que  tenim a les mans és una còpia d'unes notes que duria l'autor i  que més endavant  redactà, és una que apareix l'any 1907 quan diu: «Por estos tiempos ofrecía la fiesta  más diversiones nocturnas que en los actuales  tiempos, porque dicho está que no  había funciones de teatros y esto hacía que la fiesta durase hasta bien avanzada la  noche en la que los festeros se divertían unos más y otros menos y divertían al pueblo  pudiendo de este modo reproducir la Coveta de Garró tan famosa en esta comparsa y  muchas otras, diversión que traía consigo las fiestas al  finalizar el  día, cosa que en  estos tiempos presentes no se puede disfrutar porque el teatro lo acaba todo antes de  tiempo.» És a dir, que com déiem abans quan l'autor escriu estes memòries no es  produïen escenes com la de la Cova de Garró.  

L'enyorança dels temps passats i el fet que quan ell escriu hi haja teatre també  em van cridar l'atenció, a més el teatre acabava amb la festa. Nosaltres podríem dir el  mateix hui en dia: el cinema (fa uns anys), la discoteca i altres diversions acaben amb  la festa popular de carrer, aquella que oferien els autèntics protagonistes, els festers.  

Aquells festers del primer quart de segle, oferien serenates i murgues al públic, i  de bades. Ells assajaven tot l'any en el maset «... pero en particular los domingos y días  de fiestas, allí, al compás de la bien templada guitarra se cantaban por habaneras y  serenatas más inspirados que los versos de un poeta.» En arribar les festes feien totes  les endreces que se'ls ocorria i al final de la nit acudien a un lloc determinat i «... allí se  tomó la noche sentados en el  duro suelo porque a nadie le permitían las piernas el  estar derecho, se cantó la serenata de la murga y con la música se fue el personal de la  serenata a casa el Sr. Iborra y allí se concluyó la fiesta...» Serenates com la que durien  a terme l'any 1907 que l'autor no vol passar per alt i «que tuvo lugar en el Café de  España en que Rafael Vilaplana echó el resto con su guitarra acompañándole Pere el  Correu, Marcelino Alcaraz, Julián Castelló y Leandro Cardós, que con muy  acompasada orquesta tuvimos que dar gracias a la gran multitud de forasteros que se  apiñaban por oirnos,...» Quan ja hi havia funció de teatre, els festers acostumats a fer actuacions pel carrer s'infiltraven en la funció, com la de l'any 1915 que «este año llevó  a cabo una compañía valenciana, pues en ella debutó una de las noches el individuo  Leandro Cardós, acompañado de Eduardo Espí Moltó, el  que en unión de su  compañero se llevaron los aplausos del  público en general, de modo que podemos 8 decir que en nuestra compañía existen artistas de todas clases que pueden competir  con lo mejor que haya en Europa».  

La murga de l'any onze, a què abans hem fet referència, s'emportà moltes  crítiques i quasi com pogué dur­se endavant, «no obstante de esto, salió a la calle y fue  cantada a pesar de algunos que no llegaron a tiempo para impedirlo,...» recordem que  criticava els adinerats del poble, l'ajuntament de l'època, els casinos i els establiments,  cosa que no agradaria gens.  

No pararíem si volguérem anotar ara totes les anècdotes que apunta el llibre,  però m'he proposat difondre algunes idees sobre la vida d'aquells festers i del poble  que han quedat anotades gràcies al tio Julià.  

Continuarem, doncs, amb la climatologia i  així l'any 1907 va caure una forta  nevada l'últim dia per la vesprada «... con lo que tuvo que concluir la fiesta antes de  tiempo, es decir suprimiendo las serenatas del  día último. Pero no pasó así, porque  habitando nuestro capitán como habitaba en la calle Tras la Villa que está por completo  falta de policia y por consiguiente el  piso bastante desigual, hubo quien empezó la  carrera del horno de San Gayetano y paró en el Tin[t], sin poder hacer el saludo al Sr.  capitán, pues tanta era la velocidad que llevaba, que envuelto entre la nieve no se  observaba más que una bola blanca rodando cuesta abajo.» Apunta l'any 1911 que  «Grandes nubarrones cubrían el espacio en las vísperas de la fiesta y fue poco a poco  tomando proporciones el temporal que a consecuencia de este mal tiempo se alargó la  fiesta un día, es decir que el día 3 salió un día hermoso y limpiaron las calles de la  población para dar principio a las fiestas.» La festa es va allargar un dia, l'entrada es va  fer el dia tres «... aunque con un frío intenso capaz de helar las campanas de la torre,  pero cuando se prepara la máquina con el vapor que buenamente se cree, el frío no  penetra en el interior de nuestro cuerpo porque es empujado hacia fuera por una fuerza  más potente...» L'any 1919 «la diana muy desarreglada por la copiosa lluvia que en  estas horas caía.» En canvi l'any següent, les festes, segons l'autor, foren brillants: per l'animació de festers i perquè el temps fou esplèndid «... que hasta se puede decir que  la junta no se explicaba como en el  medio del riguroso invierno y una estación tan  cruda pudiera hacer tan buena temperatura, sin embargo era verdad.»  

Sóc conscient que em deixe moltes coses interessants, però és que no volia fer massa llargues estes impressions sobre el llibre del tio Julià, són unes memòries sense  cap intencionalitat literària, uns apunts redactats per una persona no massa experta, 9 però que d'altra banda acomplixen un paper molt interessant. La seua filada, la  comparsa dels suavos n'ix molt ben tractada, el piquete del dia de Sant Blai és un acte  que rep els millors qualificatius de l'autor, però no es deixa tampoc de fer constar les  sopades (que per cert n'eren moltes), les eixides o fueres als masos (pinyates deien  ells), la paella o caldero de la nit de les caixes, el del dia de l'aixabegó, els ballets amb  banderes que va fer la comparsa uns anys, les carrosses de xiques el dia de l'entrada,  la paella del dia de la publicació, la retreta, la processó del dia de Sant Blai i el piquete que abandonava el sant en la plaça, el piquete del Santo Cristo, la tradició de beure's el  vi  de la missa del  dia de moros i cristians, les festes a Sant Gaietà, els farols de la  retreta, el farol del Cacauero, la loteria que feia la comparsa en el Café de España, les  fotografies que es feien alguns anys, les cordaes, i  un llarg etcétera de dades  interessants sobre les festes.  

A més, també podem conéixer les pertenències de la comparsa en aquella  época, els canvis i  benediccions de banderins i  bandes de capità, que el  1903  s'inaugura la filada d'espanyoletos, l'adquisició del guió pel patrici Gabriel Aynat 4 , que  el  mateix any s'estrenava el  pas­doble El Zuavo, etc. Però no vull  de cap manera  passar per alt dos anys el 1916 (centenari del martiri del patró) i el 1922 (estrena del  nou castell).  

El primer, l'any setze, la paella de la publicació es va fer amb peix fresc «... y con  esta clase de pescado resultó grandemente agradable.», els suavos tragueren a  l'entrada una carrossa amb cinc xiques, esta «... fue confeccionada por varios zuavos  en la carpintería de Eusebio Puerto, lo que resultó brillante en estremo, pues se hizo un  derroche en toda clase de adornos artísticos, de modo que en el acto de la entrada fue  lo que más llamó la atención del público y luego nos acompañaron a las vísperas con  su uniforme puesto y a la retreta con su correspondiente farol.» En l'església havien  canviat el paviment i havien fet reparacions en la sagristia, però a més havien fet unes 4 . Sobre aquesta adquisició, el 19 d'agost de l'any 1923, aparegué un article signat per un tal Jonak (José Navarro  Cabanes) al Diario de Valencia, el qual explicava que Gabriel Aynat va encarregar a Sorolla (qui residia a Madrid)  el quadre sobre Sant Blai perquè les pregàries al sant havien fet desaparèixer la diftèria que s'emportà moltes vides de xiquets i majors bocairentins aquell any. El pintor no volia pintar el sant amb la indumentària moderna, perquè el sant és del segle III, però el senyor Aynat que no volia desfer l'anacronisme s'empenyà en què el pintara igual com el de la imatge de talla del poble i Sorolla ho va fer constar darrere. Quan ja l'havia acabat li enviaren les mides ovalades que actualment coneixem, i com que la firma anava en un angle i no es veia, Sorolla l'esborrà per canviar­la de lloc, però no ho va fer. A primers de novembre el quadre fou enviat a Bocairent, el senyor Aynat en obrir el paquet observà que el quadre no anava signat, aquella mateixa vesprada partí cap a Madrid, el quadre fou signat i Sorolla convidat a les festes de 1903. 10 andes noves per a la imatge de Sant Blai, aquell any s'estrenà l'himne que fou cantat  per primera vegada en la plaça quan arribà la imatge: «Brillante por demás resultó el  acto y el entusiasmo de la muchedumbre subió de punto a penas apareció en la plaza  el  patrón con sus artísticas andas, seguro estoy que fue un acontecimiento que  quedará grabado en cada uno de los que tuvieron la dicha de asistir a este acto  religioso. Y el  entusiasmo subió de punto al  llegar a la parroquia que se repitió el  himno. Esto que queda dicho en cuanto a la parte religiosa, pues en cuanto a la fiesta  popular no quiero decir, mas que muchos forasteros no dejaron de aplaudir tan  solemnes fiestas.»  

L'any 1919 el ja conegut Paula Cabanes agafà una bona borratxera i volia botarli foc al castell «... sin pensar que le hubieran tratado de incendiario, pero un arranque  en estos casos cualquiera lo tiene y, ¡ojalá lo hubiera realizado! pero nada, no pasó la  cosa a la realidad.» És a dir, que el castell ja no comptava amb l'aprovació dels festers,  dos anys més tard els suavos deixen un dipòsit de 100 pessetes perquè era un desig  per part de tots, «... de los mayores contribuyentes, como por la clase proletaria que se  iniciase la renovación del castillo, creo según informes será un hecho que al venidero  año sea una realidad lo que por tanto tiempo ha parecido un sueño.» I per fi l'any vint­i­  dos arriba el somni, la confecció del castell nou «... que sin duda es la obra más grande  que los hijos de Bocairente han realizado en pro de la fiesta que a su patrón S. Blas  dedican.» El  castell  fou inaugurat a les deu del  matí en un acte que resultaria molt  emotiu, al temps que onejaven les banderes de les comparses dalt del castell s'hissava  la bandera en l'ajuntament i  les nou músiques feien sonar la marxa reial, l'autor es  degué emocionar perquè arriba a exclamar: «¡Que bello es ver a un pueblo congregado  pensando como un solo hombre en una misma cosa!».  

El tio Julià apunta al pròleg el nom de cin dels fundadors de la comparsa l'any  1867, i els sacrificis i les dificultats que passaren per tirar endavant aquella filada que a  principis de segle es trobava en un estat prou deplorable, però tot seguit diu: «Pero no  vengo yo a hacer memoria de lo que no conozco, solo he querido reverdecer a los que  con tanto entusiasmo se afanaron por fundar la comparsa que hoy podemos llamarla  con razón la reina de la fiesta.»  

Doncs això, no vaig a fer jo memòria del que no conec, només vull anotar les  impressions que m'ha donat la lectura de tan agradables memòries. Gràcies tio Julià!  


Vicent Satorres i Calabuig Ciutat de València 17 de setembre de 1992
Fuente: Filà Terç de Suavos.
62.870

TERCIO DE ZUAVOS. PFB 1985.

Diana de San Blas, 3 de febrero de 1985. Escuadra oficial. Cabo: Valentín Molina Domenech.
Foto: Filà Terç de Suavos de Bocairent
Publicado en el programa de fiestas de moros y cristianos de Bocairent en 1985.

Plaza de San Blas, nº 3.

Hasta la ubicación del hogar de esta filà parece que esté marcado con un total y  activo aspecto cara a nuestro Santo Patrón. No es suficiente con que la letra y música de  su Himno hayan nacido también en el corazón de dos sentidos componentes de la misma.  Aquí, en este local, mitad perteneciente al pasado y mitad a esta época moderna, pero  muy hecho al lugar, continua la vida del Tercio de Zuavos, tal como aparece en su pared  frontera y sobre un arco de piedra, resto, como el signo de firmeza en el tiempo.

Abrimos la conversación entre mayores y jóvenes para ir indagando las  interioridades que hacen posible esta constante ilusión que es la Fiesta.

¿Podemos conocer el principio de esta filà? 

­Todos los historiadores de la Fiesta, mejormente diríamos cronistas, coinciden en una  fecha aproximada. El año 1867 por unos hombres que superando las dificultades de aquel  entonces, dieron forma a la idea de lo que parece ser fue un grupo de amigos: Manuel  Beneyto, Felipe Cabanes, Francisco Puerto, Bautista Ferre, José Cabanes y José Vañó.

Marcaron una era que había de ser más tarde el suplemento de todos los sacrificios  que aquellos festeros habían hecho para fundarla.

En un principio tomó la denominación de «Zuavos del Papa».

¿Era exacta la primitiva idea de que se hizo como acto de devoción?

­Más bien parece ser que cuando O'Donnell  escala el  poder en 1865 convierte a los  católicos en enemigos del Papa al reconocer a Víctor Manuel  y para contrarrestar esta  ofensa a Pío IX, entre otras cosas más importantes, se funda la filà.

¿Como se manifiesta? 

­En los voluntarios españoles que fueron a defender la legitimidad del poder temporal del  pasado. Su número se calcula que fue de unos ocho mil y a su frente se encontraba el  General Don Fernando Fernández de Córdoba.

¿Como acabó todo aquello? 

­Tras la derrota de la «Posta Pía de Roma», 1870, regresan a España y se ponen al  servicio de una de las corrientes políticas de ese momento; el  carlismo. En favor del  Infante Alfonso Carlos, defendiendo a D. Carlos VII frente a la primera República  Española.

¿Qué relación tiene todo esto con nuestra Villa? 

­En Bocairent había un destacado personaje de la época, Don José Esplugues Fernández  de la Mesa, más conocido como Barón de Zafra, que hasta 1868 vivió en esta Villa, para  pasar, a partir de entonces a residir en Onteniente. A él, y a ese grupo de amigos suyos  que hemos citado al principio, se debe el comienzo de lo que ahora somos. Sus ideas eran  carlistas y algo de eso se nota con los detalles marciales del traje; las cruces y la boina con  borla lateral que bien parecen tomados de un cuadro de la época.

¿Hay alguna referencia histórica o dato sobre este elemento tan importante y  diferenciador? 

­En un  principio debemos considerarlo como imitación del  uniforme creado por los  franceses para una tribu africana que les ayudó en la conquista de Argelia «los Zouaoua».  Conjuntamente con España lo adoptaron otras naciones y hoy figura como pieza histórica  en el Museo de la Armada Pontificia del Castillo de Sant Angelo de Roma.

¿Su composición? 

­Consta de bombacho, chaleco, chaquetilla, un jersey, hoy es un jersey completo, antes  era una especie de pecherín con abrochado lateral, pero se ha hecho así para combatir  mejor el frío de la época. Faja y boina blanca con borla roja. El Capitán y el Alférez se  diferencian por la boina de color rojo y la borla dorada. Sus colores son de color vino  burdeos para el bombacho y azul para chaleco y chaquetilla con unas cruces en el pecho y  espalda rematadas con galón dorado. Completa lo anterior una manta de blanco con una  cenefa azul a los laterales con cuatro borlas azules y blancas y una polainas negras sobre  el  calzado de igual  color abotonadas en blanco por la parte exterior. Hoy han sido  sustituidas por unas botas de caña alta y falsa abotonadura.

¿Y las mujeres? 

­Difiere poco del uniforme masculino. Sus diferencias son realmente la falda, siempre más  airosa y gentil para las damas que unos bombachos y la boina es de color rojo con borla  blanca. Todo ello con unos guantes blancos llegan a componer las airosas figuras  marciales que lucen bien en cualquier momento de la fiesta. En especial la «Entrada» y el  «Piquete».

¿Hay algo singular que diferencie a ésta en el actuar de las otras «filaes»? ¿Qué es? ­

Primero su sello particular, su modo de ser propio y sobre  todo el «Piquete».

El día de San Blas, cuando todos descansan satisfechos de buenos alimentos, en  esa tarde propia del patronazgo, la música del «zuavo» se deja oír por todas las calles. A su compás un centenar largo de componentes de la filà, las chicas delante y los hombres detrás, marcan el son del pasodoble con un bello tremolar de banderolas en ristre con las  que juega el viento. Es un acto único.

Más tarde, cuando la procesión silencia las calles y solo se oyen los «vítols», «el Piquete»  continua su marcha como protector del Santo y tras él. Y cuando la emoción de la entrada  de San Blas en la plaza hace romper lágrimas en los ojos, son los Zuavos en hileras que  parten del  «Piquete» los que hacen camino al Santo para que pueda aparecer entre la  muchedumbre que llena totalmente la plaza.

Importante es la historia pero tan importante es el hogar donde se vive, ya que es  un punto de continuación entre los que se van y los que siguen. El maset es la misma  historia pero en piedra hablante.

¿Han estado siempre ubicados en el mismo lugar? 

­No. Donde nos encontramos ahora «volvió a nacer» la tarde noche del 16 de Enero de  1982. Una lluvias torrenciales habían derrumbado, el anterior año, la parte exterior. Las  fiestas del 81 las pasamos los componentes en el Mercado Municipal y los músicos en las  Escuelas Nuevas, gracias a esa entrañable colaboración que hay en esas fechas, y poco a  poco, se levantó la fabrica de esta nueva obra donde se ha procurado conservar lo típico  de su sabor. La cocina en la roca cosa muy típica del Barrio Medieval, y luego, adaptando  al lugar, este salón exterior de belleza y amplitud apto para el desfile tras las cenas.

Su decoración, sobria pero justa, lo hacen hermoso y adecuado para los 154  zuavos que somos actualmente, más todos los familiares que suelen reunirse en  determinados momentos de las Fiestas.
Su detalle central, era lámpara, forjada en metal  y decorada con cerámicas, hermosas  cerámicas, de la gran artista turolense Teresa Jassa, «Zuava de honor», que simbolizan al  Santo Patrón, el escudo de la Villa, Asociación de Fiestas y de todas las «filaes».  Luego el mobiliario estilo casi castellano y ese grato y serio medio ambiental del resto. Allí  están los cuadros con los nombres de los componentes, las fotografías de los capitanes  habidos, detalle de Antonio Vañó soler, y ... una vida por delante.

Antes... cuando todo era distinto, otros puntos del  pueblo supieron de la ansiedad  contenida cara a la fecha de febrero.

¿Se sabe cuales fueron estos? 

­Sí. Gracias a los apuntes de Julián Castelló «El Serio» , de quien hablaremos más tarde,  sabemos que el primer«maset» del que tenemos idea se encontraba situado en el «carrer Repunxó». Vivienda de Vicente Cantó y alquilada a la filà de la que él también formaba  parte. Era el año 1904.

Todo el año, en especial los domingos, era una guitarra bien templada la que daba  pie a habaneras y serenatas.

Y la «lotería», hoy llamada «bingo», fue un medio de distracción y al mismo tiempo, forma  de lograr recursos para mantener el gasto de la Fiesta. Se alquiló al «café España». Y cuentan las crónicas que al  hacer el  reparto el  «día de cuentas» de los beneficios  obtenidos, tocaron a siete pesetas, los que habían trabajado en la lotería y a 2'50 los que  no.

Se habían adquirido además... dos calderos, una mesa de pino, los delantales de  gastadores y algunos bancos.

Allí se bailaba, se cantaba e incluso se representaba «D. Juan Tenorio»...

En este local estuvimos hasta el año 1907, en el que se cambió a otro situado en la  misma calle.

Bromas pesadas no faltaban y algunas veces eran leños encendidos y aliagas, las  que hacían saltar a los que se divertían. Luego estos excesos traían discusiones a la hora  de contar y decir.. «por más cuentas», hoy «por más leña».

En el 1909 se pasó a San Roque «la perdigua».

En 1912 nos recibe la «casa del pati» hoy lugar conocido como trastero de la Casa  Abadía recayente a la calle Baile.

En 1915 se pasa al Viejo Cuartel de la Guardia Civil, de la calle Baile, también.

En 1919 se adquiere un nuevo local en la calle Tras la Villa «San Gayetano» ( San  Cayetano ) horno del mismo nombre y que fue célebre por sus cenas. Se cuenta que en un  año hubo 27 cenas desde el día de Reyes hasta la víspera de las fiestas.

Llega la Guerra Civil y en el año 1940 tenemos «maset» en la calle Obispo Miró, en  lo que hoy se conoce como carnicería de «Colau», este año llovió muchisimo y fue  Capitán Nicolás Beneyto que es quien con quien se inicia la historia fotográfica de nuestro  «Cuadro de Capitanes».

En el año 1941 no encontramos en el «Racó Cápito», de aquí salieron muchas de  las «anécdotas» que han hecho historia

En 1946 pasamos al  principio del Barrio de la Virgen de los Desamparados y...  1964 nos acoge en este lugar en que ahora nos encontramos, tan típico, céntrico y  disimulado.

¿Comidas que se pueden citar como típicas? 

­Como todas las «filaes» hay un verdadero recetario. Pero destacan, por su propio de  fechas frías: L'olla de «penques», arroz, «cansalá» y patatas.

La paella de arroz y habichuelas recubierta de boquerones.

Y sobre todo el arroz al horno con pata de cerdo, típico del día de L'Aixabegó.

Ténganse presente que para el  elevado número de componentes, 154 según  hemos contado antes, hacen falta comidas de donde salgan muchos platos.

¿Hay algún dato curioso para entrar a formar parte de esta filà? 

­Uno muy sencillo. Debe tener un componente que se responsabilice por el solicitante y  que avale al mismo.

Y otro dato muy significativo es que no hay socios «medios». Todos son «enteros».  Los hijos de los festeros zuavos participan plenamente en la fiesta sin pagar, hasta cumplir  la mayoría de edad.

¿Solicitudes para ser capitán? 

­Están cubiertas hasta el año 2.014.

¿Quienes fueron los capitanes más relevantes? 

­Todos. No podemos diferenciar a ninguno ya que todos, más altos ó más bajos, de buena  ó mala época, todos tenían dentro el orgullo de la fiesta y el hacerlo lo mejor posible. Más,  no debemos olvidar a Francisco de Paula Cabanes y Ramón Silvestre que cada uno de  ellos fue varios años capitán.

¿Fechas más señaladas para los Zuavos? 

­De atrás adelante:

La inauguración del nuevo maset, 16 de Enero de 1982. La del centenario de la  fundación de la filà. Año 1967. La inauguración del  primer maset con instalaciones y  servicios para el  mantenimiento y alojamiento de la música, en el  mismo lugar de este  nuevo, siendo a partir de entonces cuando cada año va en aumento el  número de  componentes.

El Piquete de Alcoy, con motivo de la bendición de la imagen de San Blas en la  iglesia de San Mauro, 29 de Abril de 1956.

¿Algún detalle muy esencial? 

­Sí. Dentro del maset está prohibido el hablar de política. Aquí todos son zuavos. Ni más ni  menos. La fiesta es lo que importa.

¿Entre tanta gente habrán ocurrido, una tras otra, grandes anécdotas?

­Sí tantas como gentes nos componen. Pero a tiempos distintos circunstancias distintas.  Procuraremos recoger las «contables» y las más graciosas de su tiempo.

De épocas pasadas podemos citar las del «robo del puchero» del día de San Blas.  Corresponde a Francisco de Paula Cabanes. Este mandó gente a su casa a por un  paquete de puros. Antes había aleccionado al grupo y mientras unos esperaban a que la  hermana del antes citado buscara los puros y se los entregara, otros «visitaban» la cocina y se llevaban la «joya» del día para apuro de la hermana, ama de casa y con invitados.  Habrá que suponer como corrió ella al maset al comprobar lo sucedido.

Otra, que corresponde al  mismo individuo, tal  como diría Julián «el Serio», tuvo  lugar el día de San Blas mientras el Piquete espera la salida de la Procesión. Transcurrió  en la casa de Leandro Santonja «Reverte» en el  Tou de Sant Pere, comiendo las ya  acostumbradas olivas, zanahorias y buen vino, Francisco de Paula, se subió a una mesa  pequeña e inició el discurso.

 «... Hijas de Jerusalén  sembrad
ajos y cebollas
que aunque venga un apedregón
siempre quedan las casporras.»

Imaginad el  jaleo que se armó y su caída cuando entre los contertulios estaba  Gonzalo Castelló «Casporra», zuavo de pura cepa, a quien iba dirigido el  solemne  discurso.

Y siguiendo la racha, pero posterior en años, Luis Juan «Zamora» estaba un año  sin traje y Francisco de Paula se lo prestó. Luis como siempre ha sido un festero de pro, se  puso bajo las «salidas» en la «cordà» gritando: «son de segó. Son de segó». Y cual sería  su sorpresa cuando nota que lo cogen por la espalda y le mantienen quieto bajo el fuego  de los cohetes que le caían encima. Gritaba entonces :
­El traje no es mío, no es mío ...!

Y el que le sujetaba, que era su dueño sin advertirlo el otro le contestaba:

­¡No te preocupes, este traje no se quema...!

Y una de ingenio.

El  Piquete estaba preparado para salir e Hilario Asensio «Chabou» no tenía  banderola. Ideando, ideando, fueron a casa de Vicente Santonja «Reverte». Esta estaba  cerrada, pues su madre había salido. Vicente entró por la ventana, les abrió y se colaron  dentro. Al rato Hilario competía con las mejores modistillas madrileñas a la máquina de  coser y pronto salían todos otra vez a la calle con el objetivo logrado. Imaginamos la cara  de la dueña al  volver a su casa y ver el  desaguisado allí existente. Aunque las más  famosas y que participó todo el mundo festero fueron:

«El trasplante del corazón. (O la muerte del cerdo).

Transcurría el año 1964. Reunidos en el maset se enteraron un grupo que hay un  cerdo en venta. Se hace colecta entre todos y se adquiere.

El día de San Blas, a las 11 de la noche acabados todos los actos, se procedió a  «juzgar» al interfecto en la escalinata del casino.

Allí había, micrófonos, cables, jueces y defensores e incluso «TV» rodando. A las  acusaciones y defensas se pasaba a preguntar al  cerdo y este,«a micrófono abierto»  contestaba con un oportuno gruñido al tirarle la oreja.

No hubo solución. El jurado determinó que:

«Se le condena a morir por cerdo, cochino y marrano». Diósele muerte el día de Moros y  Cristianos y Eduardo Juan hizo la oportuna «olla». Dos jamones y dos paletillas pasaron,  frías gracias a Dios a las Agustinas y Residencia.

Pero... al día siguiente en el Santo Cristo habían muchos que «corrían deprisa» por entre los pinos con la faja en la mano por haber comido de la «olla» hecha con la carne del  cerdo sin enfriar.

Y la «Fuga del Tenor».

Siguiendo la costumbre de cada año, llegó una compañía lírica. Era el año 1941.  Con la coincidencia de ser el tenor natural de Agres y familiar de uno de los zuavos.  Le metieron tanto miedo con el frío que optó por marcharse sin avisar.

Como le habían visto con el  grupo de zuavos el  día anterior, a la hora de la  representación, hasta el  Alcalde fue a buscarlos por si  ellos sabían donde estaba. No  transcendió nada a la calle y el grupo de marras intentó averiguarlo llamando a la puerta  del escenario con la frase al portero de:

«Paredes que soy yo». Entraron y salieron... de golpe e igual  le pasó a Hilario  «Chabou» que iba con el perchero del casino, porque según el, cuando iba al teatro en  Madrid también se lo llevaba para la manta y el abrigo. No quedaban entradas. La obra la  interpretó el  segundo tenor y fue un desastre. Al  día siguiente, comunicado a Blay «el  pintor», que nada sabía, decidieron una de las suyas. Pintó al grupo caracterizándolos y al  frente iba un cartel con esta frase:

«Mañana gran función. La fuga del tenor». A beneficio de los «primos» de anoche.  Obra que sustituye a la «Bella Galatea».

Casualidad que los artistas estaban comprando en la carnicería existente entonces frente  a lo que hoy es pastelería y que regentaba la madre de Manolo «el carnisser». Allí fue  troya.

Pero como  habían salido tras la embajada, con aquellas caras pintadas, en la camino  hacia la plaza se encontraron con el  médico, el  recordado D. Francisco Liceras, éste.  siguiendo la broma no tuvo más «remedio» para recomponer sus pálidas caras que  «recetarles» ir a la farmacia con «aquello» que ponía la nota. Naturalmente se curaron de  forma instantánea. Una copa más, como les dio el boticario, resucita a los muertos.

Así ha sido siempre fiesta y humor con buena idea y sin malicia.

Aunque tristes también las ha habido como en el año 1939 al acabar la guerra civil.  Cuando en el mes de Junio se hizo la manifestación de la fiesta, se dieron cuenta  de que habían desaparecido casi  todos los trajes, por la pobreza de unos tiempos y el  rumor de que no habría nunca más fiestas.

Tres zuavos solo salieron. Vicente Beneyto, Ambros y Colau.  Cuando la música dio paso al «vítol» las lágrimas estaban en los ojos de todos.

Mejor que perduren las otras y no estas.

¿Como en todas las «filaes». En tanto tiempo y con tanta gente. Qué nombres concretos  han llevado la batuta de la fama dentro de la vida de los Zuavos? 

­Consideramos que debemos dividirlos en dos conceptos:

Aquellos que viven y hacen vivir las Fiestas cada día.

Los artistas propiamente dichos que ven y sienten lo que los demás no perciben por estar sumidos interpretando su papel de protagonistas en los hechos.

¿Empezamos por estos últimos?

­Pensamos que Julián Castelló «el Serio» , ocupa el primer lugar.

Nacido el 8 de Enero de 1876. Su padre Vicente Castelló, su madre Josefa Silvestre.

Alumno aventajado en la Enseñanza Primaria de aquellos tiempos. Un ir y venir al  «Barranc de la Fos», en su trabajo de adolescente en Hilaturas Ibañez aún le deja tiempo  para leer y formarse cristianamente forjándose un sello personal  que le acompañará  siempre.

Fue soldado en la Guerra de Cuba. Calamidades muchas y una gran odisea para  volver a España, a donde regresó de un modo casi novelesco.

Su gratitud al Santo Cristo y a San Blas se volvió un voto continuo mientras tuvo  salud y vida. Zuavo de solera, como su hermano Toni «bolincho» y sus cuñados Olegario  «carrasca»y Leandro «reverte», dejó huella en la fiesta. Cabo de la «Escuadra Oficial» en  varias ocasiones no temía ni al agua ni a la nieve. Solía decir a sus escuadristas:

«No hay que sortear los baches, nieve y barro. Hay que ir con marcialidad y  pisando firme como corresponde a los zuavos».

Así lo contaron los hombres mayores de la filà, Gonzalo «casporra» y Francisco  Molina «el tío Quiquet el del barranc».

Autodidacta. Conserje del Patronato. Dio clases a chicos que pronto habían de entrar a  trabajar. No ha legado una obra apunte de valor incalculable «Reseña Histórica». Historia,  como el dice muy bien, de los años de nuestra fiesta desde 1901 al 1922. Con palabra fácil  y muy propio nos habla de los hechos y gentes de la fiesta.

­Por el sabemos en 1901, en que año empezó esta filà a estar en la fiesta.

­Que en el 1902 el número de componentes era de 27.

­En 1903 se toca por primera vez El Zuavo por la banda de música de Adzaneta.

­Que en 1904 es el año de la «quintina», lotería.

­En 1905 tuvo lugar el crimen de Bocairent.

­Que en 1907 es el final de las «quintinas», lotería.

­En 1908 se inicia la guardia en el Santo Cristo. En la Procesión la música va tras el  Piquete. Hay una hermosa poesía con nombres italianos y españoles, Castel­Fidardo  Espoleto, Somorrostro, Lacar. Confirma la opinión que tenemos sobre el origen de la filà.

­Que 1910, Marzo ve el cierre de la fábrica de paños con su triste consecuencia.

­En 1911 se prolongó la fiesta un día por nieve el día de la Entrada. «Amaneció el día 3  con un frío intenso capaz de helar las campanas de la torre».

­Que en 1915 ve el comienzo de la «Retreta». El farolillo del Sargento fue diseñado por Julián y realizado por Sor Alejandra. Costó 11 ptas. Semana Santa ve la reposición de las  «rosegas» túnicas blancas con adornos negros y mitra con cola.

­En 1916 con motivo del  Centenario aparece la mujer en la fiesta, en una carroza. Se  regalan por algunos Srs. del pueblo una andas al Santo Patrón, magnificas. Se puso el  pavimento nuevo a la Iglesia y algunas reparaciones en la Sacristía. Y ... la inauguración  del Himno a San Blas. Música de Luis Coello. Letra de Julián Castelló «el Serio», ambos  Zuavos.

«También a ésta filà le ocupó la suerte de abrigar en ella a un individuo autor del  Himno que se cantó a San Blas con motivo de su centenario de Martirio que se cantó en la  Plaza cuando llegó la imagen del  Santo. Cuyo Himno quedó como propiedad de la  comparsa y quedó su memoria en los archivos de esta Iglesia Parroquial».

­Que en 1917, Luis Coello ofrece a la filà una copia del pasodoble «El Zuavo». Se cambia  el orden de iniciación de la diana del día de San Blas. Se empieza por los barrios viejos y  se acaba en los altos.

­En 1919 nuevo banderín de la filà. Padrinos: Ricardo Juan e Isabel Vidal.

­Que en 1921 regaló D. Joaquin Vañó ( Organista de Biar ) «Mosen Joaquín» una banda  de capitán nueva.

­En 1922 se inauguró el  castillo nuevo. Y hubo quien lo midió, no por la base, sino de  arriba a abajo. «¡Pobre Tomás que bacatazo!». Hay una frase muy hermosa cuando dice el  Autor: Las músicas tocando, las banderas al aire, las campanas en repique y la insignia  gualda y roja subiendo en su mástil entre una ingente muchedumbre. «¡Que bello es ver a  un pueblo congregado pensando como un solo hombre en una misma cosa!». Por cuestiones interiores se reformó el Reglamento.

Festeros como el tío Julián dan esplendor a la fiesta, honor a San Blas y prestigio a  Bocairent.

Murió el 17 de Abril de 1940. Sus restos son hoy como diría el poeta, «polvo enamorado  de su pueblo».

¡Hermoso e íntimo!

¿Otra faceta? 

­Sí. Blas Silvestre Jornet.

Nace en Bocairent el 26 de Junio de 1906 y fallece un 19 de Noviembre de 1982.  Festero y pintor. Años y años portadas de los programas llevaban su firma hasta esa  aportación póstuma del año 1984 mosaico de ellas. Formó parte de la filà desde el año  1924. Sus obras plásticas quedan en el «maset» y de un modo paralelo su vivir la fiesta.  Carrozas, bandas de capitanes. Su rectitud del concepto marcial. A partir de 1940 fue cabo  de escuadra y nadie duda de sus dotes en tal menester. A su alrededor todo era brillo y  color. Capitán en 1946. Desde la Entrada con sus artilugios para chicos y mayores hasta  esos maravillosos apuntes a carbón, hoy rescatados en las paredes del maset, «Les dones  que no son festeres». Dibujo que con aquel  caer de la faja del  festero hacia el  suelo  mientras ella le recrimina, parece estar dando vida a las palabras de Julián Castelló  cuando habla de Eduardo Espí y de Rafael Villaplana que se montaron la «entrada» otra  vez a altas horas de la noche con una guitarra y un arcabuz, acabando el primero con sus  orejas en manos de su mujer que le hizo entrar en casa y el segundo que «llegó» como  pudo. O aquel otro de un minúsculo zuavo montado en los trípodes de una cuba de vino  con aquello de «posa vi, posa vi». Teníamos otro con la «Fuga del  Tenor» pero  desapareció en el traslado del maset.

Ese San Blas sobre tela de saco y su obra final de la proclamación del Patronazgo  del Santo en la misma plazoleta que hoy ocupamos.

Al tener las facetas de festero y artista colaboró artísticamente, triunfando, en las  fiestas de Alcoy y Bañeres. Solo una cosa pudo mejor apagar su sed de festero: La  Medalla de Oro por su servicio en pos de la fiesta otorgada por la Asociación de Fiestas en  honor a San Blas.

En su divagar por las regiones celestes no hay duda que quizás los pinceles del  cielo le permitan el máximo logro con la entrada del Santo en la Plaza. Y una de aquellas  estrellas de la fría noche de Febrero, sean sus ojos captando el detalle. Lanzando con el  Vítol los papeles aleluyas de su amigo Eduardo Juan.

Un gran festero, un gran artista y todo un hombre en el sentir.

¿Músicos? 

­A la par de los anteriores, ocupa lugar de honor Luis Coello Pastor. Una gran familia,  ligado con sus hermanos Fernando y Manuel al sentir de la Filà de Zuavos. Autor de la  música del Himno.

Director de la «Música Nueva» de Bocairent. Fue también Director de la Banda de Música  de Antella. Fue barbero peluquero en su vida particular además de músico. De ahí aquella  exclamación: «¿Como es posible que un barbero haga una música tan estupenda?». Vivía  al lado de la Casa Abadía. Luego por azares de la vida pasó a Valencia.

Anécdota curiosa es que muriendo preguntaba por su madre y esta moría el mismo  día que él.

Es autor además del  Himno en su música, de los pasodobles «Dolores», «El  General Kuroki», «Emilio» y otros. Sus dos hermanos antes citados se sucedieron en la  dirección del Himno al llegar San Blas a la Iglesia.

Vemos que todos fueron gentes de gran personalidad y entrega asuntos íntimos de  la Fiesta. ¿Alguno más?.  ­Pues, Eduardo Juan «Quiquesso». No queremos decir sea menor que los anteriores.

Los arcos del adorno de las calles. Las banderolas y sus farolillos. Y sobre todo los  célebres papelillos aleluyas que al entrar el Santo en la Plaza, caen desde lo alto, como  entrañables pájaros aladas entre el  humo y la pólvora, los «vítols» y los acordes del  Himno. ¿Y sus ollas? ¿Y sus cazuelas?...que recordadas quedan.

También Francisco Calabuig Calatayud. 23 de Mayo 1910 al 10 de Noviembre de  1982. Zuavo desde el año 1926. Capitán en el 1948. Presidente de la Junta de Fiestas  desde 1949 al  1952. A su mandato se debe la configuración actual  del  programa de  fiestas, que pasó de ser un simple folleto a la obra artística que es ahora.

¿Muchos más? 

­Muchos, pues, como en todas las «filaes» hay un artista para cada momento. ¿Veamos nombres de protagonistas directos? ­Primeramente debemos citar a Francisco de Paula Cabanes. Hombre prócer de Bocairent  y con su casa y sus disponibilidades al servicio del más necesitado.

No faltó traje a Zuavo alguno. Ni sus bromas que nunca quedaron sin pagar. Como  aquella de las datileras ó del  torrat. A él  debemos la existencia del  «Piquete» en su  continuación, pues hubo filà que nos tenía inquina y quería fuéramos reducidos a la  célebre «parelleta». Hombre abierto que vivió profundamente toda la fiesta en su totalidad.

¿Otros nombres? 

­Sí. Otros nombre de ayer y de hoy son: Joaquín Petit «Esclafaportals», Miguel  Calatayud, José Mª Vañó «Tiraure»,  Francisco Calabuig «Poblet», Eduardo Espí, Leandro Cardós «Muisent», Francisco Ferre  «Caruso», Francisco «Oliva», Marcelino Alcaraz, José Molina «Artillero», Olegario  Doménech «Carrasca», Joaquín Castelló, Ramón Beneyto, Leandro Santonja «Reverte»,  Tomás Galiana, Bautista Marco, Eusebio Puerto... y tantos otros.

De época más actual, Francisco Molina Calatayud «El Sargento», Higinio Castelló  (padre), Jaime Mayor (padre), José Mª Molina «El  Juez», Ramón Silvestre, Joaquín  Silvestre «Memprés», Francisco Santonja «Francisco el de la Central»...

El actual número «1» Vicente Silvestre Beneyto «El Lletero» como el mismo dice,  Hilario Asensio «Chabou», Francisco Molina «El Chocolatero», José Puerto Cerdá, Juan  Puerto, los dos hermanos Vicente y Manuel Santonja «Revertes», José Mª Doménech,  Cristóbal Pastor... todos los «veteranos» del «Cuadro de Honor» solera de la filà.

Todos los Presidentes que hemos tenido, Manuel  Molina, Manuel Ferre, Agustín  Ferre Silvestre, Francisco Molina y Blas Silvestre... nuestro «capellán» Don Miguel  Calatayud, Valentí, Olegario, Pepe, Manolo y Angel cabos de la «Escuadra Oficial» de uno  a otro año, no dejamos a Luis, ni a Vicente «Flauta», ni a Jaume, Mariano...y tantos otros  que ahora estamos disfrutando la filà.

¿Qué datos más podríamos añadir a este largo pasar por el recuerdo de una historia  informal y muy efectiva?

­Añadir que durante varios años los Zuavos y Marroquíes realizaron la «Embajada de la  Risa» con el libreto de D. Joaquín Vañó «Mossén Joaquín», firmado bajo los seudónimos  de «Cabo Primero» y «Chochim Pitars» quien lo dedicó a esta filà, y lo guardamos con  cariño.

También señalar que la vieja costumbre de tomar, «olives», «safanòries» y «bon vi»  en el descanso del «Piquete» a la Procesión, a partir del año 1940 pasó a casa de Nicolás  Beneyto, conocida como «La Sociedad», en un principio era diríamos «familiar», pero  posteriormente, con el  beneplácito de dicha familia, se ha convertido en un receso  «popular» por donde han desfilado todas cuantas autoridades nos visitan, las autoridades  locales, y como no, «festeros» que llegan con la garganta seca.

¿Otros más? 

­Sí, pero estos un poco más formales. Remarcar que aquí nos regimos por el «Reglamento  Interior» donde todos son iguales, en voz y en voto.

También que hemos tratado a los presentes a los que se fueron porque nos da la  impresión de que somos un todo formado de pasado, presente y futuro.

Recordar a los autores de las décimas poéticas para las murgas.

Y como cierre a éstas páginas ideas recogidas. Recapacitar en el calor al hogar que hay cada domingo en el  «maset». Y ese respeto a cada uno y al  orden que bien  podemos resumir en esta anécdota: Leandro Cardós «Muisen», conocedor de la  costumbre de que el vino sobrante en las vinajeras de la Misa celebrada el día de Moros y  Cristianos en el altar de la Inmaculada Concepción pertenece a los Zuavos, fue a cumplir  con su costumbre que había tomado como suya.

¡Menuda sorpresa tuvo tal  individuo! Las vinajeras estaban más que limpias. Causa: El  Capellán celebrante Don Vicente Tudela, también era Zuavo y... conocía la costumbre y su  derecho.

Y en ese mismo año, 1917, se habla de como tratarnos:

«Ningún individuo tendrá derecho a ofender a otro en sus ideas políticas, sociales o  religiosas. Aquí no hay más que Zuavos». Es decir, aquí dentro como una sola familia  llevando esta idea a la vida misma.

Ahora una curiosidad. Una comparación en la vida. Año 1901, 22 músicos con  manutención y bagaje, 37 duros, 17,30'­Ptas. por gasto a cada componente de la filà.  Año 1984, gasto por Zuavo 8.500'­Ptas.

Y como costumbre final. Como la «Nit del Ciri», sin música pero con la fuerza de  nuestro corazón gritamos todo nuestro Himno a San Blas y su «Vítol».

Salimos con el calor propio que da el saber que existe la auténtica amistad. Solo  falta completar el ambiente, una buena manta, un poco de vapor a las válvulas como diría  Julián y las notas que inviten a marchar.
Fuente: Filà Terç de Suavos.
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OTROS TIEMPOS, OTROS ZUAVOS. PFB 1971.

Ramón Silvestre Ferre (*), alférez. 3 de febrero 1970, en el acto del Piquete. al fondo Racó de Càpito.                
Foto: Filà Terç de Suavos de Bocairent.
Publicado en el programa de fiestas de moros y cristianos de Bocairent en 1971. 

A la Comparsa.

El requerimiento de los amigos es siempre grato. Y responder, como una deuda  que nace de las muchas horas gratas vividas en Bocairente. 

El sabor de las fiestas bocairentinas es pegajoso. Si además lleva uno su poco  de curiosidad histórica no dejan de asaltarles interrogantes, que a veces, a distancia  encuentra respuesta. 

Lo digo porque en el ir y venir de las comparsas me había llamado la atención,  por su nombre y atuendo, la de los zuavos:  

Cruces delante y detrás y boina carlista parecían indicar una raíz política,  incluso el nombre de zuavos se parecía demasiado al de los zuavos pontificios.  

En las primeras fiestas que pasé en Bocairente –febrero 1958–  se contaba ya el  chascarrillo de los «longinos»: los zuavos, haciendo honor al nombre, habían sacado  una escuadra de soldados pontificios. Como los auténticos son suizos y lo más suizo  que sonaba por entonces era el reloj longines, en escuadra de longinos se quedaron  los de Bocairente, en un salto asombroso de chispa popular.  

La subida a la cruz de Camorra, durante la fiesta de tres años, la magnífica  inscripción de la cruz, el obligado comentario con unos y otros, me hicieron presentir los  tiempos del fervor carlista, cuando la defensa del Papa y sus estados pontificios eran  imperativos para la conciencia de los buenos católicos. «Dios, Patria y Rey» fue un  lema con el que se movilizaron regiones enteras, sobresaliendo, en la nuestra, la zona  montañosa.  

¿No habrían sido los primeros zuavos una escenificación folklórica de una causa  religiosa­patriótica hondamente querida? 

Los estudiosos se van interesando, cada vez más, por estas manifestaciones  artísticas en que el alma popular expresa y revive unos ideales. 

Creo fue en el  programa de fiestas del  año pasado cuando un especialista  norteamericano hablaba de las representaciones de moros y cristianos, entre la  población india de Nuevo Méjico, donde cada año el bando cristiano, con atuendo de  conquistadores españoles, tenía más dificultad para reclutar sus comparsas y en  cambio con el «moro» se identificaban tantos ideales indios frustrados.  

Con la manifestación folklórica parece se exteriorizan sentimientos colectivos, se  reviven una hazañas, que son como una meta ejemplar de continuidad, y unas aspiraciones que deben permanecer. Poco más o menos una gran liturgia que revive  periódicamente y que manifiesta la comunión profunda del grupo.  

¿Pudo ser así en el primer grupo de zuavos?.  

Este año, centenario de la unificación italiana, y por tanto de la pérdida de los  estados pontificios, la prensa de todos los países ha recordado abundantemente lo que  supuso para la conciencia de los católicos y como el grito de ¡Viva el Papa Rey! era  una consigna de acción.  

Sin llegar al desgarro de los católicos italianos para quienes la célebre «cuestión  romana» quedaría como llaga sangrante, los españoles lo hicieron cuestión propia.  «Más papista que el Papa» es frase de la época. Defender al Papa era defender la  integridad de la fe, la forma tradicional de gobierno que era la monarquía y la patria,  concebida como región y fueros. 

¿Podía haber ocurrido así con los zuavos?.  

En ellos se daba, como en las demás comparsas –tal vez más que en las otras–  el llevar a los pequeños al «maset» para que lo de la «Filà» se les fuese pegando.  

De todos modos, los pantalones bombachos del uniforme podían hacer pensar en un arreglo de traje moro. Su fidelidad «longina» hacía mantener la suposición. Pero  el atuendo con los bombachos... ¡Vaya, en todo caso, una mezcolanza!.  

Piedra de toque para el historiador es el no rechazar datos sin verificarlos. Y la  verificación, a propósito del traje vendría algunos años después en Roma. Uno de los  domingos incomparables de la primavera romana nos fuimos un grupo a visitar la gran  fortaleza de Sant'Angelo, de tanta importancia en la defensa del Papa. 

Allí está instalado el  museo de la armada pontificia, en un momento dado, el  recuerdo de Bocairente se hizo imperioso: delante de mí, con los mismos bombachos  estaba el uniforme de los zuavos pontificios del tiempo de Pío IX.  

Poco después me enteraba de que los zuavos bocairentinos se habían fundado  en los mismos años de la lucha italiana.  

Y si es válido atar cabos, me pareció recordar que a la misa de Camorra, con o sin uniforme, subían los zuavos y el olor carlista de la comparsa me parece se nota  todavía. 

Poco después me encontraba en París y en mi parroquia de St. Germain­Des­ Près estaba el  padre H. Hayek, sabio sacerdote libanés muy ligado a la casa de  Borbón­Parma.  

Pensando en este artículo para el programa, le pedí una foto del rey Javier como  saludo para Bocairente. Eran los días malos de Biafra y empezando por las princesas,  la familia entera estaba movilizada. El  P. Hayek que, en principio vio la idea muy  simpática, acabó sin cumplir el encargo. 

En París tuvo otro recuerdos de Bocairente que harían demasiado extensas  estas líneas y romperían también el tema.  

Baste por hoy para con la sugestión del recuerdo –una comparsa que nace y  vive por unos ideales, que lo revive y guarda memoria colectiva de unos hechos–  brindar a los zuavos y a todas las comparsas una reflexión: Los acontecimientos de la  Porta Pía se han conmemorado en Roma con una misa del Papa que sellaba así una  reconciliación y marcaba un camino de purificación y actuación de los cristianos.  

Las exigencias que la fe tiene en cada época nos obligan a estar muy atentos a  la nuestra. ¿Cual sería hoy el sentido profundo de esas grandes representaciones que las comparsas realizan durante tres días enteros y preparan todo  el año?  


S. MORENO

(*) Ramón Silvestre Ferre, fue capitán en tres ocasiones, en el 1943, 1951 y 1971. Estas fueron sus últimas fiestas, ya que falleció en agosto de ese mismo año.

Fuente: Filà Terç de Suavos.
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